La muerte de Masj¨¢dov
Para Putin es una noticia inmejorable que el l¨ªder checheno, Asl¨¢n Masj¨¢dov, haya sido abatido por tropas rusas ayer cerca de Grozni, la capital de la rep¨²blica secesionista. El presidente ruso ya tiene un trofeo capital en la lucha contra un terrorismo que cohesiona por encima de cualquier otra cosa a un pueblo ruso sumido en terribles problemas cotidianos. Masj¨¢dov, pese a sus repetidas llamadas a la negociaci¨®n con Mosc¨², ha sido en los ¨²ltimos a?os el gran enemigo del r¨¦gimen de Putin, s¨®lo emulado por Samil Bas¨¢yev, el m¨¢s extremista de los cabecillas chechenos.
Si nadie puede negar a Putin su ¨¦xito antiterrorista de ayer, pocos creen fuera de Rusia que su pol¨ªtica hacia Chechenia sea otra cosa que la legitimaci¨®n de la fuerza m¨¢s abusiva para servir a un patriotismo que oculta otros males. La represi¨®n en Chechenia por parte del Ej¨¦rcito ruso, que abusa sistem¨¢tica y atrozmente de la poblaci¨®n civil, es parte de la pol¨ªtica de Estado de Putin, que a su vez pide respeto para la democracia rusa, que se mueve hacia atr¨¢s en gran parte gracias a este conflicto. Masj¨¢dov, ex oficial del Ej¨¦rcito sovi¨¦tico y en su d¨ªa ex presidente electo de Chechenia, era muy probablemente el ¨²ltimo negociador plausible y respetado en el C¨¢ucaso. El sanguinario Bas¨¢yev, responsable del atentado que cost¨® en Beslan la vida a m¨¢s de un centenar de ni?os el a?o pasado, le tachaba de tibio y pactista.
El Kremlin sabe administrar los problemas con el terrorismo checheno con tanto tino que induce a la sospecha, sin necesidad de incurrir en la mala fe. Nada es m¨¢s f¨¢cil en Rusia que movilizar el odio contra pueblos del C¨¢ucaso, y especialmente contra los chechenos. Putin lleg¨® precisamente al poder gracias a unos atentados presuntamente chechenos en Mosc¨² y al consiguiente movimiento antichecheno entre la poblaci¨®n. Tambi¨¦n le ha ayudado despu¨¦s la marejada contra el radicalismo musulm¨¢n tras el 11 de septiembre. Pero la muerte de Masj¨¢dov, de la que a¨²n poco sabemos, indica que Mosc¨² tiene poca intenci¨®n de buscar soluciones en el C¨¢ucaso que no sean las que pasan por los tanques y fusiles.
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