Lenguaje sinf¨®nico

Obra sinf¨®nica importante, esta Suite flamenca, creaci¨®n de Joan Albert Amarg¨®s por encargo de la Orquesta Nacional de Espa?a. Una obra compleja tambi¨¦n, pese a un lenguaje aparentemente directo e inteligible. Lo flamenco es tratado con fluidez exquisita, con serenidad, con convicci¨®n.

Adquiere altos vuelos desde el principio, desarrollando con determinaci¨®n un discurso cuajado de belleza y -tambi¨¦n, ?por qu¨¦ no?- jondura. El lenguaje sinf¨®nico cada vez se acerca con m¨¢s frecuencia al flamenco, y ¨¦sta es una de esas ocasiones en que lo hace con m¨¢s brillantez.

Prueba de fuego para los flamencos, en primer lugar para Miguel Poveda en una de las tareas m¨¢s dif¨ªciles que se le hayan encomendado jam¨¢s. Alegr¨ªas, martinetes, tientos. ?sos fueron los tres tiempos en que hubo de desenvolverse en el flamenco, pero no fueron cantes al uso, pues el lenguaje sinf¨®nico les dio unas caracter¨ªsticas muy concretas. Salvo a los martinetes, que al silenciarse la orquesta y quedar la voz sola Poveda pudo hacer su cante como el cante es, sin mayores vicisitudes.

Todo el cante fue, en cualquier caso, una exigencia tremenda para el cantaor. No es f¨¢cil cantar con una orquesta como la Nacional de Espa?a, con varias decenas de profesores y una partitura a la que hay que atenerse fielmente, rigurosamente. De hecho, en alg¨²n momento, la m¨²sica, sonando fuerte, casi tapaba la voz del cantaor, no s¨¦ si porque estaba indicado as¨ª o por un problema de ajuste.

M¨ªnimos momentos, que en nada menoscabaron la belleza de una realizaci¨®n sobresaliente.