Ronaldo despierta en Mestalla
Los ataques del brasile?o equilibran la superioridad en el juego del Valencia, pero el Madrid se queda a ocho puntos del Bar?a
En un partido muy exigente, el Valencia confirm¨® la resurrecci¨®n que ha experimentado con Antonio L¨®pez. Fue un equipo ambicioso, acompasado y tenaz, aunque le falt¨® la brillantez en el ¨²ltimo tramo. La gran actuaci¨®n de Baraja y de Aimar sirvi¨® para arrinconar por momentos al Madrid, que apret¨® los dientes para no salir goleado de Mestalla. El cuadro de Luxemburgo estuvo compacto en defensa y laborioso en el centro del campo. ?sas fueron sus virtudes. En ataque se prodig¨® poco: un pase majestuoso de Guti y unas cuantas arrancadas de Ronaldo que, eso s¨ª, resultaron determinantes para equilibrar el encuentro. En realidad, cada vez que Ronaldo pis¨® el ¨¢rea provoc¨® un temblor en las gradas. Es su manera de responder a las cr¨ªticas de las ¨²ltimas semanas.
VALENCIA 1 - REAL MADRID 1
Valencia: Ca?izares; Sissoko, Ayala, Marchena, Carboni; Rufete (Xisco, m. 86), Albelda, Baraja, Fabio Aurelio; Aimar y Mista (Di Vaio, m. 60).
Real Madrid: Casillas; Ra¨²l Bravo, Helguera, Samuel, Roberto Carlos; Gravesen, Guti (Borja, m. 84); Beckham (Celades, m. 77), Figo, Solari (Portillo, m. 77); y Ronaldo.
Goles: 1-0. M. 14. Aimar combina con Mista y bate desde la frontal del ¨¢rea a Casillas con un disparo a media altura a la izquierda del portero. 1-1. M. 27. Ronaldo recibe un gran pase de Guti, regatea a Ca?izares y a Marchena y marca a puerta vac¨ªa.
?rbitro: Puentes Leira. Amonest¨® a Guti, Ra¨²l Bravo, Mista, Beckham y Carboni.
Lleno en el estadio de Mestalla: unos 52.000 espectadores.
Deber¨ªa saberlo el estadio de Mestalla. Mejor no molestar a la bestia. Pero lo hizo. Empez¨® a cantarle "gordo, gordo, gordo" y, claro, se cabre¨® Ronaldo, que marc¨® su octavo gol al Valencia en ocho partidos, su primer tanto en 50 d¨ªas de sequ¨ªa. Un golazo de principio a fin. El pase de Guti fue una obra maestra: raso, profundo, preciso, por el medio de una tupid¨ªsima defensa, que se qued¨® estupefacta. Motivos no le faltaban porque el receptor era Ronaldo, con todo lo que eso supone. Se fue directo a por Ca?izares, lo mand¨® al suelo, despu¨¦s lleg¨® Marchena, lo mismo, a golpe de cintura, y as¨ª hasta que se qued¨® solo ante la raya de gol e impuls¨® el bal¨®n. As¨ª se las gasta "el gordo". Lo que le sirvi¨® para ganarle el duelo personal a Ayala, en esa vieja enemistad que ambos cultivan desde los tiempos del calcio. En cuanto a Guti, apenas hab¨ªa entrado en juego desde la posici¨®n de media punta, pero lo hizo para decidir.
Era el empate de una primera parte intens¨ªsima, muy seria, bien jugada por ambos equipos. Mejor el Valencia por su volumen de ataque, pero esta vez se encontr¨® con un Madrid menos vulnerable que otras veces en Mestalla, infinitamente m¨¢s trabajador de lo que sol¨ªa, presionante en el centro del campo. Hab¨ªa mucho que parar. A un Aimar inspirado, desequilibrante y muy comprometido: bajando a defender la larga carrera de su amigo Solari en un contragolpe madridista, por ejemplo. Aimar cont¨®, adem¨¢s, con un gran Baraja para gobernar la primera media hora. Anoche hubo una complicidad especial entre los dos, superando la rivalidad que existi¨® alguna vez. Son complementarios. As¨ª que Aimar agradeci¨® una vez m¨¢s el cari?o que le da Antonio L¨®pez y volvi¨® a marcar, el segundo consecutivo, salvando un estigma que le persegu¨ªa: su falta de pegada. Coloc¨® el bal¨®n junto al poste izquierdo de Casillas.
El choque fue tan serio que una fea entrada de Guti a Baraja fue contestada con una amenaza de ¨¦ste: "Ya te coger¨¦", le dijo con el gesto de la mano olvid¨¢ndose de que son compa?eros de selecci¨®n. El Valencia mantuvo la intensidad tras el descanso. El Madrid no. Se dej¨® llevar. Lleg¨® en oleadas en cuadro de Antonio L¨®pez mientras ni Gravesen ni Solari, que hab¨ªan arrinconado a Aimar, lograron arrebatarle el bal¨®n. Por lo visto, Luxemburgo orden¨® a estos dos jugadores (Gravesen y Solari) que no perdieran de vista al peque?o genio argentino. Que lo marcaran de cerca. Pero el mago aparec¨ªa y desaparec¨ªa por sorpresa. Sin embargo, omo le faltaba resoluci¨®n al Valencia, L¨®pez opt¨® por Di Vaio en lugar de Mista, pero el italiano tampoco resolvi¨® nada. Solari le hab¨ªa ganado la espalda a Sissoko, improvisado lateral derecho, en la primera acci¨®n interesante del encuentro, tras un pase profundo de Roberto Carlos. Nunca m¨¢s. El jugador africano se convirti¨® en un gigante en el segundo periodo, exuberante en sus arrancadas desde atr¨¢s. Lo mismo que Carboni, que le dio la noche a Figo.
Al Madrid le quedaba alguna contra. Y esa fue la aportaci¨®n de Beckham en todo el encuentro. Un pase largo a Ronaldo que ¨¦ste convirti¨® en ocasi¨®n clara de gol. Dribl¨® a Ayala y su disparo con la izquierda lo sac¨® Ca?izares con la yema de los dedos. Despu¨¦s de las cr¨ªticas de las ¨²ltimas semanas, Ronaldo respondi¨® como sabe: siendo el mejor delantero del mundo al imponerse al mejor defensa: Ayala. Llegado el ¨²ltimo cuarto, el Valencia se hab¨ªa desgastado much¨ªsimo, mucho m¨¢s de lo que hab¨ªa conseguido. De ah¨ª que Ronaldo, que lo huele, a punto estuviera de sentenciar de no ser por otra mano milagrosa de Ca?izares.

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