La devoradora de palabras
Juliette Gr¨¦co, que acaba de cumplir 78 a?os, canta ma?ana en el Auditorio Nacional de Madrid
"Ella no hablaba ingl¨¦s y yo no hablaba franc¨¦s. Convers¨¢bamos por medio de los ojos, de los dedos... Era abril en Par¨ªs. S¨ª, y yo estaba enamorado". As¨ª lo cuenta Miles Davis en su autobiograf¨ªa. El trompetista y Juliette Gr¨¦co se conocieron en 1949 en el Tabou, del n¨²mero 33 de la calle Dauphine, una cave frecuentada por los existencialistas. "Creo que fue la primera mujer que am¨¦ de verdad, y la separaci¨®n casi me parti¨® el alma y me precipit¨® al fondo de un pozo y me hundi¨® en la hero¨ªna".
Juliette Gr¨¦co era la musa del Saint-Germain-des-Pr¨¦s de los a?os euf¨®ricos que siguieron a la Liberaci¨®n. Una bohemia compartida en el famoso barrio parisiense por poetas, escritores, pintores o m¨²sicos de jazz de la que participaban Sartre, Simone de Beauvoir, Cocteau, Boris Vian o Albert Camus.
Miles Davis: "La separaci¨®n casi me parti¨® el alma y me hundi¨® en la hero¨ªna"
Gr¨¦co nace el 7 de febrero de 1927 en Montpellier. Una infancia y una adolescencia dif¨ªciles. Criada por sus abuelos maternos, estudia en un estricto establecimiento religioso. En septiembre de 1943, su madre -activista de la Resistencia- es arrestada por la Gestapo. A Juliette y a su hermana mayor, Charlotte, tambi¨¦n las detienen. Su madre y Charlotte, deportadas, saldr¨¢n del campo de concentraci¨®n en 1945. Ella pasa un mes en la prisi¨®n de Fresnes. Con 16 a?os est¨¢ sola y vive en una pensi¨®n de estudiantes. Su antigua profesora de franc¨¦s la anima a acudir a clases de teatro y consigue algunos papeles como figurante en la Com¨¦die Fran?aise.
Canta por primera vez en 1949 en el reabierto Boeuf sur le Toit, acompa?ada al piano por Jean Wiener. Seg¨²n recuerda, "temblando, con l¨¢grimas en los ojos". En 1954, Juliette Gr¨¦co llegar¨¢ por primera vez al Olympia. Su presencia en los caf¨¦s de la orilla izquierda del Sena bastaba para disparar los flashes de las c¨¢maras y suscitar todo tipo de comentarios. Representaba el personaje de la mujer que asume su libertad, distante, provocadora, misteriosa... "Soy una mujer, o sea, un ser completamente enigm¨¢tico", confesaba aquella joven delgada, de ojos oscuros y profundos, y rostro muy p¨¢lido, cuyos largos jers¨¦is y pantalones negros inspiraron a tantas chicas.
Jean-Paul Sartre dijo de ella que "tiene en la garganta millones de poemas que todav¨ªa no han sido escritos". Gr¨¦co hace suyas las palabras de canciones como Je suis comme je suis (Soy como soy), Je hais les dimanches (Odio los domingos) o D¨¦shabillez-moi (Desn¨²deme), que causa esc¨¢ndalo en televisi¨®n. Se nutre de palabras. "Las devoro, las digiero. Me corren por las venas hasta la punta de los dedos. Se pasean por mi cuerpo antes de volver a pasar por mi boca", cont¨® en una entrevista en L'Express. Siempre rebelde a la sumisi¨®n. Leonard Cohen dijo de ella que "encarnaba esa maravillosa confusi¨®n que los franceses han inventado entre el intelecto y el cuerpo".
Logr¨® ser popular a trav¨¦s de un repertorio refinado. Se lo aconsej¨® Jean Cocteau: "No debes cantar para 200 personas sino para millones". Canciones con letras de Louis Aragon, Marguerite Duras, Eluard, Pr¨¦vert, Jules Lafforgue, Fran?oise Sagan, Raymond Queneau... y m¨²sicas de Jacques Brel -fue la primera que lo cant¨®-, Brassens, L¨¦o Ferr¨¦, Serge Gainsbourg, Joseph Kosma...
Tambi¨¦n se dej¨® ver en el teatro y el cine, en t¨ªtulos como Orfeo (Cocteau, 1949) o Elena y los hombres (Jean Renoir, 1955). Y en Buenos d¨ªas, tristeza (Otto Preminger, 1957) o Las ra¨ªces del cielo (John Huston, 1958). En Estados Unidos rueda junto a Orson Welles, Errol Flynn y Ava Gardner, en producciones del poderoso Darryl Zanuck, que fue su pareja.
En 1965 aterroriza a los telespectadores franceses paseando de noche como un fantasma por los pasillos del Museo del Louvre. El ¨¦xito no la libra de un intento de suicidio. Casada con Philippe Lemaire y luego con el tambi¨¦n actor Michel Piccoli, convive desde hace a?os con G¨¦rard Jouannest, que fue pianista de Brel, en su casa de campo.
Su ¨²ltimo disco en estudio, Aimez-vouz les uns les autres ou bien disparaissez (Amaos los unos a los otros o bien desapareced), se public¨® en 2003, coincidiendo con la edici¨®n de toda su obra en una caja de 20 CD. En Aimez-vous... recupera a Gainsbourg -que le compuso a principios de los sesenta La Javanaise-, Carri¨¨re o Aragon; interpreta a G¨¦rard Manset, que ha escrito para ella Je jouais sur un banc, y trabaja con j¨®venes autores como Miossec o Benjamin Biolay.
Olympia 2004, un doble CD/DVD grabado en concierto en febrero del a?o pasado, es el testimonio de la gira que ha llevado, una vez m¨¢s, hasta Jap¨®n a esta embajadora de la chanson. Ma?ana actuar¨¢ en el Auditorio Nacional. La ¨²ltima vez que actu¨® en Madrid ten¨ªa 56 a?os. Acaba de cumplir 78 y disfruta de la soledad y de su nieta Julie. A¨²n siente nervios antes de pisar un escenario: "Porque el p¨²blico siempre cambia; depende, sobre todo, del instante".
Babelia
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