Berlusconi se enfrenta al presidente de Italia por una ley que resuelve los problemas judiciales de su abogado

La alta tensi¨®n entre el presidente de la Rep¨²blica Italiana, Carlo Azeglio Ciampi, y el presidente del Gobierno, Silvio Berlusconi, provoc¨® el domingo un nuevo enfrentamiento cargado de electricidad. El s¨¢bado, Berlusconi dijo en un acto p¨²blico que Ciampi deb¨ªa promulgar las leyes aprobadas por el Parlamento, refiri¨¦ndose a la llamada ley salva-Previti, en tr¨¢mite y pensada para resolver los problemas judiciales de Cesare Previti, abogado de Il Cavaliere y uno de los m¨¢s directos colaboradores.

Ciampi emiti¨® al d¨ªa siguiente una nota muy seca en la que afirmaba que el presidente no aceptaba sugerencias ni presiones. Horas despu¨¦s, Berlusconi dio marcha atr¨¢s y se?al¨®, con otra nota, que quien presionaba a la presidencia era la izquierda, no ¨¦l.

Fue un nuevo roce en una relaci¨®n institucional tensa, por razones pol¨ªticas y por antipat¨ªa personal. Ciampi devolvi¨® al Parlamento, por inconstitucionalidad manifiesta, dos leyes muy queridas por Berlusconi, la que reordenaba el sistema televisivo (a favor de Mediaset) y la que reformaba el sistema judicial (a favor del Gobierno). En el primer caso, el texto fue modificado y promulgado. En el segundo, a¨²n no han sido efectuadas las rectificaciones. Berlusconi se lo tom¨® como una afrenta.

La llamada ley salva-Previti (por el abogado de Berlusconi, condenado en Palermo por asociaci¨®n mafiosa) es un proyecto, a¨²n en tr¨¢mite parlamentario, que acorta sustancialmente los plazos de prescripci¨®n de numerosos delitos, entre ellos los que afectan a Previti. Si entrara en vigor, Previti deber¨ªa quedar libre en segunda instancia porque sus delitos habr¨ªan prescrito. Desde que se conoci¨® el proyecto la oposici¨®n lo defini¨® como "inconstitucional" e "inmoral". El s¨¢bado, Berlusconi quiso curarse en salud: "Para entrar en vigor, es necesario que las leyes sean firmadas por el jefe del Estado".

El jefe del Estado esper¨® 24 horas a soltar el bufido. "No es costumbre del presidente de la Rep¨²blica escuchar sugestiones, sugerencias ni cr¨ªticas, vengan de donde vengan", afirm¨®, para declarar que todas sus negativas a firmar leyes aprobadas por el Parlamento hab¨ªan sido acompa?adas de mensajes "motivados" sobre sus problemas de inconstitucionalidad.