Consejos de Esopo, Victor Hugo y Bacon

"Todo fracaso es condimento que da sabor al ¨¦xito", dijo Truman Capote, ese precoz escritor de fulgurante estrellato que qued¨® atrapado en su propio destello. Porque, a pesar de la calidad y aporte de su obra period¨ªstica y literaria, con t¨ªtulos como A sangre fr¨ªa, Capote no parece haber sobrevivido al ¨¦xito. Y por el contrario vivi¨® en carne propia aquella frase de Victor Hugo: "La popularidad es la gloria en calderilla".

No en vano "se necesita un fuerte ¨¢nimo para guardar moderaci¨®n cuando todo va bien", dijo Luccio Anneo S¨¦neca. Una cualidad que sirve para evitar la sentencia de Esopo, referida a que "si presum¨ªs de ser conocido, todos se reir¨¢n a cuenta vuestra".

Pero hay tantas reacciones frente al ¨¦xito como personas a quienes toca. Marcel Duchamp, por ejemplo, asegur¨® a comienzos de los a?os sesenta, tras recibir uno de sus m¨²ltiples premios: "Soy un artista, sin m¨¢s, de eso estoy seguro. (...) Y estoy encantado de serlo... Los a?os te hacen cambiar de actitud y yo ya no soy muy iconoclasta".

Un convencimiento y resistencia ante los vaivenes de las vanidades que suelen vestir a la fama parecido al del autor franc¨¦s de origen ruso Andrei Makine, cuando comenta que "la vida de mis personajes no cambia porque aparezca en el libro una banda que diga que he ganado el Goncourt".

Sin embargo muchos firmar¨ªan las palabras de Francis Bacon sobre su manera provocativa de disfrutar del ¨¦xito. Cuando le preguntaron a manera de met¨¢fora sobre si "un buen cristiano que se sintiera condenado preferir¨ªa carecer de un alma inmortal o vivir en el tormento eterno", ¨¦l respondi¨® con un claro: "Si estoy en el infierno, siempre tendr¨¦ la esperanza de poder escaparme".