Las grandes obras de infraestructura
Las grandes obras de infraestructura que se realizan en Catalu?a est¨¢n creando graves problemas que, por suerte, no han ido m¨¢s all¨¢ de graves perjuicios econ¨®micos, adem¨¢s de malestar e incomodidades para las personas afectadas, pero, de no abordar una soluci¨®n global, posiblemente ocasionen da?os mayores que los econ¨®micos en el futuro.
Tres son las principales causas que originan estos problemas y para las que es urgente poner remedio arbitrando medidas en un futuro.
En primer lugar, la legislaci¨®n en materia de exposici¨®n e informaci¨®n p¨²blica de los proyectos de obras, que no asegura en ning¨²n caso la informaci¨®n a todas las partes implicadas, de tal modo que, en el momento de realizar el proyecto de una obra, no evita que a veces los afectados no se hayan podido enterar de la actuaci¨®n.
De esto sabemos mucho en las asociaciones de vecinos, donde es frecuente tener que pelear d¨ªa tras d¨ªa con las diferentes administraciones o empresas implicadas para poder conseguir un proyecto, una memoria o un simple plano que consideramos que tenemos todo el derecho a ver y analizar para opinar sobre el asunto. El proceso de exposici¨®n y participaci¨®n p¨²blica habr¨ªa de cambiar de forma radical, y no limitarse solamente a publicar los proyectos en boletines o diarios oficiales, sino a establecer mecanismos que aseguren la informaci¨®n a todas las partes implicadas y la posibilidad real de presentar sus alegaciones, que ¨¦stas sean tomadas en consideraci¨®n por t¨¦cnicos independientes, as¨ª como que la negativa a su aceptaci¨®n vaya acompa?ada de una contestaci¨®n escrita.
En segundo lugar, tenemos los canales de participaci¨®n de las partes afectadas en los proyectos de obras. Mientras que, por un lado, las asociaciones de vecinos nos preocupamos por aportar ideas que tiendan a mejorar los proyectos, por otra parte, es frecuente que los t¨¦cnicos y las administraciones no nos faciliten la participaci¨®n y el debate. Muchos de estos t¨¦cnicos desconocen el territorio, ven el proyecto de forma sesgada y no como parte de un todo, ll¨¢mese ciudad o barrio, y adem¨¢s, pueden estar presionados por sus legitimas aspiraciones personales y profesionales, as¨ª como por las prisas en la ejecuci¨®n de la obra, la competitividad, etc¨¦tera.
Tanto los t¨¦cnicos como las administraciones desconf¨ªan de todo lo que se entrometa en su proyecto, piensan que unos simples vecinos que no tienen conocimientos t¨¦cnicos no les pueden ense?ar nada, que si hacen caso de las quejas de los vecinos se retrasar¨¢ su proyecto o se encarecer¨¢.
Varias son las obras realizadas recientemente en Catalu?a que han originado grandes movilizaciones ciudadanas, unas para forzar su realizaci¨®n y otras para forzar su modificaci¨®n: se pueden citar entre las m¨¢s recientes el t¨²nel de Bracons, la tercera pista del aeropuerto, el trazado del AVE. Pero hay una que merece especial consideraci¨®n tanto por los perjuicios ocasionados (que no ha originado males mayores s¨®lo por una cuesti¨®n de suerte) como porque refleja claramente hasta d¨®nde llegan las lagunas en materia de informaci¨®n y participaci¨®n.
Sin duda, esta es la del t¨²nel del metro de la l¨ªnea 5 a su paso por el Carmel, donde ni la Asociaci¨®n de Vecinos del Carmel ni los propios vecinos sab¨ªan que, mientras ellos dorm¨ªan tranquilamente, alguien estaba horadando debajo de su casa con el grave riesgo de que se hundiera con ellos dentro, como as¨ª ha ocurrido, aunque, por suerte, sin p¨¦rdidas de vidas que lamentar.
Es posible que la participaci¨®n ciudadana en el desarrollo de obras y proyectos mediante la creaci¨®n de comisiones de seguimiento dotadas de cierta capacidad de codecisi¨®n, pudiera originar cierto retraso en su ejecuci¨®n, pero, por el contrario, ser¨ªa sin duda un buen mecanismo de responsabilidad compartida, que servir¨ªa para solucionar mejor los inconvenientes que pudieran presentarse, y, en la mayor¨ªa de los casos, es muy posible que los evitase. ?Alguien puede afirmar que el accidente del Carmel se habr¨ªa producido si las partes afectadas hubieran dispuesto en su momento de la informaci¨®n del proyecto y de la capacidad de participar en ¨¦l?
La democracia bien entendida no es solamente el libre ejercicio del voto cada cuatro a?os, sino el derecho a una informaci¨®n y participaci¨®n efectiva en todos los ¨¢mbitos de la vida ciudadana.
En tercer lugar, tenemos los mecanismos de adjudicaci¨®n y ejecuci¨®n de obras y proyectos.
Por una parte, los proyectos se adjudican a las empresas en funci¨®n de la capacidad de gesti¨®n y ejecuci¨®n que puedan ofrecer, pero se adjudican a la baja o al precio m¨¢s competitivo, sin tener en demasiada consideraci¨®n las m¨¢ximas condiciones de seguridad que dichas empresas est¨¢n obligadas a ofrecer por ley y por responsabilidad social. No me refiero s¨®lo a las condiciones del ¨¢mbito laboral, sino a todo el entramado que una obra de la envergadura de la del Carmel comporta, tanto por el n¨²mero de catas por realizar, los estudios geol¨®gicos, los anclajes, los refuerzos en el t¨²nel, la complejidad del terreno, etc¨¦tera, medidas que es evidente que encarecen el proyecto y complican la adjudicaci¨®n.
Adem¨¢s, se debe tener en cuenta que estas obras las ejecutan multitud de empresas subcontratadas por parte de las firmas originarias, que a su vez subcontratan empresas menores, personal aut¨®nomo y no aut¨®nomo, inmigrantes, que trabajan generalmente por medio de destajos mal pagados, todo lo cual supone menores medidas de seguridad, ya que indudablemente su aplicaci¨®n supone una p¨¦rdida de tiempo que ni empresas ni trabajadores est¨¢n dispuestos a asumir.
Creo que las administraciones en general, que son las encargadas de velar por el bien com¨²n, y los pol¨ªticos en particular, no har¨ªan mal en cuestionarse si no es tiempo de hacer una reflexi¨®n general de todo este problema social. Al menos, no ir¨ªa mal que pensaran en lo que dec¨ªa una vecina afectada por el hundimiento del Carmel: "Lo peor de todo es que yo hab¨ªa confiado en los pol¨ªticos y ya no podr¨¦ hacerlo en adelante".
Domiciano Sandoval Valbuena es presidente de la Asociaci¨®n de Vecinos del Clot y Camp de l'Arpa.
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