Violencia
El 11 de febrero de 2005 acud¨ª hacia las 10.15 a la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico (DGT) en Madrid, a fin de renovar mi carnet de conducir. Mientras aguardaba para hacer el tr¨¢mite, sufr¨ª una agresi¨®n verbal y f¨ªsica por dos personas que se encontraban en la planta primera de dicho organismo p¨²blico, simplemente por recriminar a uno de ellos su conducta: se hab¨ªa saltado la cola empujando al se?or mayor que me preced¨ªa.
Ante la extrema violencia de su respuesta, me insult¨® a gritos y, viendo la pasividad de todas las personas que se encontraban en la sala, decid¨ª zanjar la conversaci¨®n pidi¨¦ndole que lo dejara, y que considerara que no le hab¨ªa dicho nada. En ese momento recib¨ª, por parte del individuo que le acompa?aba, un tremendo golpe en la cabeza con un objeto contundente que me hizo caer al suelo sin conocimiento.
Cuando lo recobr¨¦, me encontraba en el suelo en medio de un charco de sangre procedente de mi cabeza, por lo que comenc¨¦ a gritar y requerir la presencia de un m¨¦dico y de la polic¨ªa. Nadie me asisti¨® ni me ayud¨® en esos momentos. Por tanto, me dirig¨ª como pude hasta un servicio para intentar cortar la copiosa hemorragia.
Al cabo de unos cinco minutos apareci¨® una doctora de la DGT, que me atendi¨®. Tras los primeros auxilios, solicit¨® a un agente de seguridad privada que llamara al Samur. Una vez en el lugar, tambi¨¦n me atendieron. Extendiendo el correspondiente parte, rellenado por ellos y medio inconsciente, me hicieron firmarlo, en el que indicaban que deb¨ªa acudir personalmente a mi m¨¦dico de cabecera.
Unos minutos despu¨¦s, tambi¨¦n compareci¨® quien me presentaron como director o jefe provincial de Tr¨¢fico, que me pregunt¨® acerca de lo ocurrido.
Maltrecho y con la ropa cubierta de sangre, acud¨ª a mi m¨¦dico, quien me remiti¨® inmediatamente al servicio de urgencias del hospital Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz, donde me atendieron a las 23.30, aproximadamente. Me hicieron un esc¨¢ner, me curaron nuevamente y me pusieron un collar¨ªn cervical. Llegu¨¦ a casa a las tres de la ma?ana.
Ya he puesto la denuncia, pero me pregunto: ?c¨®mo puede pasar una cosa as¨ª en el interior de un organismo oficial? ?Qu¨¦ medidas de seguridad permiten a un individuo entrar con una barra de hierro o similar? ?Habr¨¢ c¨¢maras de seguridad que permitan identificar a los asaltantes? Por otro lado, ?la atenci¨®n del Samur no deber¨ªa asegurar completamente la integridad del herido? ?No es correr un riesgo innecesario permitir que un ciudadano que ha perdido el conocimiento de resultas de un golpe brutal cruce solo una gran ciudad para llegar a urgencias?
En fin, si est¨¢ usted en la largu¨ªsima cola de tr¨¢fico y alguien se cuela, c¨¢llese, h¨¢gase el sueco. Y claro, as¨ª nos va. Aunque pienso que hice lo correcto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.