Los Veinticinco se ayudar¨¢n ante ataques terroristas
El t¨®pico de que "Europa es un gigante econ¨®mico y un enano pol¨ªtico" est¨¢ basado en que la Pol¨ªtica Exterior Com¨²n es poco m¨¢s que un deseo y en que la Europa de la Defensa est¨¢ por verse. Sin embargo, la UE tiene hoy 7.000 soldados desplegados en Bosnia-Herzegovina. Es la diferencia entre la voluntad y la necesidad. Por eso, el Tratado constitucional aporta novedades espectaculares: los 25 socios del club se obligan a darse ayuda inmediata ante ataques terroristas, acudir¨¢n en auxilio de quien sufra agresiones exteriores y un grupo de los m¨¢s fuertes crear¨¢ la avanzadilla de la Europa de la Defensa. Europa, adem¨¢s, tendr¨¢ un ministro de Exteriores y, si todo va bien, ser¨¢ el a?o que viene el espa?ol Javier Solana.
Exteriores y Defensa son las ¨¢reas que m¨¢s afectan a la soberan¨ªa de unos pa¨ªses con tan diversos intereses: para el Reino Unido, es clave su alianza con EE UU; para Polonia, es hoy prioritaria la situaci¨®n en Ucrania; Holanda es un gran valedor de Israel; Espa?a es muy sensible ante Cuba o Marruecos; en Francia, la crisis en Costa de Marfil es clave... Es la raz¨®n por la que todo debe ser aprobado por unanimidad, con derecho a veto, respetando la soberan¨ªa de cada cual. La Constituci¨®n, encima, se negoci¨® en plena guerra de Irak. Fue una traba m¨¢s, pero tambi¨¦n hizo m¨¢s patente la necesidad de superar las carencias de Europa.
LA SITUACI?N
Sobre el papel, existe la Pol¨ªtica Exterior y de Seguridad Com¨²n (PESC) bajo la supervisi¨®n del Alto Representante, Javier Solana, pero la realidad es otra. El Alto Representante, con escasos medios econ¨®micos y diplom¨¢ticos, depende del Consejo de la UE, de los Gobiernos. Pero hay tambi¨¦n una comisaria de Relaciones Exteriores, la austriaca Benita Ferrero-Waldner, que coordina la ayuda al desarrollo (m¨¢s de 7.000 millones de euros anuales) y las delegaciones comunitarias en el exterior. Adem¨¢s, el ministro de Exteriores del pa¨ªs que cada semestre preside la Uni¨®n hace viajes oficiales en nombre de la Uni¨®n y encabeza las citas de ministros europeos de Exteriores.
Su coordinaci¨®n depende de su ¨¢nimo y car¨¢cter. En cualquier caso, ninguno de ellos tiene las competencias europeas en Exteriores, que est¨¢n en manos de los Gobiernos.
La Pol¨ªtica Europea de Seguridad y Defensa (PESD) es parte de la PESC y ambas son reclamadas por los europeos. En la actual UE, 19 pa¨ªses est¨¢n en la OTAN y otros cuatro se consideran neutrales (Austria, Finlandia, Irlanda y Suecia). S¨®lo cinco socios superan el 2% de sus PIB en gastos de defensa. Europa invierte en ese cap¨ªtulo unos 10.000 millones de euros al a?o, seis veces menos que EE UU.
EL PROBLEMA
Los pa¨ªses europeos, por potentes que sean, juegan un escaso papel en el mundo actual por no actuar conjuntamente. Las excepciones han sido la crisis de Ucrania o el intento de solucionar la producci¨®n de uranio enriquecido en Ir¨¢n.
EL DEBATE
Fue tenso y agrio. En enero de 2003, Par¨ªs y Berl¨ªn propusieron en la Convenci¨®n redactora del proyecto constitucional que la Uni¨®n tuviera un "ministro europeo de Asuntos Exteriores" y que las decisiones en pol¨ªtica exterior se tomaran por mayor¨ªa cualificada, sin derecho a veto. Toda una provocaci¨®n para el Reino Unido. Su ministro de Asuntos Europeos, el combativo Peter Hain, advirti¨® de inmediato que esas cuestiones "afectan al coraz¨®n mismo de la soberan¨ªa nacional" y que Londres no quer¨ªa el nombre de ministro europeo de Exteriores, tesis que mantuvo hasta el final.
"Ning¨²n europeo querr¨¢ morir por la Uni¨®n porque, antes de tener una pol¨ªtica exterior com¨²n, habr¨¢ que tener una identidad com¨²n", dijo el dan¨¦s Peter Skaarup. Irlanda, Polonia, Rep¨²blica Checa, Eslovaquia o los b¨¢lticos tampoco lo ve¨ªan bien. "La crisis de Irak no debe ser considerada como un fracaso, sino como un catalizador que nos debe hacer avanzar con m¨¢s coraje", animaba el alem¨¢n Elmar Brok, apoyado siempre por el belga Jean-Luc Dehaene.
Superados los primeros aspavientos, llegaron las aproximaciones. El franc¨¦s Dominique de Villepin, el alem¨¢n Joschka Fischer y el brit¨¢nico Hain presentaron enmiendas conjuntas para que la amenaza terrorista fuera incluida en la pol¨ªtica com¨²n de seguridad y defensa. En ese contexto, el franc¨¦s Michel Barnier propuso una Cl¨¢usula de Solidaridad: ante un ataque terrorista contra un pa¨ªs, la UE acudir¨¢ en su ayuda incluso con medios militares. "Una excelente respuesta a la amenaza terrorista", aplaudi¨® el espa?ol Alfonso Dastis. Todos apoyaron.
En defensa, los ¨¢nimos volvieron a encresparse. Alemania y Francia propusieron una controvertida Cl¨¢usula de Defensa Mutua, similar a la de la OTAN, frente a hipot¨¦ticos ataques armados. "Queremos evitar una duplicaci¨®n con la OTAN", avis¨® el holand¨¦s Gijs de Vries, hoy coordinador antiterrorista de la Uni¨®n. Se le sumaron el Reino Unido, Polonia, Eslovenia o Portugal. "La defensa es una cuesti¨®n pr¨¢ctica, no ret¨®rica; no a una defensa com¨²n", machac¨® Hain.
Los ministros de Exteriores, pese a todo, la aprobaron despu¨¦s. Como pactaron que un grupo de potentes pa¨ªses pueda crear una especie de "eurozona de la defensa" y que se ampl¨ªen las misiones de las fuerzas militares de la UE en cualquier parte del mundo, siempre de acuerdo con los principios de la ONU. Eso s¨ª, el pacto s¨®lo fue posible tras m¨²ltiples negociaciones entre Par¨ªs, Berl¨ªn y Londres, sin cuya participaci¨®n la Europa de la Defensa es una entelequia.
LA SOLUCI?N
Habr¨¢ un ministro europeo de Exteriores (Parte I-art¨ªculo 28) que, a su vez, ser¨¢ vicepresidente de la Comisi¨®n, con acceso directo a sus medios, y presidir¨¢ el Consejo de Exteriores de la Uni¨®n. Si la Constituci¨®n se ratifica, Javier Solana tomar¨¢ posesi¨®n en noviembre del a?o que viene. Contar¨¢ con el apoyo de un Servicio de Acci¨®n Exterior (III-296), un embri¨®n de una diplomacia ¨²nica europea ya en formaci¨®n desde el mes pasado. La pol¨ªtica exterior europea estar¨¢ basada en "la solidaridad pol¨ªtica mutua" (I-40), por lo que los pa¨ªses se consultar¨¢n antes de actuar (I-40).
La Cl¨¢usula de Solidaridad (I-43 y III-329) ya se activ¨®, de facto, tras el 11-M, mientras la Cl¨¢usula de Defensa Mutua (I-41), aun respetando los compromisos de los pa¨ªses miembros de la OTAN, constituye la prueba de que Europa emprende el camino sin retorno hacia una "defensa com¨²n". En ese contexto, la Constituci¨®n da luz verde a la formaci¨®n de una vanguardia permanente de defensa llamada cooperaci¨®n estructurada (I-41 y III-312) formada seguramente por tropas de, al menos, Francia, el Reino Unido, Alemania, Italia y Espa?a. La Uni¨®n, adem¨¢s, podr¨¢ encargar misiones a un grupo de pa¨ªses de elevadas capacidades militares "para preservar los valores de la Uni¨®n" (I-41 y III-310).
El Tratado ampl¨ªa tambi¨¦n las misiones de la defensa europea: a las denominadas Petersberg (humanitarias, gesti¨®n de crisis o restablecimiento de la paz), se suman ahora las de desarme, asesoramiento militar a terceros o prevenci¨®n de conflictos (I-41 y III-309). Por ¨²ltimo, se crea una Agencia Europea de Defensa (I-43 y III-311), en marcha desde el mes pasado, para mejorar las capacidades militares de los socios y coordinar la industria de armas. Salvo en rar¨ªsimas ocasiones, el derecho al veto seguir¨¢ vigente en Exteriores y Defensa.
El paso dado en el ¨¢mbito militar, criticado desde la izquierda y los pacifistas, es matizado as¨ª: "En sus relaciones con el resto del mundo, la Uni¨®n contribuir¨¢ a la paz, la seguridad, el desarrollo sostenible del planeta, la solidaridad y el respeto mutuo entre los pueblos" (I-3) y, si fuera necesario usar los medios militares, lo har¨¢ siempre bajo los principios de la Carta de las Naciones Unidas (III-292).
Art¨ªculo I-43
"La Uni¨®n y los Estados miembros actuar¨¢n conjuntamente con esp¨ªritu de solidaridad si un Estado miembro es objeto de un ataque terrorista o v¨ªctima de una cat¨¢strofe natural o de origen humano. La Uni¨®n movilizar¨¢ todos los instrumentos de que disponga, incluidos los medios militares puestos a su disposici¨®n por los Estados miembros, para prevenir la amenaza terrorista en el territorio de los Estados miembros, proteger las instituciones democr¨¢ticas y a la poblaci¨®n civil de posibles ataques terroristas y prestar asistencia a un Estado miembro en el territorio de ¨¦ste, a petici¨®n de sus autoridades pol¨ªticas, en caso de ataque terrorista".
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