La maquinaria de un gran negocio
48 horas en el interior de una de las m¨¢s poderosas agencias de representantes de Espa?a, la que lleva a Torres o Eto'o
Amadagun se mira los pies, los calcetines llenos de agujeros, mientras come sobre la cama en el hotel Sheraton de Lagos, la capital de Nigeria. Los africanos est¨¢n de moda. Hay que ficharlos. Weah, que es africano, es en 1994 el mejor del mundo. Jos¨¦ Antonio Mart¨ªn, Pet¨®n, tiene una misi¨®n: contratar jugadores negros, fuertes y buenos. En ese momento, mientras mira las migas caer de la boca de Amadagun, su contacto, sobre la colcha, hace el recuento de las veces que le han "requisado" el pasaporte, las veces que ha tenido que pagar 100 d¨®lares por recuperarlo. En la recepci¨®n de su lujoso alojamiento le han dicho que no hay ning¨²n problema en pasear por el exterior... siempre y cuando sea dentro de los l¨ªmites del jard¨ªn. El d¨ªa anterior un viejo le ha salvado la vida, golpeando su bast¨®n sobre el suelo enlozado del aeropuerto y oblig¨¢ndole a meterse en el taxi adecuado. El conductor que pensaba coger, se entera despu¨¦s, pretend¨ªa secuestrarle. Recuerda el fr¨ªo met¨¢lico del ca?¨®n de un fusil en el paladar, mientras le aturd¨ªan los gritos de un soldado del ej¨¦rcito. Entonces, mira a Amadagun, "el m¨ªtico" Amadagun y decide marcharse a Akra, la capital de Ghana. Fue su primera tarea como representante y concluy¨® con el fichaje de Baba Sule por el Madrid. Despu¨¦s ha negociado por todo el mundo, incluido el desierto de Om¨¢n.
Un intermediario recuerda el ca?¨®n de un fusil en el paladar que le puso un soldado nigeriano
Los agentes gastan en m¨®vil 9.000 euros mensuales y hacen 180 viajes al a?o
Un representante ingl¨¦s de la agencia de Beckham ofrece mucho dinero por la imagen de Eto'o
Jos¨¦ Antonio Mart¨ªn es el director general de Bah¨ªa Internacional, la empresa que lleva los asuntos de Fernando Torres y Samuel Eto'o, entre otros. Una compa?¨ªa que factura entre seis y nueve millones de euros anuales, que tiene en cartera a 120 jugadores y cuenta con 20 empleados fijos m¨¢s una docena de colaboradores.
Pet¨®n llega a las diez de la ma?ana. En realidad, un poco m¨¢s tarde, porque "el tr¨¢fico est¨¢ imposible". Los conductores madrile?os a¨²n no han cerrado la boca del asombro despu¨¦s de ver posarse sobre la capital m¨¢s de 20 cent¨ªmetros de nieve. "Ayer estuve nueve horas atrapado en el aeropuerto de Las Palmas", saluda, enjuto, hiperactivo. En Bah¨ªa se hacen m¨¢s de 180 viajes anuales: "Muchos billetes de avi¨®n", reconoce Roc¨ªo, la secretaria, encadenada a un tel¨¦fono saltar¨ªn que nunca para de sonar.
Pet¨®n viste vaqueros y unas botas de campo. Su m¨®vil, cuyas facturas oscilan entre los 6.000 y los 9.000 euros mensuales, nunca descansa. "?Nada es imposible, int¨¦ntalo, ?pero lo has intentado?", se le oye replicar. Y recita el comienzo del c¨¦lebre poema de Kipling If. A las once y media comienza la reuni¨®n. Pet¨®n reparte chupa-chups sin azucar, los lanza parapetado detr¨¢s de una mesa en ¨¢ngulo recto llena de papeles y un ordenador port¨¢til. Se inicia la ronda, mientras Agust¨ªn Lasaosa, un agente de la empresa, asiste a la junta desde Huesca, a trav¨¦s del tel¨¦fono con el manos libres activado. Se oye, lejano, el ladrido de sus perros interrumpiendo la relaci¨®n, por turno, de los dem¨¢s. "Hay un periodista", le advierten antes de que abra la boca. Hablan de motivar a jugadores, de tratarles con tacto "para que no nos odien". "Hay que recordarle sus obligaciones", zanja Pet¨®n. Ha llamado alguien para preguntar si tienen "un entrenador por ah¨ª". Jorge Lera, el encargado de la divisi¨®n del negocio en Escocia, donde juegan Nacho Novo o David Fern¨¢ndez, dice que ha hablado con la madre de un jugador "para saber". Seg¨²n Lera, "no todos pueden jugar el extranjero, los hay que luego p¨ªan todo el rato que si el sol, que si mi casa, que si el jam¨®n". Dos agentes cuentan la misma historia desde un prisma muy distinto. Pet¨®n pregunta por qu¨¦. Gustavo Ca?izares, otro empleado, se r¨ªe: "Porque ¨¦l ha hablado con el club y yo con el jugador".
Ca?izares, ex jugador del Xerez, piensa que su tarea es ser "una extensi¨®n del vestuario". Los jugadores le cuentan sus penas: "No juego porque el entrenador me tiene man¨ªa", por ejemplo. Algunos futbolistas son "pecualiares" y hay que llevarles con tacto. "Son personas, algunos muy sensibles, y hay que saber c¨®mo piensan". Un jugador internacional en todas las categor¨ªas ha desaparecido de las convocatorias de su equipo. Hay que consolarle. "Hay jugadores que llaman diez veces al d¨ªa para todo, desde comprarse un coche a problemas en el colegio de los ni?os, son Bah¨ªa-dependientes".
A la reuni¨®n asisten dos mujeres. Una de ellas, Margarita Bret, fue la primera espa?ola con licencia para negociar futbolistas entre orondos presidentes con puro y directores deportivos. Lleva su carn¨¦ de representante en el bolso, mezclado con otros mil cachibaches, desde hace cinco a?os. Est¨¢ embarazada de siete meses y tiene la voz suave, casi diluida, como el az¨²car en el caf¨¦. Pero es la segunda de la empresa, la directora financiera, y quien tiene la responsabilidad de redactar todos los contratos. "Ahora lo que se lleva es el jugador libre, antes estaba de moda el traspaso", asegura. Bret es una de las cuatro agentes en una interminable lista de 270 hombres.
"Nunca he tenido problemas por el sexo, entre otras cosas, porque la figura del presidente a la antigua, machista, ya casi no existe". Bret pertenece a la directiva de los agentes espa?oles, que convocan este mes de marzo uno de sus ex¨¢menes anuales. "La mayor¨ªa de los que se presentan son abogados o futbolistas. Los abogados no tienen contactos, as¨ª que lo tienen dif¨ªcil para establecerse por su cuenta". Ya no es necesario un aval. Basta con una poliza de 1.500 euros anuales.
Margarita tiene un despacho individual con unos ventanales enormes que se abren a la plaza de Col¨®n. Pero su puerta siempre est¨¢ abierta. No se puede encerrar y nadie tiene la obligaci¨®n de llamar antes de entrar. Bret reconoce que uno de los problemas "del negocio" es la dificultad a la hora de cobrar su comisi¨®n, que oscila entre un 5 y un 10% seg¨²n la duraci¨®n del contrato: "No les puedes denunciar por impago por que son tus ¨²nicos clientes potenciales".
Precisamente, el economista brasile?o Markus Fraga, un tipo serio con un abrigo oscuro y la mirada marr¨®n dura y casi siempre fija en alg¨²n punto indeterminado, se ofrece, medio en serio, medio en broma, a hacer de "poli malo" para cobrar, mientras mastica un carpaccio de venado. A la comida tambi¨¦n asiste el presidente de Bah¨ªa, Joaqu¨ªn Martorell, ex encargado de la seguridad del cantante Julio Iglesias. Braga y Antonio Calzado, un andaluz residente desde hace 20 a?os en Nueva York que hizo una modesta fortuna con diversos negocios, entre ellos la compra-venta de puros, est¨¢n a punto de ser parte del entramado de Bah¨ªa. La empresa necesita alguien que le ayude a desentra?ar el complejo mundo del f¨²tbol brasile?o, una mara?a de comisionistas y dirigentes de clubes muy extra?os.
Jos¨¦ Antonio Mart¨ªn y sus chicos necesitan ayuda. Pero no son principiantes. "Lo m¨¢s fuerte que he visto ha sido cambiar las cifras de un contrato asaltando el despacho de un directivo, borrando lo pactado y subiendo las cantidades. El presidente ni se enter¨®, y creo que sigue sin enterarse". En Om¨¢n, un hombre muy elegante, le sent¨® en un coj¨ªn en una jaima en medio del desierto. M¨¢s all¨¢ de la lona, un paisaje surreal: las naves de un pol¨ªgono industrial enorme, con f¨¢bricas de pantalones y perfumes, cercadas por el color oro de la arena. Firmaron un convenio para nutrir al pa¨ªs de futbolistas occidentales y desarrollar el f¨²tbol oman¨ª. Nunca se llevo a efecto.
Bah¨ªa no firma a chicos menores de 15 a?os. Pero en ocasiones ha hecho una excepci¨®n. Es el caso de Fernando Torres. "Era deslumbrante", reconoce Pet¨®n. En las oficinas de la empresa las pecas del delantero del Atl¨¦tico han tomado casi todas las paredes. "Quiero saber por qu¨¦ en el buscador Google la p¨¢gina oficial de Fernando sale la 19 y en peque?ito si buscas su nombre", inquiere Pet¨®n, enfadado. "Si hay que pagarles m¨¢s se les paga, pero eso no se puede quedar as¨ª".
Paz y Armando se encargan de la cantera. Buscan contratos de patrocinio a sus "chicos" para que no tengan que pagar el material deportivo. Tambi¨¦n siguen su evoluci¨®n. Pero no se vuelven locos: "Hay representantes que tienen contrato con casi toda la plantilla cadete del Madrid o el Atl¨¦tico", comentan, pero aseguran que ellos apuestan "por pocos pero seguros, de otra forma, es imposible tratarles como se merecen". Armando tiene un viaje de ida y vuelta en el mismo d¨ªa a Bilbao, "a ver cosas interesantes", aunque confiesa que en el Pa¨ªs Vasco es complejo: "En las gradas de los partidos de chavales hay m¨¢s agentes que p¨²blico normal".
Mariano Aguilar, ex del Atl¨¦tico, es el director del club del deportista, una empresa ajena a Bah¨ªa. Ha quedado con Elsa Pataki, la actriz, para ayudarle a comprar los electrodom¨¦sticos de su cocina. En su cartera, 13.000 deportistas y cantantes como ?lex Ubago o la chica que pone la voz a La Oreja de Van Gogh, Amaia Montero. "Le solucionamos cualquier problema y es totalmente gratuito para ellos", recalca Aguilar. El negocio consiste en el enorme volumen de compras que realiza la empresa. "No es lo mismo comprar un coche que comprar cien", recalca Aguilar, que tambi¨¦n jug¨® en el f¨²tbol escoc¨¦s.
"Quiere de todo, un lateral, un medio, un delantero...", reclama. "Hay que colocar cuatro, pero de los baratos", resuena en el despacho. "Manu quiere acabar su carrera en el Ceuta porque su padre era del Ceuta y le hace mucha ilusi¨®n", recita otra voz. "Hay que buscarle otro sitio a Ram¨®n", asegura un agente. Otro replica: "Ram¨®n ha hablado con el m¨ªster y le ha dicho que cuenta con ¨¦l, que es el m¨¢s t¨¦cnico de la plantilla. Adem¨¢s le han llamado de su selecci¨®n y se le est¨¢ pasando el enfado".
Los problemas que resuelve una oficina de representaci¨®n hasta el mes de abril son de ese cariz: billetes de avi¨®n para jugadores extranjeros que a?oran a su familia, charlas con las esposas y dem¨¢s familiares para pulsar su estado de ¨¢nimo -"si las mujeres no est¨¢n contentas, olv¨ªdate, nada funciona"-, toques de atenci¨®n a "chicos d¨ªscolos", ejercer de confesor de jugadores que no cuentan con oportunidades y solucionarles problemas de ¨ªndole cotidiana.
"La temporada alta llega de mayo a septiembre, entonces esto se vuelve una casa de locos", relata Paz, una abogada cautivada por el mundo del f¨²tbol a trav¨¦s de su hermano, Fernando Torres. Los futbolistas pueden hacer sonar los tel¨¦fonos m¨¢s de veinte veces diarias en esas fechas. "Es un periodo de much¨ªsimo stress", comentan los agentes, que tienen prohibido "aparcar" el m¨®vil y cuyas vacaciones y d¨ªas de descanso no siguen las pautas del calendario: "Aqu¨ª te coges vacaciones a cachos y cuando puedes, en febrero o marzo".
Un hombre con un traje impecable estrecha la mano de Pet¨®n. Es ingl¨¦s. Representa a SFX, la marca que cobija la imagen de, entre otros, David Beckham. Ofrece mucho dinero por el tir¨®n publitario de Eto'o. En ese momento suena el tel¨¦fono. Alguien pregunta si ya han visto en la agencia el ¨²ltimo anuncio de Mahou. En ¨¦l sale Fernando Torres.
Las dos ¨²ltimas jornadas se han alargado cerca de 12 horas. No han dejado de sucederse los timbrazos y las reuniones. Y, sin embargo, al parecer, es temporada baja para todos menos para Conchita, la administrativa, que guarda una discreta distancia con sus compa?eros, sentada tras una pantalla con peces de colores recorriendo el ordenador de izquierda a derecha y de derecha a izquierda. Y all¨ª se queda sentada, con sus peces y sus impuestos, mientras sus compa?eros recogen para marcharse a la boda de Artero, un ex futbolista que super¨® una esclerosis m¨²ltiple y que fue pionero en la aventura escocesa. S¨®lo queda encedida la pantalla de Conchita. Hasta el lunes, cuando volver¨¢ a girar la rueda en esta oficina "de locos".
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