Renault lanza el guante a Ferrari

El duelo est¨¢ servido y el mon¨®logo de Ferrari parece en v¨ªas de concluir. La escuder¨ªa del cavallino rampante no lo va a tener tan f¨¢cil como el a?o pasado. Era previsible tanto por los progresos de la competencia, de Renault y McLaren b¨¢sicamente, como por el hecho de que entonces se adjudic¨® nada menos que 15 de los 18 grandes premios, algo muy dif¨ªcil de repetir. En la apertura de este curso, ayer en Melbourne, casi nada fue como entonces. S¨®lo el segundo puesto de Rubens Barrichello. Renault se apropi¨® de los papeles estelares de la carrera. El rojo de Barrichello fue el ¨²nico punto de contraste en un podio absolutamente azul, en el que se reencontr¨® la familia Renault al completo. El veterano Giancarlo Fisichella subi¨® al escal¨®n m¨¢s alto, Fernando Alonso celebr¨® su sensacional actuaci¨®n desde el tercero y el director de la escuder¨ªa, Flavio Briatore, a un lado, all¨ª donde se pasaron casi todo 2004 el director general o el director t¨¦cnico de Ferrari, Jean Todt o Ross Brawn, recogiendo los laureles a la mejor escuder¨ªa. Michael Schumacher, que entonces pint¨® de rojo el Mundial desde su estreno, se vio forzado esta vez al abandono despu¨¦s de que su Ferrari, tras una maniobra al l¨ªmite en una vuelta a derechas, fuera embestido por el Williams de su compatriota Nike Heidfeld. Para entonces, cuando faltaba algo menos de un tercio de la carrera para el final, el siete veces campe¨®n mundial circulaba lejos de la cabeza y luchaba por la octava plaza.

Fisichella venci¨® porque aprovech¨® a la perfecci¨®n la ventaja de salir el primero, un derecho que se gan¨® fundamentalmente en las clasificaciones del s¨¢bado. Ese d¨ªa los nubarrones que se pasearon todo el fin de semana sobre el circuito de Melbourne le fueron propicios. Se contuvieron hasta que concluy¨® su vuelta y acto seguido descargaron a base de bien para desesperaci¨®n de Fernando Alonso y sobre todo de Michael Schumacher, entre otros muchos. De cualquier manera, Fisichella, que logr¨® el segundo triunfo tras 142 grandes premios acumulados en diez temporadas, demostr¨® las espl¨¦ndidas condiciones que siempre le han distinguido como uno de los m¨¢s apreciados pilotos del circuito. Estuvo a la altura de la fiabilidad de su Renault, que funcion¨® como un reloj. Lo mismo le sucedi¨® a Fernando Alonso, con la salvedad de que tuvo que resolver situaciones mucho m¨¢s complicadas a lo largo de la prueba. Parti¨® desde la 13? posici¨®n de la parrilla de salida. Esa desventaja no hizo sino avivar su esp¨ªritu competitivo. Efectu¨® una buena salida que le permiti¨® situarse en la d¨¦cima posici¨®n, aunque se qued¨® algo cerrado en las dos primeras curvas. Se pele¨® con el canadiense Jacques Villeneuve, su compa?ero durante tres de los ¨²ltimos grandes premios del pasado curso y que ahora pilota un Sauber. Le pas¨® una vez. Villeneuve le devolvi¨® la moneda. Pero Alonso no cej¨® en su prop¨®sito hasta que lo consigui¨® definitivamente en la vuelta 17?. A partir de ah¨ª empez¨® a marcar algunas de las vueltas m¨¢s r¨¢pidas en otro magn¨ªfico s¨ªntoma para los ingenieros de motor de Renault, que han logrado que sus b¨®lidos aumenten unos 10 caballos de potencia sin por ello perder fiabilidad. Alonso adelant¨® en la vuelta 30? a su compa?ero de la pasada temporada, Jarno Trulli, ahora en Toyota.

En una carrera en la que casi todos fueron a dos paradas, los Renault se mostraron tambi¨¦n acertados en los momentos elegidos para efectuarlas. Despu¨¦s de invertir cinco segundos y medio en la segunda, Alonso se situ¨® en la tercera posici¨®n, muy cerca de Barrichello, aunque no pudo amenazar realmente al brasile?o. Emparedado el Ferrari entre Fisichella y Alonso, el gran premio dej¨® entrever que Ferrari, que se reserva en la manga el estreno de su nuevo b¨®lido en el Gran Premio de Espa?a dentro de dos meses, este a?o va a tener una cerrada competencia con la escuder¨ªa francesa y tambi¨¦n con los McLaren de Montoya y Raikkonen, ayer poco afortunados, sin descartar a los Williams e incluso a los sorprendentes Red Bull Cosworth de Coulthard y Klien. La cosa promete.