El refer¨¦ndum de Zapatero

La del domingo ser¨¢ la cuarta consulta popular en Espa?a y el punto de partida de una nueva etapa en Europa. Los datos de participaci¨®n preocupan, y mucho, como ya ocurri¨® en las elecciones europeas, cuando los pa¨ªses miembros volvieron la vista hacia s¨ª mismos pregunt¨¢ndose por qu¨¦ los ciudadanos acog¨ªan con tanta frialdad la elecci¨®n de sus representantes en Estrasburgo. Entonces, al menos, las formaciones ten¨ªan un objetivo claro por el que pelear: conseguir esca?os en Europa.

La campa?a ha estado marcada por la falta de una postura de unidad en un tema de tanta trascendencia -cinco partidos han optado por el s¨ª (PP, PSOE, CiU, PNV y CC) y cinco por el no (IU, ERC, BNG, EA y CHA)-, por la decisi¨®n de los socios del Gobierno (IU, ERC) de propugnar el rechazo a la Constituci¨®n europea, y por el empecinamiento del principal partido de la oposici¨®n en convertir la consulta en un problema que ata?e casi exclusivamente al Ejecutivo.

Los socialistas acusan a los populares de pedir el 's¨ª' con la boca peque?a

Cinco partidos apoyan el voto a favor y otros cinco han pedido a sus electores el 'no'

Las previsiones de participaci¨®n que manejan las formaciones pol¨ªticas para ma?ana no son muy optimistas. En cualquier caso, no se ha visto ni pasi¨®n a favor ni crispaci¨®n en contra de lo que se somete a votaci¨®n. El asunto ha quedado casi como una batalla del Gobierno y del PSOE por movilizar el m¨¢ximo n¨²mero de votos.

Rompi¨® la monoton¨ªa de la campa?a la presencia de algunos invitados de lujo. El presidente franc¨¦s, Jacques Chirac, acompa?¨® a Zapatero en un acto en favor del Tratado Constitucional en Barcelona; luego el presidente pudo compartir atril con el canciller alem¨¢n, Gerhard Schr?der, en Zaragoza.

Un dato significativo, que puede jugar en contra de la afluencia de votantes, lo arrojaba el ¨²ltimo bar¨®metro del CIS publicado el pasado d¨ªa 10 -con entrevistas efectuadas entre el 19 y 24 de enero-: El 90,9% de los encuestados reconoc¨ªa que su grado de conocimiento de la Ley Fundamental era "bajo, muy bajo o nulo". Lo cierto es que una campa?a descafeinada y sin excesiva tensi¨®n, como la que han protagonizado las distintas formaciones pol¨ªticas, tampoco ayudar¨¢ mucho a movilizar a los ciudadanos hacia las urnas.

La culpa de esta situaci¨®n ser¨¢, seg¨²n el PP, del Gobierno, y si la participaci¨®n resulta inferior a la de las europeas (45%), los populares lo considerar¨¢n un fracaso del Ejecutivo. El secretario general del PP, ?ngel Acebes, elev¨® el nivel de lo que se podr¨ªa considerar fracaso a una cifra inferior al 60%, esgrimiendo un escrito oficial firmado por el secretario de Estado para Europa, Alberto Navarro, en que ¨¦ste cifraba en ese porcentaje la participaci¨®n m¨ªnima deseable.

El principal partido de la oposici¨®n tambi¨¦n deber¨¢ asumir su parte de responsabilidad porque un n¨²mero importante de sus mensajes p¨²blicos se han centrado m¨¢s en la cr¨ªtica hacia Zapatero que en el ensalzamiento de los valores del Tratado o en tejer un conjunto de razones para argumentar su campa?a por el s¨ª.

Como muestra, las proclamas lanzadas el mismo jueves por el portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Eduardo Zaplana, en su pen¨²ltimo mitin de campa?a, en Valladolid: "S¨¦ lo que est¨¢is pensando. Si esto es un desastre, si se meten con nosotros, si est¨¢ poniendo a Espa?a en peligro, si nos paran las carreteras... ?por qu¨¦ le vamos a ayudar? Pero el domingo hay que votar s¨ª". Es decir, bastante cal y poca arena.

El intercambio de acusaciones entre populares y socialistas ha sido constante durante los ¨²ltimos 15 d¨ªas. El PSOE arremete contra el PP con el argumento de que sus l¨ªderes han pedido el voto con la boca peque?a. Los populares reprochan al Gobierno no haber sido capaz de convencer a sus socios de que abandonaran el rechazo a la Constituci¨®n. A las voces cr¨ªticas con la actitud del PP tambi¨¦n se sumaron los l¨ªderes del PNV, Josu Jon Imaz, y el de CiU, Josep Antoni Duran Lleida.

El argumentario popular ha estado centrado fundamentalmente en denunciar la precipitaci¨®n de Zapatero a la hora de convocar la consulta, en personificar en ¨¦l un posible fracaso y en ensalzar m¨¢s la etapa de Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, m¨¢s que en destacar el futuro de una Europa bajo el paraguas de una Constituci¨®n com¨²n: "El PP defiende un espacio de libertad, seguridad y justicia que tiene la huella del PP, porque fuimos quienes lo impulsamos, as¨ª como un modelo econ¨®mico que nosotros aplicamos cuando gobernamos, y una carta de derechos fundamentales basados en los derechos humanos y en la dignidad de la persona como centro de la acci¨®n pol¨ªtica", aseguran.

Desde las filas populares tambi¨¦n se ha destacado que el presidente Zapatero recibi¨® un texto [constitucional] elaborado casi al 100%, cuyo art¨ªfice ha sido Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. En su opini¨®n, lo ¨²nico que ha hecho el PSOE ha sido ceder el poder que hab¨ªa cosechado Espa?a en el cumbre de Niza, "por el que luch¨® Aznar en su segunda legislatura".

Entre los partidos nacionalistas se han dividido las razones entre los que consideran que la Carta europea no recoge sus reivindicaciones y su identidad y los que opinan que es una oportunidad para alcanzar sus objetivos en un futuro. Es significativa la postura del PNV, que ha repetido por activa y por pasiva que el plan Ibarretxe tiene cabida en la Constituci¨®n. Algo que ha negado con la misma intensidad el PP.

En Espa?a se han celebrado tres referendos. El primero de ellos, en 1976, en el que se decid¨ªa sobre el proyecto de reforma pol¨ªtica. Con un censo de 22. 644. 290 personas con derecho a voto, se alcanz¨® el 77,72% de participaci¨®n. Dos a?os m¨¢s tarde, en diciembre de 1978, se consultaba a los espa?oles sobre la Constituci¨®n. Entonces, los espa?oles con derecho a voto eran 26.632.180. La participaci¨®n alcanz¨® el 67,11%. Hace 19 a?os a los espa?oles se les pregunt¨® sobre el ingreso en la OTAN. Pudieron opinar a trav¨¦s de su voto 29.024.49 personas, pero s¨®lo lo hizo el 59,42% de la poblaci¨®n. El domingo est¨¢n llamados a decidir 34.687.888 espa?oles y la participaci¨®n es una inc¨®gnita, pero pocos apuestan a que ser¨¢ superior a la de los comicios europeos.

El proceso por el que pasa ahora Espa?a ser¨¢ repetido en el resto de los Estados miembros, pero cada uno de ellos tiene la potestad de decidir qu¨¦ proceso considera m¨¢s adecuado para la ratificaci¨®n. La mayor¨ªa optar¨¢ por dejarlo en consideraci¨®n del Parlamento, otros consultar¨¢n a la poblaci¨®n y unos pocos optar¨¢n por los dos sistemas.