Italia exige a EE UU la verdad sobre la muerte de su agente en Irak
El autom¨®vil en el que viajaba Sgrena recibi¨® ocho disparos, no 300
Sigue habiendo dos versiones sobre el ametrallamiento que caus¨® la muerte del agente secreto italiano Nicola Calipari y heridas a una reh¨¦n reci¨¦n liberada, la periodista Giuliana Sgrena, y a un segundo hombre. La "reconstrucci¨®n italiana de los hechos no coincide totalmente con la que nos comunican desde EE UU", dijo ayer el ministro de Exteriores, Gianfranco Fini, en el Parlamento. Y despu¨¦s a?adi¨®: "Exigimos verdad y justicia".
Fini fue el primer miembro del Gobierno que acudi¨® al Parlamento para informar sobre el asunto e insisti¨® en que, al contrario de lo que se dec¨ªa en Washington, no hubo aviso previo antes de los disparos. A?adi¨® que los soldados norteamericanos pidieron inmediatamente disculpas a los heridos.
El jefe de la diplomacia italiana estaba a¨²n en la C¨¢mara de Diputados cuando los secuestradores de Giuliana Sgrena lanzaron un mensaje dirigido a enfrentar a Roma con Washington. La banda criminal envi¨® a las televisiones un nuevo v¨ªdeo en el que se aseguraba que el ametrallamiento del coche italiano en la carretera hacia el aeropuerto de Bagdad "fue una emboscada" estadounidense.
Fini asegur¨® que los mandos de EE UU en Irak ignoraban que en aquel coche que se dirig¨ªa al aeropuerto estuviera Sgrena. "Conoc¨ªan la misi¨®n de Calipari y estaban advertidos de que volv¨ªa al aeropuerto, pero no sab¨ªan con qui¨¦n porque no quer¨ªamos que la cosa fuera de dominio p¨²blico".
Fini, l¨ªder de la posfascista Alianza Nacional y n¨²mero dos del Gobierno de Silvio Berlusconi, explic¨® que Calipari hab¨ªa llegado a Bagdad el mismo d¨ªa de su muerte, viernes 4 de marzo, a las 16.30, hora local, en compa?¨ªa de otro agente del servicio de inteligencia (Sismi). Result¨® oficialmente borrada, pues, la versi¨®n, mantenida por el Gobierno italiano durante m¨¢s de 24 horas, de que los agentes eran tres y uno de ellos qued¨® gravemente herido en Bagdad. Calipari y el otro agente, an¨®nimo, obtuvieron salvoconductos estadounidenses y alquilaron un Toyota Corolla gris, con matr¨ªcula iraqu¨ª, para ir a la ciudad a recoger a la periodista en el punto preestablecido con los secuestradores.
La entrega de la reh¨¦n se desarroll¨® sin sorpresas y, ya de regreso, Calipari telefone¨® a sus jefes en Roma y a un agente italiano que permanec¨ªa en el aeropuerto, junto a un agente de la CIA. El agente americano fue informado de que Calipari estaba regresando, asegur¨® Fini. El coche italiano circulaba a unos 40 kil¨®metros por hora, con las luces encendidas, cuando se ilumin¨® un foco situado en la cuneta derecha, antes de una curva. "Sin ninguna advertencia", subray¨® el ministro, "al menos dos armas autom¨¢ticas abrieron fuego durante 15 o 20 segundos". No fue una "tormenta de fuego", como la definieron las v¨ªctimas, pero el coche fue alcanzado por al menos ocho proyectiles, uno de los cuales alcanz¨® en la cabeza a Calipari, que se hab¨ªa arrojado de forma instintiva sobre Sgrena para protegerla. Calipari falleci¨® en el acto.
Tras el tiroteo, la patrulla estadounidense oblig¨® al agente que conduc¨ªa, herido en un pie por una esquirla, a bajar del coche y a arrodillarse a unos 10 metros de distancia. El agente explic¨® en ingl¨¦s que eran miembros de la Embajada de Italia en Bagdad. Acto seguido, los dos heridos y el cad¨¢ver fueron trasladados al hospital militar del aeropuerto. Hoy comparecer¨¢ Berlusconi en el Senado.
El general George Casey, jefe de la fuerza multinacional en Irak, dijo ayer que la investigaci¨®n sobre la muerte de Calipari llevar¨¢ de tres a cuatro semanas.
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