'Stade de France Par¨ªs 2012'

?Acto de orgullo? ?de autoafirmaci¨®n? Con lo que est¨¢ cayendo socialmente sobre la candidatura ol¨ªmpica francesa, ¨¦sta dio una aut¨¦ntica patada en la mesa y anunci¨® ayer que al nombre del Stade de France, el que ser¨ªa estadio ol¨ªmpico si la ciudad gana los Juegos, se le a?ade desde ahora el de Par¨ªs 2012, con la coletilla de Ciudad Candidata. Jean-Fran?ois Lamour, el doble campe¨®n ol¨ªmpico de esgrima y ministro de Deportes, descubri¨® el nuevo logotipo.

?Y si no ganan? "Hemos hecho esta operaci¨®n, naming, como es com¨²n en muchos recintos norteamericanos, por primera vez en Francia. Y es hasta el 7 de julio, pero esperando ganar, claro", dijo Pascal Simonin, director del nuevo Stade, sede en 1998 de los Mundiales de f¨²tbol y en 2003 de los de atletismo. Lamour a?adi¨®: "No me imagino volver a perder. Si no ganamos, entonces daremos otra conferencia de prensa".

La candidatura, en un ejercicio de s¨ªntesis, lo que tan bien ha hecho Madrid, quiere reducir el mensaje a una frase: "Una Villa, dos ejes". Lo hace para dar la imagen de compacto, algo que tanto gusta al COI. Y Par¨ªs, pese a ser una megal¨®polis, ha intentado escapar de ello por los problemas de tr¨¢fico e infraestructuras que ello supondr¨ªa. La pregunta es si est¨¢ tan claro que lo haya conseguido. Tras sus dos derrotas anteriores para 1992 y 2008, en que ten¨ªa la Villa muy alejada, no ha tenido m¨¢s remedio para acercar el hotel de los atletas que decidirse por remodelar un barrio, Batignolles, haciendo desaparecer una estaci¨®n de tren y sus m¨²ltiples v¨ªas. Esa es una de las razones por las que su presupuesto en infraestructuras se dispara hasta siete veces m¨¢s que Madrid. Pero la operaci¨®n le permitir¨¢ tener las dos grandes zonas de instalaciones a 10 minutos, aunque en coche, no andando, como su gran rival.

El problema de Par¨ªs es que est¨¢ "demasiado hecha", pero ello le permite rezumar peso espec¨ªfico e historia por todas partes. Y eso, naturalmente, impresiona a cualquiera, como a Lance Armstrong, por ejemplo, que le dio tambi¨¦n su apoyo ayer, olvid¨¢ndose de su Nueva York. Y puede influir a los miembros del COI, porque en ese gran saco de las peculiares votaciones ol¨ªmpicas, entran siempre las cuestiones geoestrat¨¦gicas.