Jaguar X-Type 2.0 D W.
La carrocer¨ªa Wagon del X-Type integra con estilo el port¨®n trasero y re¨²ne la elegancia cl¨¢sica de los coches ingleses y el toque deportivo de Jaguar. Destaca por su personalidad, con unos trazos suaves y un frontal que recoge en el cap¨® las formas de los cuatro faros que identifican a la marca brit¨¢nica.
Conducci¨®n: 46 puntos (2?)
El motor 2.0D del X-Type, de origen Ford, es m¨¢s veterano, pero funciona bien y no acusa grandes diferencias con el del Audi. Tiene 130 CV, 10 menos, y un cambio de s¨®lo cinco marchas menos eficaz para aprovechar la potencia, aunque m¨¢s r¨¢pido y deportivo de accionamiento. El conjunto ofrece unas prestaciones brillantes, pero inferiores a las del A4, sobre todo en las recuperaciones en marchas largas. Y se nota en carretera, porque sube de r¨¦gimen con menos nervio y no se lanza con la misma rapidez al acelerar y al adelantar. En cambio responde mejor por debajo de 1.700 vueltas, y es m¨¢s el¨¢stico y agradable en ciudad.
Las suspensiones del X-Type ofrecen un equilibrio muy bueno entre confort y estabilidad sin sacrificar la deportividad que se espera de un Jaguar. Filtran con suavidad los baches, pero son en¨¦rgicas al sujetar la carrocer¨ªa en las curvas y evitan los balanceos laterales, lo que le aporta un peque?o plus de confort y le sit¨²a por delante del Audi para afrontar viajes largos. Por lo dem¨¢s, la direcci¨®n es m¨¢s lenta y progresiva, pero gira muy plano en los virajes y se conduce con facilidad, aunque con unos mandos menos suaves. Los frenos, con ABS, paran bien.
Vida a bordo: 47 puntos (1?)
La deportividad del X-Type s¨®lo se refleja por dentro en una posici¨®n de conducci¨®n m¨¢s baja. El resto presenta un dise?o cl¨¢sico que prima la elegancia y el confort y aplica con m¨¢s generosidad los materiales nobles, como la madera, en el salpicadero. Todo esto, unido a unos pl¨¢sticos m¨¢s oscuros y unas tapicer¨ªas claras de terciopelo, crea un ambiente m¨¢s refinado. Pero hay detalles, como la consola central, los pulsadores y los mandos, casi todos de origen Ford, que desentonan con la buena presencia del resto, un conjunto s¨®lido y bien acabado.
Las plazas delanteras son c¨®modas, aunque no tiene unos asientos grandes, pero atr¨¢s da m¨¢s sensaci¨®n de amplitud y ofrece algo m¨¢s de espacio para las piernas. Aunque lleva una rueda de repuesto peque?a, el maletero no es espectacular. Pero resulta muy pr¨¢ctico: se ampl¨ªa abatiendo los respaldos, y, sobre todo, se puede cargar hasta el techo. Adem¨¢s permite abrir la luneta de forma independiente.
El Jaguar no tiene muchos huecos para objetos, aunque aprovecha mejor la zona del freno de mano para integrar dos posavasos y un apoyabrazos con cofre. Incluye bandejas laterales en las cuatro puertas, bolsas en los respaldos y dos posavasos en el apoyabrazos trasero. Y es m¨¢s c¨®modo para viajar: tiene unas suspensiones m¨¢s suaves y est¨¢ mejor aislado.
Seguridad: 15 puntos (2?)
El comportamiento din¨¢mico es similar y viene de serie con seis airbags y ABS. Pero el control de estabilidad ESP es opcional (518 euros), una carencia sorprendente en un coche de este precio.
Econom¨ªa: 25 puntos (2?)
Cuesta casi lo mismo que su rival (31.400 euros) e incluye un equipo de serie equivalente, con climatizador, radio-CD y todo lo habitual. El ESP y el ordenador de viaje, de serie en el Audi, se pagan aparte, pero lo compensa con detalles como radiocasete, control de velocidad, asiento del conductor con reglaje el¨¦ctrico y tres a?os de garant¨ªa. En cambio ha gastado casi un litro m¨¢s en la prueba: menos de ocho a ritmos suaves y nueve estirando las marchas y en ciudad.
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