Guerra de Blair a la "obscenidad" de la pobreza en ?frica

Tony Blair lanz¨® ayer, bajo la vistosa cubierta que Norman Foster dise?¨® para el Museo Brit¨¢nico, su manifiesto para acabar con "la obscenidad de la pobreza en ?frica". Bajo el sugerente t¨ªtulo de Nuestro inter¨¦s com¨²n, la llamada Comisi¨®n por ?frica puesta en marcha por el primer ministro brit¨¢nico el a?o pasado ha acabado produciendo un denso documento de 400 p¨¢ginas en el que no es f¨¢cil encontrar iniciativas o balances que no se hubieran ya barajado en el pasado. El problema, como tantas veces antes, es que muchas son meras proclamaciones voluntaristas y otras, acuerdos que han de ser adoptados por pa¨ªses dispuestos a sacrificar parte de su riqueza en el nombre de ?frica, bien sea en forma de m¨¢s ayudas al desarrollo o de condonaci¨®n de la deuda externa.

Entre los miembros m¨¢s activos de la Comisi¨®n por ?frica est¨¢ el cantante Bob Geldof, comprometido con este continente desde hace ya muchos a?os. Pero su presencia en actos como el de ayer empieza a ser ya reiterativa y cansina y ni siquiera su recurso a la provocaci¨®n en las formas consigue despejar un cierto aroma de d¨¦ja vu. Con todo, no falta alguna propuesta llamativa como la de que los pa¨ªses que acogen para¨ªsos fiscales "deber¨ªan tomar con toda urgencia todas las medidas legales y administrativas necesarias para repatriar los fondos y bienes estatales adquiridos de manera il¨ªcita". Es decir, devolver a los pa¨ªses africanos el dinero que sus dirigentes pol¨ªticos, civiles y militares han acaparado de forma corrupta y en particular el que estaba destinado a fomentar el desarrollo de esos pa¨ªses.

Liberalizaci¨®n comercial

Otra de las conclusiones llamativas es la de que la liberalizaci¨®n comercial no debe ser impuesta a los pa¨ªses m¨¢s pobres: "Los pa¨ªses africanos deber¨ªan poder escalonar de manera individual sus reformas comerciales de acuerdo con sus propias capacidades, en paralelo a la reducci¨®n de su pobreza y sus planes de desarrollo". Es decir, no son los pa¨ªses pobres los que han de abrir sus mercados, sino los ricos, que han de aceptar sus productos y muy en especial los agr¨ªcolas. Blair, que quiere hacer de la lucha contra la pobreza el eje central de la presidencia del G-8, que recae en el Reino Unido durante todo este a?o, admiti¨® ayer que no tiene el apoyo de pa¨ªses clave como EE UU en algunas de las propuestas m¨¢s relevantes.