'Deivid' vence a David

Un irland¨¦s pele¨®n se asom¨® por la calle dos. Una sombra blanca y verde. M¨¢s blanca que verde por su tez como la leche, y una mancha roja en el pelo. Una sombra enorme, gigante, David Canal, pegado a su calle uno, torci¨® el gesto. El morro. Fue el ¨²nico gesto que pod¨ªa permitirse. Los ¨²nicos m¨²sculos, los de la cara, que a¨²n ten¨ªan libertad de movimiento. Sus piernas no daban para m¨¢s. Envenenadas de ¨¢cido l¨¢ctico, dolor, un infierno. Y el oro, que cre¨ªa seguro, esfum¨¢ndose a la misma velocidad a la que la zancada del irland¨¦s, un gigante de 21 a?os, se aceleraba, se agrandaba, le com¨ªa el terreno desde la calle dos. El oro, definitivamente, vol¨®. Como se tem¨ªa Canal desde hac¨ªa 25 segundos. Como lo sinti¨®, igual de agudo que el codazo del ruso Forshev en sus costillas.

Los 400 en pista cubierta, en pista de 200 metros, tienen un punto cr¨ªtico, el primer paso por meta. Es el momento en el que todos, los seis atletas, convergen hacia la calle libre, hacia la cuerda, hacia el lugar que da seguridad, que obliga a los que vienen por detr¨¢s a gastar fuerzas suplementarias, a hacer unos metros de m¨¢s, para adelantar por la calle exterior. El d¨ªa anterior, en semifinales, a Canal, que, como todos, huye de los codazos y del barullo que se forma cuando todos convergen en un punto, le sali¨® la jugada limpia. Corri¨® en 21,50 los primeros 200 y lleg¨® destacado al momento. Ayer tambi¨¦n fue el primero en pasar a la cuerda, pero lo hizo desde arriba, desde la calle cuatro, y m¨¢s lento, en 21,74s. Lleg¨® el primero pero se encontr¨® a sus espaldas a un insidioso ruso que le disput¨® el trofeo. Canal impuso su f¨ªsico tras codazos y empujones, pero en el esfuerzo se le fueron fuerzas vitales.

Entr¨® el primero en la ¨²ltima curva, la se?al de que la carrera est¨¢ ganada al 99%, pero entr¨® cansado, sin fuerzas para el uno por ciento que le faltaba. Y, sin embargo, crey¨® que podr¨ªa ser posible.

Por detr¨¢s de ¨¦l, unos cuantos metros por detr¨¢s, el mismo ruso, Forshev, segu¨ªa zascandileando con atletas m¨¢s grandes que ¨¦l. Era la ¨²ltima curva, cerrad¨ªsima, lanzada, y el objetivo fue en esta ocasi¨®n el irland¨¦s Gillick, imponente de fuerza. En esta ocasi¨®n no us¨® s¨®lo codos y brazos, tambi¨¦n tir¨® de piernas, de intento de zancadilla. Sali¨® rebotado y el irland¨¦s lanzado hacia el oro.

El oro lo ten¨ªa ah¨ª Canal, a menos de 20 metros. Su primer oro continental. La medalla que deb¨ªa refrendar su calidad, que le permitir¨ªa, a los 26 a?os cumplir, por fin, todas las expectativas que hab¨ªa levantado desde quincea?ero. Una deuda ya hab¨ªa saldado hac¨ªa unas semanas al convertirse en el primer espa?ol de la historia que bajaba de 46s en pista cubierta. Le faltaba un t¨ªtulo. Ya hab¨ªa sido plata hac¨ªa cinco a?os en el Europeo en pista cubierta de Gante. Y al aire libre en M¨²nich en 2002. Y llegaba como el mejor europeo del a?o, el ¨²nico que hab¨ªa bajado de 46s. Pero el destino, transfigurado en un irland¨¦s de leche y pelirrojo, pero duro e inasequible, -como dicen las pel¨ªculas y los mitos que son los irlandeses, como comprob¨® unos minutos m¨¢s tarde en sus carnes Reyes Est¨¦vez- mezclado con un ruso bajito y bronco, se lo neg¨®. Para una vez que Canal hab¨ªa huido del conformismo, para una vez que hab¨ªa colocado sus ambiciones a la altura de sus posibilidades.