La inc¨®gnita de Del Piero
El rendimiento del delantero es tan intermitente que Capello acaba sustituy¨¦ndole casi siempre
Giovanni Agnelli, el patrono del Juventus fallecido en 2003, sol¨ªa regalar aforismos brillantes e ir¨®nicos a sus jugadores. Roberto Baggio le recordaba a "un conejo mojado". De Platini dijo: "Le compramos por un trozo de pan y ha untado el mejor foie gras". "Siempre es m¨¢s bello de noche", fue la dedicatoria a Boniek. "Es m¨¢s divertido que ¨²til": mensaje para Zidane poco antes de que fichara por el Madrid. Pero al que quiz¨¢ retrat¨® mejor fue a Del Piero. En 1993, cuando era una promesa emergente de 19 a?os, le bautiz¨® como Pinturicchio, sobrenombre del pintor renacentista Bernardino di Betto, c¨¦lebre por sus dotes de composici¨®n y su gran gusto decorativo. Ten¨ªa frescura, atrevimiento, desborde, inventiva y algo de gol. Atributos sugerentes en un equipo de corte laborioso.
Con el tiempo, Del Piero (Conegliano Veneto, Italia; 1974) se transform¨® en bandera del club, adorado por la afici¨®n y encumbrado por la prensa, perpetuamente dispuesta a celebrar cualquiera de sus fantas¨ªas. Agnelli sol¨ªa recrearse contemplando una cinta de v¨ªdeo que reun¨ªa las m¨¢s bellas acciones de su querido jugador, una pel¨ªcula festiva y est¨¦tica. Pero su perspicaz ojo cl¨ªnico puso una vez el dedo en la llaga: "?Del Piero? Es como Godot. Siempre le estamos esperando". Se refer¨ªa a Esperando a Godot, la obra del dramaturgo Samuel Beckett en la que dos vagabundos reflexionan sobre la vida mientras aguardan en vano a un misterioso personaje con el que han concertado una cita sin que se sepa bien por qu¨¦ y para qu¨¦.
La comparaci¨®n de Agnelli apuntaba a la exagerada intermitencia de un futbolista que no tiene peso en la Juve m¨¢s all¨¢ de sus brillantes pero escasas apariciones puntuales con valor de gol. Un rasgo que le ha valido a Del Piero la etiqueta de ¨ªdolo sobrevalorado, capaz de decidir un partido en una genialidad, pero muy de vez en cuando. Su ¨²ltimo gran curso, el de 1997-98, se sald¨® con 21 tantos. Despu¨¦s llegaron una grave lesi¨®n de rodilla; las acusaciones de dopaje por parte del t¨¦cnico Zdenek Zeman, asombrado por su explosi¨®n muscular, y la sensaci¨®n de que el chico de oro, ya con 30 a?os, no ha ordenado sus virtudes para rendir de forma continua.
Del Piero ha ganado cinco Ligas y una Copa de Europa con su siempre competitivo equipo y vestido 67 veces la camiseta de la selecci¨®n italiana, pero sale perjudicado en la comparaci¨®n con sus compa?eros: no tiene la pujanza de Nedved, ni el gol de Trezeguet, ni la versatilidad de Ibrahimovic. As¨ª lo entiende, al menos, su entrenador, Fabio Capello, que s¨®lo le ha permitido jugar cuatro partidos oficiales completos esta temporada. Le ha sustituido en 18 de los 22 en los que le dio la titularidad, dato que ha inspirado un malicioso chiste: el pr¨®ximo coche de la FIAT, empresa hist¨®ricamente ligada al Juventus, se llamar¨¢ Del Piero y vendr¨¢ equipado, por supuesto, con cambio autom¨¢tico.
El delantero, claro, se sabe querid¨ªsimo por la grada, a la que saluda siempre, y s¨®lo se le recuerda un m¨ªnimo gesto de rebeld¨ªa ante su t¨¦cnico tras una sustituci¨®n ante el Parma. Capello asegura no realizar esas permutas por antipat¨ªa, aunque es silbado por los aficionados cada vez que le retira, y sostiene que s¨®lo ¨²ltimamente parece estar recuperando su mejor condici¨®n f¨ªsica. Desde luego, Del Piero comenz¨® mal la campa?a, con una tendinitis, y s¨®lo ha marcado diez goles, cuatro de penalti. Cuaj¨® su mejor partido hace dos semanas, frente al Siena, con un tanto de tac¨®n digno de la videoteca de Agnelli.
Para Gianni Mura, prestigioso cronista de La Repubblica, "Del Piero es un intermitente natural al que han dado por muerto 35 veces y que ahora est¨¢ en un momento bueno, que no excepcional. Es uno de los diez jugadores estelares del calcio, pero no lleva una vida de estrella. Es muy profesional y no protesta en la prensa cuando tiene problemas con el entrenador". El pasado s¨¢bado, frente al Roma, firm¨® de penalti el gol de la victoria y... poco m¨¢s.
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