Los becarios denuncian su precariedad laboral y exigen entrar en la Seguridad Social
El Congreso debatir¨¢ en noviembre la proposici¨®n de ley andaluza para atender la demanda
Juan Carlos Hern¨¢ndez investiga las posibilidades del hidr¨®geno como carburante alternativo. Los resultados de sus pruebas, que forman parte de un proyecto nacional, pueden aportar una soluci¨®n al agotamiento de materias primas y contribuir a encontrar una nueva energ¨ªa m¨¢s limpia. Maneja cada d¨ªa un microscopio electr¨®nico que cuesta dos millones y medio de euros. Juan Carlos es becario en la Universidad de C¨¢diz y tiene 30 a?os. Le quedan dos a?os de trabajo porque est¨¢ en la mitad de su beca. Cuando finalice, le quedar¨¢n las lecciones aprendidas. Pero no recibir¨¢ ni prestaciones por desempleo ni habr¨¢ cotizado ni una sola hora a la Seguridad Social.
Juan Carlos es uno de los m¨¢s de 4.000 becarios andaluces, una cifra aportada por la Federaci¨®n de J¨®venes Investigadores (FJI), asociaci¨®n que lleva a?os reclamando un fin definitivo a la discriminaci¨®n que padecen. De momento, a pesar de su lucha, los resultados han sido escasos. "No existe otro ¨¢mbito laboral, que no sea el de investigaci¨®n, donde a un titulado superior no se le ofrezca un contrato desde su primer a?o un trabajo", denuncia el presidente cordob¨¦s de la FJI, David Lozano. "Un t¨ªtulo te debe dar derecho a ser empleado como un profesional desde el primer momento".
Las becas, a diferencia del contrato, no recogen derechos fundamentales como la cotizaci¨®n a la Seguridad Social por el tiempo trabajado. Tampoco hay prestaciones por desempleo. La variedad de estas ayudas a los investigadores es amplia. Seg¨²n denuncia la FJI, la mayor¨ªa tampoco contemplan ni bajas por enfermedad ni por maternidad.
La Junta calcula que en Andaluc¨ªa existen m¨¢s de 18.000 investigadores, inscritos en 1.880 grupos de investigaci¨®n, de los cuales 4.000 son becarios. El Gobierno auton¨®mico, tal y como reconoce la FJI, fue "pionero" en la pasada legislatura al proponer una serie de medidas para mejorar las condiciones laborales de los becarios. Entre las iniciativas, el implantar el sistema 2+2 (dos a?os de beca y dos a?os de contrato), que fue despu¨¦s aplicado en otras comunidades. El Parlamento andaluz aprob¨® en 2003 una proposici¨®n de ley que permitir¨¢ convertir las becas de los investigadores en contratos.
Sin embargo, los becarios andaluces denuncian que los avances ahora son retrasos. Otras comunidades, como Catalu?a, ya tienen implantado el sistema 1+3. Adem¨¢s, no todas las instituciones andaluzas aplican el 2+2. Extremadura tambi¨¦n se ha adelantado al a?adir una disposici¨®n que permite a los alumnos predoctorales de 3 y 4 a?os tener autom¨¢ticamente un contrato, algo que no ocurre en Andaluc¨ªa.
La FJI no se explica tampoco el retraso que acumula la aprobaci¨®n de la proposici¨®n de ley, que todav¨ªa debe pasar por el Congreso para su definitiva aplicaci¨®n. La responsable de Educaci¨®n del PSOE andaluz, Cinta Castillo, ha confirmado que ser¨¢ en noviembre cuando se debata la propuesta, dos a?os despu¨¦s de aprobarse en el Parlamento andaluz. "El Plan Ibarretxe, que sigue el mismo proceso, fue aprobado en Euskadi esta legislatura y ya se ha debatido en el Congreso. Es una cuesti¨®n de prioridades", asegura David Lozano. La responsable del PSOE espera que la proposici¨®n sea aprobada sin problemas.
Juan Carlos Hern¨¢ndez cobra unos mil euros al mes. Ha podido solicitar una hipoteca porque su pareja trabaja. No as¨ª otros compa?eros, que tienen que vivir de alquiler porque los bancos reclaman n¨®minas para conceder pr¨¦stamos. N¨®minas que no tienen. Tambi¨¦n se las exigen en los grandes almacenes, cuando quieren comprar algo a plazos. "En todos estos a?os de lucha, nunca hemos pedido una subida salarial. S¨®lo queremos un contrato", asegura.
En su laboratorio, Juan Carlos trabaja una media de nueve horas diarias. Le quedan dos a?os para terminar su beca. "Falta mucho pero tambi¨¦n muy poco porque aqu¨ª se me pasan los d¨ªas volando".
Seg¨²n lamenta el presidente de la FJI de C¨®rdoba, David Lozano, la vocaci¨®n laboral de los investigadores, la que les hace trabajar cada d¨ªa sin apenas derechos ni retribuciones, ha jugado en contra de ellos. "Nos apasiona lo que hacemos. Pero me imagino que tambi¨¦n a Ronaldo le gusta su trabajo y cobra mil millones. Nosotros s¨®lo pedimos un contrato y que si tenemos un accidente nos cubra la Seguridad Social".
Plan de la Universidad de C¨¢diz
La Universidad de C¨¢diz (UCA) ha aprobado un plan propio de investigaci¨®n para complementar las ayudas que, cada a?o, reciben los alumnos de los diferentes programas europeos, nacionales y auton¨®micos. Entre las mejoras introducidas, un incremento de la cuant¨ªas a mil euros, que obligar¨¢ a aumentar los 182.000 euros dedicados el pasado a?o a los becarios de investigaci¨®n en un porcentaje todav¨ªa por aprobar. La UCA, que se reconoce con dificultades financieras, asegura querer avanzar en la transferencia de conocimientos y anima a los universitarios a solicitar estas subvenciones. Este esfuerzo inversor no es aplaudido por la Asociaci¨®n de Investigadores Becarios de C¨¢diz. Su presidente, Daniel Ortega, asegura que este plan "consolida" la precariedad de los investigadores al no contemplar bajas por maternidad ni el sistema 2+2 (dos a?os de beca y dos de contrato), un compromiso adquirido por el rector, Diego Sales. "Sigue sin escuchar las reivindicaciones del colectivo", lament¨®.
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