Azote de tiempo
Espa?a est¨¢ viviendo uno de los inviernos m¨¢s crudos que se recuerdan, con temperaturas en algunos lugares nunca vistas en un siglo. Hasta ocho comunidades siguen en alerta y las previsiones anuncian la llegada de otros dos frentes que dejar¨¢n ateridos a los ciudadanos al menos hasta comienzos de la semana que viene. Es largo el parte de percances: pueblos incomunicados, puertos cerrados, carreteras cortadas, personas rescatadas e incluso lluvias desmesuradas en Canarias, refugio tradicional del turismo en esta ¨¦poca. En el balance hay que registrar ya graves da?os a la agricultura, as¨ª como serias dudas sobre la capacidad de gesti¨®n en sectores como el el¨¦ctrico o las comunicaciones, y en particular los aeropuertos. Las heladas han disparado los precios de las hortalizas y pueden significar tambi¨¦n un aumento de la factura el¨¦ctrica y energ¨¦tica.
?A?o de nieves, a?o de bienes? Desde luego, no va a ser as¨ª para los agricultores de Tarragona, arruinado hasta el 60% de la cosecha de c¨ªtricos, o los olivareros andaluces, entre muchos m¨¢s afectados. Todos necesitar¨¢n compensaciones que alivien su perjuicio. En otro ¨¢mbito, en Catalu?a, y pese al triunfalismo de la consejera de Interior, el mal tiempo ha dejado en cueros la capacidad del aeropuerto de Barcelona. Casi 200 vuelos tuvieron que ser suspendidos el lunes y martes en El Prat debido a la incompetencia de las empresas encargadas de la aplicaci¨®n de anticongelantes en las alas de los aviones, lo que ha llevado justamente a que AENA, el ente p¨²blico gestor, abra un expediente.
Resulta igualmente poco edificante el cruce de acusaciones que han librado la Red El¨¦ctrica de Espa?a (REE) y Enagas a consecuencia de las causas de las interrupciones de suministro el¨¦ctrico el pasado martes, en el momento m¨¢s ¨¢lgido de fr¨ªo. Centenares de grandes y peque?as empresas sufrieron cortes obligados a fin de garantizar el servicio al conjunto de usuarios. No s¨®lo hay que acordarse de santa B¨¢rbara cuando llueve. El consumo de electricidad en Espa?a ha llegado a niveles insostenibles y de no moderarse tendr¨¢ efectos muy graves no s¨®lo para la econom¨ªa, sino tambi¨¦n para el medio ambiente.
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