Menos m¨²sica en Madrid
Quiz¨¢ a algunos, quiz¨¢ a muchos, les pueda entristecer que Madrid Rock, ese acogedor templo para adictos a la m¨²sica, vaya a cerrar sus puertas de forma casi inminente. En su lugar,
y en apenas treinta d¨ªas, el mismo espacio albergar¨¢ una nueva tienda de la cadena Inditex, una m¨¢s entre los cientos que anualmente nacen para saludar, en sus diferentes denominaciones, los bulevares de pr¨¢cticamente todas las ciudades de la Tierra. Estas cosas ocurren as¨ª, casi sin aviso previo o, cuando menos, sin que haya nada que uno pueda hacer al respecto.
Voy a ser muy sincero en algo: si de m¨ª dependiera reflotarle el negocio a Madrid Rock, prometo que ma?ana mismo tomar¨ªa el puente a¨¦reo para plantarme en la Gran V¨ªa y endosarle un K.O. t¨¦cnico a mi visa.
Pero soy consciente de que de nada sirven arrebatos puntuales semejantes, como tampoco sirvi¨® en su momento mi fidelidad durante a?os (a cuenta de mi asignaci¨®n juvenil primero, luego de buena parte de mi sueldo), para evitar el cierre de la antigua Castell¨® Discos, mi muy querida tienda de Nou de la Rambla, en Barcelona.
Algo ser¨¢ diferente a partir de ahora en mis visitas a Madrid. Ni yo, ni otros como yo, podremos pasar horas so?ando all¨ª, gracias a la m¨²sica, en tiempos, en cosas que quiz¨¢ solo existen en la imaginaci¨®n de cada uno. Por mi parte, puede que busque otros sitios, y la verdad es que con pr¨¢ctica uno se acostumbra a todo.
"La venta ambulante", dicen, probablemente con raz¨®n, y se nos conmina a no formar parte de ese deprimente juego (supongo que no hay que decir que los habitantes de sitios como Madrid Rock nunca han necesitado de esos consejos).
En fin, no hay m¨¢s. De vuelta a la prosaica realidad... Hay que ver lo sensible que se pone uno cuando camina haciendo equilibrios por la Plaza de Catalunya de Barcelona, tratando el imposible de no pisar los centenares de discos colocados sobre las mantas, ni de chocar con los febriles compradores..
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