Mujeres discriminadas

Desde hace alg¨²n tiempo, se discute en Alcoi si las mujeres pueden incorporarse a las Fiestas de Moros y Cristianos en igualdad de condiciones con los hombres. La discusi¨®n, que en cualquier otro lugar podr¨ªa parecer balad¨ª, en Alcoi es, sin embargo, un asunto del m¨¢ximo inter¨¦s, como todo cuanto se relaciona con las Fiestas. Por el momento, y seg¨²n hemos le¨ªdo en los diarios, las mujeres seguir¨¢n sin poder incorporarse a los Moros y Cristianos en un plano de igualdad con los varones. Llegar a este punto, que supone dejar las cosas como estaban al comienzo, no ha sido una tarea sencilla. Al contrario, se han precisado un sinf¨ªn de reuniones, de asambleas, de cambios estatutarios, de votaciones.

Pese a ello, hay quien considera que algo se ha avanzado, aunque me temo que para percibir ese avance har¨ªa falta ser un especialista en la sociedad alcoyana. A m¨ª, que carezco de ese conocimiento, la discusi¨®n que se mantiene en Alcoi me parece tan vieja como el mundo. Hay unas personas -los festeros, en este caso- que disfrutan de unos privilegios y se resisten a perderlos. A eso se reduce la cuesti¨®n. Que, en esta ocasi¨®n, las ventajas no sean de car¨¢cter econ¨®mico sino social, no hace variar el fondo del asunto; en todo caso, le a?ade complejidad. A partir de aqu¨ª, pueden introducirse los matices que cada uno prefiera para justificar la situaci¨®n: todos ellos no bastar¨¢n para enmascarar la realidad, y la realidad es que las mujeres alcoyanas est¨¢n discriminadas en la Fiesta. Esto -no s¨¦ que otro nombre le dar¨¢n esos caballeros- se llama machismo.

Ahora, el asunto ha llegado a los tribunales, que es donde llegan estas cosas cuando se han agotado los caminos de la discusi¨®n. Frente al hecho, se han producido dos tipos de reacciones. Una, la del presidente de la Asociaci¨®n de San Jorge, Javier Morales, un hombre ponderado, deseoso de encontrar una soluci¨®n que satisfaga a todos. Por desgracia, Morales tiene un campo de acci¨®n muy limitado y, m¨¢s all¨¢ de pedir paciencia y comprensi¨®n, no es mucho lo que puede hacer. Podemos estar de acuerdo con ¨¦l cuando afirma que el problema es una labor de tiempo y de cambio de mentalidades. Lo que no ha dicho es qu¨¦ piensa hacer para provocar ese cambio de mentalidades.

La otra reacci¨®n la ha protagonizado el alcalde de Alcoi, Jorge Sedano, y uno dir¨ªa que se trata de una reacci¨®n sorprendente, si las reacciones de Jorge Sedano no fueran casi todas ellas sorprendentes. El primitivismo verbal de este hombre parece aprendido en los mejores tiempos de la dictadura del general Franco. Acostumbra a expresarse con una rotundidad y una simpleza que nos retrotrae literalmente a ese pasado. En esta ocasi¨®n, Sedano ha acusado a quienes han presentado la denuncia de "desestabilizar" y "hacer pol¨ªtica". ?Recuerdan la canci¨®n?

Si de m¨ª dependiera, yo obligar¨ªa a estos festeros que discriminan a la mujer a realizar unos cursillos de reeducaci¨®n, a semejanza de los que se imparten para los acusados de maltrato. No me parece que la propuesta pueda calificarse de exagerada. A fin de cuentas, el concepto que estos individuos tienen de la mujer est¨¢ en el primer pelda?o de una conducta que, en sus casos m¨¢s extremos, recurre a la violencia para imponer su voluntad.