?Son machistas las universidades?
Una estudiante, una investigadora, una profesora, una catedr¨¢tica y una vicerrectora dan su impresi¨®n sobre la situaci¨®n de la mujer en los centros acad¨¦micos valencianos
Las mujeres son mayor¨ªa en las cinco universidades p¨²blicas valencianas. Pero su proporci¨®n tiende a decrecer a medida que se sube en la jerarqu¨ªa: Hay 70.734 estudiantes (un 53% del total); 1.995 profesoras (31%); 249 catedr¨¢ticas (20%); 14 vicerrectoras (24%) y ninguna rectora.
Una desigualdad que parece remitir -en 1999 s¨®lo hab¨ªa dos vicerrectoras- pero que resulta llamativa partiendo del dato de que, al menos desde 2001, las mujeres espa?olas superan a los hombres en posesi¨®n de t¨ªtulos universitarios.
Cinco mujeres vinculadas a la universidad -una estudiante; una investigadora; una profesora; una catedr¨¢tica y una vicerrectora- relatan su experiencia y responden a la misma pregunta: ?Son machistas las universidades?Las cinco se?alan algunos puntos en com¨²n y tienen tambi¨¦n diferencias. La discriminaci¨®n se percibe menos cuanto m¨¢s joven es la entrevistada.
"Las mujeres vemos m¨¢s los cargos en sentido etimol¨®gico; como una carga"
"Lo que las mujeres necesitan son parejas que les ayuden m¨¢s a llegar a los cargos"
- Vicerrectora
Maria Josep Cuenca tiene 41 a?os y lleva tres al frente del Vicerrectorado de Investigaci¨®n de la Universitat de Val¨¨ncia. "Un ¨¢rea t¨ªpicamente masculina". Catedr¨¢tica de Filolog¨ªa catalana, dedica una media de 10 horas al d¨ªa a trabajar. Una actividad que invade parte de las vacaciones y de los fines de semana. "Porque los trabajos no se sustituyen. Se suman, hasta el l¨ªmite que una puede aguantar".
Cuenca niega que la universidad sea machista. La desigualdad en los puestos de responsabilidad, opina, no proviene de un trato discrimatorio sino de las diferentes condiciones de las que parten las mujeres y los hombres.
"En la conciliaci¨®n de la vida familiar y laboral, las mujeres lo tenemos m¨¢s dif¨ªcil", se?ala. Y a?ade: "Probablemente lo que necesitan [las mujeres] sean parejas que les den m¨¢s apoyo para llegar a este tipo de cargos".
La vicerrectora enumera las obligaciones de la vida universitaria: "docentes, investigadoras", y, voluntariamente, "gestoras". "Si adem¨¢s tienes obligaciones familiares, de las ¨²nicas que puedes prescindir es de las gestoras".
A Maria Josep Cuenca no le gusta generalizar. Pero despu¨¦s de insistirle afirma: "Las mujeres tenemos una forma de entender el trabajo que se basa en ponerle mucha dedicaci¨®n. Algo que se observa tambi¨¦n en las estudiantes: La t¨ªpica buena estudiante es alguien con mucha capacidad que adem¨¢s dedica mucho tiempo al trabajo. El t¨ªpico buen estudiante, en cambio, puede no dedicar tanto tiempo".
Y contin¨²a: "Creo que las mujeres entendemos los cargos m¨¢s en el sentido etimol¨®gico. Como una carga que asumimos. Y probablemente los hombres lo entienden m¨¢s como un reconocimiento.
Cuenca admite que la "discriminaci¨®n positiva" es "probablemente necesaria dada la situaci¨®n", pero la considera "peligrosa": "Porque puede llevar a pensar que cualquier mujer que ocupe un cargo no lo hace por su valor intr¨ªnseco".
La vicerrectora no hace pron¨®sticos sobre cu¨¢ndo una mujer dirigir¨¢ una universidad valenciana. Pero es optimista: "Los avances son lentos, pero ahora estamos hablando de diferencias en el ¨¢mbito directivo. Hace poco hablar¨ªamos de diferencias en el ¨¢mbito del acceso a la universidad, y hace 50 a?os la discusi¨®n no era si pod¨ªas ser rectora, sino licenciada".
- Catedr¨¢tica
Purificaci¨®n Escribano, 52 a?os, es catedr¨¢tica de F¨ªsica Aplicada en la Universidad Jaume I de Castell¨®n. Y es tambi¨¦n "la ¨²nica loca" que se ha presentado a unas elecciones a rectorado en la Comunidad Valenciana. Fue hace tres a?os y perdi¨® ante Francisco Toledo, rector de la Jaume I. De la experiencia le queda la alegr¨ªa de haber ganado entre los estudiantes; y la sensaci¨®n de que su candidatura tuvo "un coste personal muy alto". "Algunos no entendieron" que se presentara a unas elecciones en el marco de la reci¨¦n aprobada Ley Org¨¢nica de Universidades.
Trabaja, como Cuenca, una media de 10 horas al d¨ªa. Y en ocasiones tambi¨¦n en vacaciones y fines de semana. "Lo cual no significa que piense que deba hacerse eso. Porque me gusta leer algo que no sea qu¨ªmica, y me gusta mucho el cine y el teatro".
Escribano se define como feminista. Y asegura que en la universidad, como "en cualquier otro estamento" de la sociedad hay "cierta discrimaci¨®n hacia las mujeres". Subraya la dificultad de compaginar vida laboral y vida privada. Y critica el horario "masculino" que establece reuniones a mediod¨ªa o "a partir de las siete de la tarde".
Su hija tiene 20 a?os y estudia periodismo en la Universitat de Val¨¨ncia. Escribano explica: "Si de algo me arrepiento, cuando yo era directora del Colegio Universitario y mi hija era peque?a, es de haberle robado horas. No para cuidarla, que eso siempre lo ha tenido, pero s¨ª para haber pasado m¨¢s tiempo, para haberla disfrutado m¨¢s".
La catedr¨¢tica explica el bajo n¨²mero de mujeres en cargos de responsabilidad por el sistema de promoci¨®n. "Para acceder a un puesto superior se tienen en cuenta par¨¢metros que dif¨ªcilmente pueden ser cumplidos por las mujeres. No por su capacidad, sino porque no se las ha dejado".
Para ascender, "cuenta haber liderado grupos de investigaci¨®n. Y los grupos de investigaci¨®n suelen estar dirigidos por un hombre. Y cuentan el n¨²mero de trabajos publicados y el n¨²mero de tesis dirigidas". El momento en el que las mujeres dedicen ser madres, argumenta, suele coincidir con la etapa en la que finalizan la tesis doctoral. "Si a ese par¨®n en la etapa productiva sumamos que la mujer tiende a ser la encargada del cuidado de los hijos, eso va a repercutir notablemente en su promoci¨®n".
Escribano defiende para las universidades unas pol¨ªticas de paridad al estilo de las implantadas por el presidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero en el Consejo de Ministros.
Y le "duele" que "las propias mujeres" hablan en contra de la discrimaci¨®n inversa. "Dicen que no deber¨ªamos reivindicar la paridad, que realmente, la que vale llega. Y a m¨ª esto me hace pensar: 'Si somos tan pocas las mujeres que hemos podido llegar, y hay tantos hombres, significa que somos menos v¨¢lidas que ellos'. Y obviamente no creo que sea as¨ª. O sea que no son solamente los hombres; las mujeres deber¨ªamos tener mucho cuidado cuando hablamos de paridad".
- Profesora
Nieves Montesinos es profesora de Derecho Eclesi¨¢stico en la Universidad de Alicante. Fue la primera directora del Centro deestudios de g¨¦nero de su universidad, tiene 47 a?os y espera un hijo. Montesinos, satisfecha de su embarazo, habla del retraso de la la maternidad. "No son s¨®lo cuestiones profesionales, pero es verdad que primero tienes que terminar la tesis, despu¨¦s, la oposici¨®n y todo se programa, todo se prioriza, aunque quiz¨¢ no deber¨ªa ser as¨ª".
La profesora titular responde que s¨ª, que la universidad es machista: "Porque no es ni m¨¢s ni menos que reflejo de la sociedad, y la sociedad es machista. Podr¨ªa parecer una excepci¨®n, porque se entiende que somos una ¨¦lite, pero las estructuras se reproducen".
Montesinos retoma el ejemplo de los tiempos: "Hay muchas decisiones que se toman cuando s¨®lo hay hombres. Como cuando un consejo de departamento es a las 5 de la tarde, y la mujer tiene que ir a recoger a los chiquillos. O cuando algo se acaba de decidir tomando una cerveza, despu¨¦s de trabajar".
Sin ser "la panacea", defiende las pol¨ªticas de paridad. Y opina que las mujeres son "m¨¢s din¨¢micas y m¨¢s operativas", acostumbradas como est¨¢n a resolver cuestiones "de intendencia". "Y m¨¢s acostumbradas a escuchar, lo que es un punto dentro del funcionamiento democr¨¢tico".
- Investigadora
Como otras j¨®venes universitarias, Martina Delgado, de 25 a?os, se considera una "privilegiada". Delgado participa en un proyecto de Telecomunicaciones y desarrollo de componentes de fibra ¨®ptica en el departamento de F¨ªsica Aplicada de la Universitat de Val¨¨ncia.
Lleva a?os viviendo de beca en beca y pertenece a la Federaci¨®n de J¨®venes Investigadores.
Se siente una privilegiada porque, en lo que a discriminaci¨®n de g¨¦nero se refiere, su vida acad¨¦mica ha transcurrido siempre "en condiciones higi¨¦nicas".
Fue la ¨²nica mujer en sus cursos de doctorado. Comparte proyecto con ocho hombres y tres mujeres, profesores incluidos. Opina que la desigualdad en los puestos de responsabilidad responde al retraso hist¨®rico en la incorporaci¨®n a la universidad". A?ade que hay mujeres que lideran proyectos de investigaci¨®n, y que en su departamento tambi¨¦n los hombres se preocupan por la vida familiar "y tienen que salir corriendo a recoger a sus hijos".
Delgado sabe que el mundo laboral es diferente; que las mujeres ganan de media un 23% menos en los mismos empleos y que la maternidad puede ser problem¨¢tica: "Una amiga se qued¨® embarazada, y le dijeron que renovar el contrato iba a ser dif¨ªcil".
- Estudiante
Irene Mart¨ªnez, informa Cristina Medina, tiene 21 a?os y estudia segundo de Psicolog¨ªa en la Universidad Miguel Hern¨¢ndez de Elche. No se considera feminista ni tampoco machista. No se siente discriminada, ni en general, ni en la universidad. "En mi clase hay diez chicos por unas 50 chicas, no se atreven".
?Por qu¨¦ hay menos mujeres en cargos importantes? Irene contesta que los hombres aparentan tener m¨¢s dotes de mando y que queda mucho machismo en la sociedad. A?ade que, en cualquier caso, "la mujer es generalmente menos ambiciosa en ese sentido" y reparte su tiempo en otras facetas de la vida.
Lo que la indigna es la discriminaci¨®n salarial. "No entiendo por qu¨¦, haciendo el mismo trabajo, no se paga igual". Espera que la soluci¨®n llegue cuando las nuevas generaciones, como la suya, acceda al mundo de los adultos. "Esto se soluciona con una educaci¨®n basada en la igualdad desde peque?os, tanto para hombres como para mujeres, porque incluso entre nosotras hay mujeres machistas".
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