Buena jugada
El presidente boliviano, Carlos Mesa, apost¨® fuerte con su amenaza de renuncia y le gan¨® la partida, al menos por ahora, a Evo Morales, el l¨ªder ind¨ªgena del Movimiento Al Socialismo (MAS), que hab¨ªa puesto al depauperado pa¨ªs andino patas arriba con el bloqueo de las comunicaciones, agravando m¨¢s si cabe la crisis social. El Congreso decidi¨® el martes por unanimidad rechazar la dimisi¨®n del presidente y aprob¨®, esta vez con el voto en contra del grupo de Morales, el paquete de reformas que exig¨ªa Mesa. Est¨¢ por ver cu¨¢nto puede durar el denominado "Acuerdo ante la Naci¨®n", suscrito por el mandatario con las fuerzas de derecha y centro.
El acuerdo recoge todo lo que quer¨ªa el presidente, e incluso m¨¢s, pues el Parlamento ha ordenado poner fin a los bloqueos. Y eso cuenta, al parecer, con la simpat¨ªa de buena parte de la poblaci¨®n, fatigada por el impacto negativo en sus vidas de esta ¨²ltima crisis. El pacto contempla la r¨¢pida aprobaci¨®n de la controvertida ley de hidrocarburos, pero en condiciones bastante m¨¢s beneficiosas para las empresas extranjeras, entre ellas la hispano-argentina Repsol YPF. Tendr¨¢n que pagar en concepto de explotaci¨®n del gas un impuesto del 18%, lejos del 50% que pretend¨ªa el MAS.
El pacto incluye tambi¨¦n la elecci¨®n de prefectos (gobernadores) en todas las provincias -uno de los puntos de fricci¨®n que amenazaba con una tentativa secesionista de Santa Cruz, la ¨²nica regi¨®n rica-, un refer¨¦ndum de autonom¨ªa y la convocatoria de una Asamblea Constituyente para tratar de conciliar posiciones enfrentadas. El MAS, que lidera Morales, apuesta por un programa de nacionalizaciones y econom¨ªa centralizada, frente a los partidos de la derecha y el centro, que defienden una descentralizaci¨®n administrativa y medidas econ¨®micas de formato neoliberal para atraer inversiones extranjeras.
Mesa, historiador y periodista que lleg¨® al poder hace 17 meses, tras la renuncia de S¨¢nchez Lozada, salpicado por la corrupci¨®n, se aproxima m¨¢s hacia esa concepci¨®n liberal, pero a la vez es sensible a las demandas sociales, lo que le ha hecho ganar popularidad. Quiere respetar los compromisos contra¨ªdos con los organismos multilaterales de cr¨¦dito y las empresas extranjeras, pero, al mismo tiempo, propone un gran pacto social con reminiscencias de los Pactos de la Moncloa que Su¨¢rez promovi¨® en 1977 con participaci¨®n de todas las fuerzas pol¨ªticas y sindicales para superar la grave crisis de la econom¨ªa espa?ola. Es una apuesta loable, pero sin el respaldo del movimiento ind¨ªgena est¨¢ condenada al fracaso.
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