Henry Grunwald, ex director de la revista 'Time'
Henry A. Grunwald, director de la revista Time y ejemplo del sue?o americano, falleci¨® el pasado s¨¢bado 26 de febrero en su casa de Manhattan a los 82 a?os de edad. Su carrera fue el paradigma del self-made man, la utop¨ªa del ¨¦xito en Estados Unidos: su largo trayecto vital le llev¨® desde su Austria natal hasta uno de los lugares m¨¢s codiciados y privilegiados en el periodismo de su pa¨ªs de adopci¨®n.
Grunwald, nacido en 1922, sali¨® de Austria con su familia para huir de la ocupaci¨®n y la opresi¨®n de las tropas alemanas. Se establecieron temporalmente en la antigua Checoslovaquia y despu¨¦s en Par¨ªs; el avance de las tropas alemanas les oblig¨® a descender hacia el sur, con estancias en Biarritz, Lisboa y Marruecos.
De all¨ª saltaron de continente y entraron en Nueva York. Su padre, Alfred, que en Viena ten¨ªa ¨¦xito como escritor de letras para operetas, sobrevivi¨® con trabajos espor¨¢dicos que permitieron a Henry una educaci¨®n universitaria en la Universidad de Nueva York. All¨ª empez¨® su pasi¨®n por el periodismo con la creaci¨®n de publicaciones para estudiantes.
Enseguida consigui¨® un empleo en la revista Time como chico para todo. Cuando ten¨ªa periodos de descanso o vacaciones los empleaba en tratar de dominar el ingl¨¦s -con visitas frecuentes a las salas de cine de Nueva York- y viajar para entender el estilo de vida americano.
Su ascenso en el organigrama de la revista desde lo m¨¢s bajo hasta lo m¨¢s alto fue lento pero inexorable; Grunwald fue corrector, redactor y editor. Cuando ten¨ªa 45 a?os, en 1968, ascendi¨® finalmente al puesto de director.
Bajo su dominio, la revista Time perdi¨® su hist¨®rico car¨¢cter conservador para acercarse hacia un centro pol¨ªtico que permit¨ªa competir mejor con Newsweek. Suyas fueron decisiones que ya son permanentes, como permitir a los redactores y corresponsales que su byline -su firma- apareciese bajo el titular de las noticias. Tambi¨¦n cre¨® secciones nuevas en la publicaci¨®n (Energ¨ªa, Medio Ambiente, Econom¨ªa, etc¨¦tera) e impuls¨® el nacimiento de lo que algunos denominaron "periodismo religioso", con investigaciones frecuentes sobre asuntos m¨¢s cercanos a la espiritualidad que al periodismo. Suyo es tambi¨¦n un titular hist¨®rico: "?Ha muerto Dios? ", preguntaba en portada la revista Time en 1966.
Grunwald escribi¨® personalmente el art¨ªculo editorial con el que Time pidi¨® la dimisi¨®n de Richard Nixon por el esc¨¢ndalo Watergate: "La pesadilla de esta incertidumbre debe terminar. Hace falta empezar desde cero. Algunos aqu¨ª y fuera de este pa¨ªs", escribi¨® el 12 de noviembre de 1973, "pueden contemplar la dimisi¨®n del presidente como un signo de debilidad y fracaso de Estados Unidos. Pero ser¨ªa justamente un signo de lo contrario". Nixon dimiti¨® en el a?o 1974.
El editor del grupo Time, Norman Pearlstine, public¨® el lunes una carta a los lectores en la que elogia la trayectoria de Grunwald y su aportaci¨®n al haber "alejado la revista del partidismo pol¨ªtico y haber reforzado su independencia en asuntos nacionales e internacionales".
Despu¨¦s de 11 a?os al frente de Time, Grunwald asumi¨® la jefatura del grupo al frente de la edici¨®n de todas sus publicaciones, entre las que se incluyen tambi¨¦n Fortune, Sports Illustrated y People.
En 1988, Grunwald volvi¨® a su Viena natal cuando el presidente Ronald Reagan le ofreci¨® el cargo de embajador de Estados Unidos en Austria. Ocup¨® ese puesto durante dos a?os.
La d¨¦cada siguiente la dedic¨® a escribir su autobiograf¨ªa, un libro de memorias inspirado en la ceguera que le produjo una enfermedad degenerativa y su primera novela, Un santo, m¨¢s o menos, publicada en 2003.
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