Ministro y remedio contra la depresi¨®n

Gilberto Gil, del que la gente dice que canta como Dios, es una de las personas m¨¢s amadas en Brasil a nivel popular. Le permitieron que fuera ministro de Cultura porque saben que para ¨¦l la pol¨ªtica es s¨®lo un juego. Su alma sigue navegando por la m¨²sica. La gente se divierte vi¨¦ndole un d¨ªa de traje oscuro y corbata al lado del presidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva, y al d¨ªa siguiente con la camisa de colores en una favela de R¨ªo. Tanto le quiere la gente a este dios de la canci¨®n, que tiene fuertes ra¨ªces en las creencias africanas del Candombl¨¦, que la gente le atribuye hasta milagros. El otro d¨ªa hubo una ins¨®lita llamada de tel¨¦fono a su despacho. "Es un se?or que dice que su mujer sufre de una fuerte depresi¨®n y que s¨®lo se curar¨ªa si tu le cantases alguna cosa al tel¨¦fono", le dijo su jefe de gabinete al ministro. Gilberto Gil ri¨® emocionado. No sabemos si cant¨® o no, pero lo que s¨ª es cierto es que las personas piensan que su m¨²sica es santamente terap¨¦utica. Ap¨²ntelo, por favor.-