Zaera y Mariscal llenan de vibrante color el pabell¨®n espa?ol de la Expo de Aichi en Jap¨®n
117 pa¨ªses participar¨¢n desde el d¨ªa 25 en el encuentro dedicado a la sabidur¨ªa de la naturaleza
Quince mil piezas de cer¨¢mica tra¨ªdas desde Castell¨®n en seis barcos componen la ins¨®lita fachada que los arquitectos Alejandro Zaera y Farshid Moussavi, de Foreign Office Architects (FOA), han creado para el pabell¨®n espa?ol de la Exposici¨®n Universal de Aichi, que se abrir¨¢ el 25 de marzo en esta provincia japonesa, hasta el 25 de septiembre, bajo el lema La sabidur¨ªa de la naturaleza. En una de las salas, el dise?ador Javier Mariscal ha convertido el techo en un exuberante y colorista puesto de mercado donde tomates, melones, ajos, higos, sardinas y una especie de gamba gigante se transforman en s¨ªmbolos del car¨¢cter agroalimentario y mar¨ªtimo de Espa?a.
"Espa?a da una imagen de vanguardia y de pasi¨®n", dice el comisario, Juli Capella
En el recinto de la Expo, emplazado a las afueras de Nagoya (la cuarta ciudad de Jap¨®n tras Tokio, Yokohama y Osaka, y cuartel general de la firma automovil¨ªstica Toyota), cobra protagonismo la propuesta del espa?ol Alejandro Zaera y la iran¨ª Farshid Moussavi gracias a la depurada pared perforada de hex¨¢gonos, cuyo juego geom¨¦trico se repite en el interior en unos espacios donde durante seis meses se ofrecer¨¢ a los japoneses una imagen de Espa?a que intenta alejarse de los t¨®picos pero sin perderlos de vista.
Los arquitectos han utilizado la celos¨ªa como concepto para proyectar la piel del edificio, presentado ayer a un grupo de periodistas espa?oles. 11.000 de las piezas de cer¨¢mica son huecas, y 4.000 planas, y todas ellas, ancladas a un soporte met¨¢lico, se combinan en tres tipos de hex¨¢gonos diferentes de seis colores (del amarillo al rojo, del marr¨®n al naranja). La rigurosa normativa japonesa sobre terremotos oblig¨® a Zaera y Moussavi a adaptar el proyecto y dejar un hueco de uno o dos cent¨ªmetros entre cada una de las caras de las cer¨¢micas, un mandato que ha actuado a favor del edificio al conferirle una acusada levedad. Seg¨²n Zaera, cuyo estudio se encuentra en Londres y que no pudo acudir a la presentaci¨®n, el proyecto intenta reclamar "la s¨ªntesis entre las culturas isl¨¢mica y judeocristiana que se produjo en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica durante varios siglos y que forma parte crucial de la cultura espa?ola".
El arquitecto y dise?ador Juli Capella, comisario de la muestra Spain loves Japan que hoy se presenta en Tokio como parte de los m¨¢s de 400 actos que se realizar¨¢n en Jap¨®n en torno a la Expo durante los pr¨®ximos seis meses, fue el primero en valorar la obra de Zaera y Moussavi. "Me gusta el proyecto y creo que su realizaci¨®n supera las expectativas que ya levant¨® sobre el papel", dice. "Me parece muy coherente para una Expo, muy fresco y contundente, sin resultar presuntuoso. Es el pabell¨®n que m¨¢s destaca, con diferencia, en esta Expo y con el que Espa?a da una imagen de vanguardia y de pasi¨®n, que es un poco lo que somos. Adem¨¢s, se ha apostado por una nueva generaci¨®n, y me parece muy bien que se haya tenido la valent¨ªa de elegir como ganador del concurso a un arquitecto como Zaera, de 43 a?os".
Javier Mariscal se refiri¨® al car¨¢cter ic¨®nico de la fachada. "Tiene una identidad potente que me parece muy acertada por su cubismo, que es muy espa?ol, y por sus luces y sombras muy marcadas", dice. "Me parece que est¨¢ muy pensado para convertirse en lo que debe ser un pabell¨®n en una Expo: una gran m¨¢quina de relaciones p¨²blicas".
Zaera y Moussavi fueron autores, cuando apenas hab¨ªan entrado en la treintena, del proyecto para una terminal del puerto de Yokohama con el que batieron en 1995 a 659 equipos de 41 pa¨ªses. De nuevo en Jap¨®n, han pretendido ahora reproducir ese "efecto popular en la arquitectura espa?ola, la celos¨ªa", en el exterior del edificio, y en el interior han articulado una gran nave monumental y otras peque?as a modo de capillas. Entre esa celos¨ªa de cer¨¢micas externa y la estructura m¨¢s s¨®lida del pabell¨®n media un espacio que funciona a modo de porche y que los autores relacionan con la arquitectura tradicional japonesa, como en los templos de Kioto, donde los l¨ªmites entre fuera y dentro tampoco quedan claros: "Un lugar que tamiza la luz y proporciona resguardo, ¨®ptimo para albergar las colas de los visitantes". Adem¨¢s, cerca de la Expo se emplaza Seto, la ciudad de la cer¨¢mica japonesa, lo que sirve para establecer un nexo entre el edificio y la cultura de la zona.
Con esta Exposici¨®n Universal, la ciudad de Nagoya (y su provincia, Aichi) espera recibir 15 millones de visitantes y se convierte en heredera de Sevilla 1992 y de Hannover 2000. 117 pa¨ªses acuden a la cita, con una llamada a la biodiversidad y al respeto al medio ambiente que resulta especialmente oportuna en un ¨¢rea geogr¨¢fica, la asi¨¢tica, superpoblada y fr¨¢gil. El lema La sabidur¨ªa de la naturaleza marca as¨ª una Expo que no se caracteriza por la ambici¨®n de sus propuestas arquitect¨®nicas, salvo excepciones como la de Espa?a, pero en la que el pabell¨®n japon¨¦s, armado con una ligera ret¨ªcula de bamb¨², puede enorgullecerse de ser reciclable al cien por cien. La ¨²nica objeci¨®n la apunta el arquitecto Juli Capella: "?Tienen sentido hoy las exposiciones universales?".
Cuando termine el encuentro, y desconoci¨¦ndose todav¨ªa si el pabell¨®n espa?ol ser¨¢ preservado, Zaera hace una propuesta para reutilizar las cer¨¢micas, fabricadas por la firma Oliva Terra, en caso de que se opte por el desmontaje. "Dada la singularidad de las piezas, su mejor forma de reciclaje ser¨ªa simb¨®lica. Se podr¨ªan donar a guarder¨ªas de Nagoya como juegos de ni?os, o como esculturas en los parques, de forma que la tierra de Espa?a quedara integrada en Jap¨®n finalizada la Expo".
Babelia
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