Los t¨¦cnicos empiezan a apuntalar dos edificios en el Carmel por orden judicial
Los afectados protestan por la decisi¨®n de la Generalitat de recurrir a la justicia
Al final, el apuntalamiento de los edificios del n¨²mero 4 del pasaje de Calafell y 8 de Conca de Tremp, en el Carmel, se realiz¨® ayer por un mandato del juez de guardia de Barcelona ante el "grave peligro" de derrumbe de las edificaciones colindantes, declaradas en ruina tras el socav¨®n. La iniciativa de la Generalitat y la orden juidical no gust¨® nada, y se not¨® en las protestas de los vecinos afectados, que han mantenido un duro pulso negociador con la Generalitat a lo largo de toda la semana. En este tiempo no permitieron la entrada de los t¨¦cnicos en sus casas para los apuntalamientos.
El auto judicial se basa en un informe t¨¦cnico presentado por los arquitectos que dirigen el proyecto de apuntalamiento y derribo de las tres fincas ya sentenciadas, Carles Buxad¨¦ y Vicente Alegre, que advert¨ªan del inminente riesgo de derrumbe de los tres inmuebles en caso de no "proceder de forma inmediata" a apuntalar las fincas colindantes.
El auto sali¨® del juzgado a media ma?ana de ayer e inmediatamente los t¨¦cnicos prepararon el material para entrar en las viviendas. Son 11 en total, y el primer paso que se deb¨ªa realizar en los domicilios era colocar puntales en las habitaciones m¨¢s pr¨®ximas a las paredes medianeras que comunican con dos de los tres edificios que se debe derribar: los n¨²meros 6 del pasaje de Calafell y el 6 de Conca de Tremp. "Como en otras operaciones de ese tipo, se empieza haciendo espacio y retirando muebles y enseres para apuntalar la zona m¨¢s cercana al derribo y, si es necesario, se colocan puntales en las partes m¨¢s alejadas. Se trata de un proceso realizado en muchas ocasiones junto a edificios mucho m¨¢s viejos y no ha pasado nada", explic¨® ayer Buxad¨¦.
Pero parece que todas las previsiones se tuercen en el Carmel. Los t¨¦cnicos lograron apuntalar ¨²nicamente los bajos del n¨²mero 8 de Conca de Tremp. No as¨ª el resto de los pisos porque se toparon con el problema de que era imposible hacerlo sin sacar los muebles, y para eso ten¨ªan que pedir autorizaci¨®n a los afectados. Portavoces del Departamento de Pol¨ªtica Territorial se?alaron que ya dispon¨ªan de guardamuebles. A?adieron que si los propietarios no prestaban autorizaci¨®n para sacar los muebles tendr¨¢n que pedir la ampliaci¨®n del mandato judicial. Todos los pisos de ese bloque fueron inspeccionados, igual que los del n¨²mero 4 de pasaje de Calafell.
Peligro inminente
Buxad¨¦ y Alegre plantearon el pasado viernes en la reuni¨®n de la comisi¨®n de obras que se celebr¨® en el Departamento de Pol¨ªtica Territorial la urgencia de la intervenci¨®n de una manera tan clara que calificaron de "irresponsabilidad t¨¦cnica" no hacerlo. Ante esa advertencia, Pol¨ªtica Territorial se puso en contacto con los dos abogados que representan a las 11 familias, pero no lograron que cedieran y autorizaran la entrada, seg¨²n portavoces del departamento. Mar¨ªa del Carmen P¨¦rez-Pozo, una de las letradas que representan a ese grupo de afectados, insisti¨® ayer en que la negativa obedec¨ªa a que hasta el viernes no se les hab¨ªa entregado el informe geol¨®gico del subsuelo seg¨²n el cual no se produc¨ªan movimientos en el subsuelo en los ¨²ltimos tres d¨ªas. La abogada a?adi¨® que cuando fueron avisados por la Generalitat no pudieron localizar a sus t¨¦cnicos y a los propios afectados para informarles de la nueva situaci¨®n. El caso es que la Generalitat opt¨® por recurrir al juzgado de guardia.
Ante un panorama en el que los afectados vuelven a estar molestos, el consejero de Pol¨ªtica Terrirorial, Joaquim Nadal, se apresur¨® ayer a dejar claro que las negociaciones se reanudar¨¢n.
La urgencia para derribar los tres edificios ya sentenciados era el peligro de desplome en cualquier momento, seg¨²n el criterio de los t¨¦cnicos. "Un edificio abandonado se deteriora. Todav¨ªa m¨¢s cuando hay una monta?a de escombros que ejerce presi¨®n [se refiere a los restos del edificio del n¨²mero 10 del pasaje de Calafell, derribado el 30 de enero] contra las paredes medianeras. Nosotros advertimos que la situaci¨®n se agravar¨ªa si llov¨ªa porque los escombros se empapan, pesan m¨¢s y empujan m¨¢s. Todo eso es muy arriesgado si se trata de edificios en ruina estructural", argument¨® el arquitecto. No llovi¨®, pero el 28 de febrero nev¨®. "La situaci¨®n ha ido empeorando progresivamente, todav¨ªa m¨¢s el viernes, con la lluvia. El riesgo de hundimiento era inminente", a?adi¨® Buxad¨¦ y, con ¨¦l, el da?o seguro a los edificios colindantes que, a juicio del arquitecto, tienen lesiones "completamente recuperables". El arquitecto agreg¨® que otro factor de riesgo eran las inyecciones de hormig¨®n que se hacen en las cavidades, que "pueden producir peque?os movimientos e influir en los edificios en estado de ruina".En uno de los bloques se ha llegado al desplome de parte de los pisos superiores, como es el caso, por ejemplo, del ¨¢tico de Conca de Tremp, 6. "Se est¨¢n cayendo a trozos por dentro", coment¨® Laura Alcampel, una de las afectadas del edificio condenado.
Las 11 familias del n¨²mero 4 de pasaje de Calafell, que aguardaron la llegada de los t¨¦cnicos desde las nueve de la ma?ana, se defin¨ªan ayer como "los cabezas de turco de esta historia". Gemma Torrents, vecina del 3? 2?, rompi¨® a llorar cuando se enter¨® por la prensa de que la Generalitat hab¨ªa pedido una orden judicial para apuntalar su edificio. "No entiendo nada, hace unos d¨ªas mi casa estaba bien y ahora resulta que est¨¢ en peligro", se quej¨®. "No queremos entorpecer nada, s¨®lo saber las condiciones en las que vamos a volver", a?adi¨®.
A la espera de la llegada de los inspectores, los vecinos decid¨ªan si deb¨ªan resistirse a su entrada. "Yo no les dejo pasar", ataj¨® un hombre. "?Pero si tienen una orden del juez y no tienen que pedirnos permiso!", le respondi¨® Torrents. A medida que pas¨® la ma?ana se reafirm¨® la teor¨ªa de que eran "cabezas de turco". "Ahora nos van a poner como ejemplo para culparnos de que no se hayan derribado los inmuebles", asegur¨® el vecino de la finca Pedro Garc¨ªa.
La propietaria de los ¨¢ticos del edificio, Isabel P¨¦rez, afirm¨®: "Han aprovechado la lluvia de ayer y que es fin de semana para montarlo todo. No puede ser que los edificios est¨¦n en peligro cuando podemos entrar sin ning¨²n bombero", terci¨®. "Lo peor", interrumpi¨® Torrents, "es que llevo m¨¢s de un mes fuera de casa, que mi piso es todo lo que tengo y que todo esto me pasa cuando todo empezaba a ir bien. Ten¨ªa por fin trabajo en un hospital y pag¨¢bamos la hipoteca".
A mediod¨ªa lleg¨® la abogada que representa a las 11 familias, Mari Carmen P¨¦rez-Pozo. "Nos han enga?ado. Ha sido una jugada perfecta", les espet¨®. "Cuando lleguen los mossos, que levanten acta, que conste que no autorizamos nada y que los testigos que instalaron no se han movido", les indic¨®.
Los apuntalamientos no empezaron hasta las 18.00 horas, cuando un centenar de personas que se manifestaban cruz¨® la calle de Llobreg¨®s. El inspector de los Mossos d'Esquadra ley¨® el acta dictada por el juez, recomend¨® avisar a los vecinos, y las tareas para sostener los edificios se complicaron en el inmueble del pasaje de Calafell, donde los propietarios de los pisos segu¨ªan esperando para ver c¨®mo se entraba en sus viviendas. Los muebles, que pr¨¢cticamente llenaban la superficie de los pisos, imped¨ªan colocar puntales. "Queremos demostrar que no estamos aqu¨ª para obstaculizar nada y les hemos abierto nosotros mismos junto a los mossos para que vean que no hay espacio para apuntalar", asegur¨® Susana Carmona, que regenta con su padre un taller de recambios de autom¨®vil.
La familia Carmona cerr¨® el viernes un acuerdo con la Administraci¨®n para trasladar su negocio a otro local cercano. Sin embargo, a¨²n no hab¨ªa trasladado el mobiliario y la maquinaria, que llenaban casi por completo los 250 metros cuadrados de los bajos del edificio. La falta de espacio para mover los muebles fue la raz¨®n por la cual, al final del d¨ªa, no se pudieron terminar los apuntalamientos.
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