"La poes¨ªa a veces duele, pero siempre cura"
Le gustan Dylan Thomas, C¨¦sar Vallejo, Pasolini, Cernuda y es un poeta llano, que escribe como habla y que habla como escribe. Manuel Ruiz Amezcua (J¨®dar, Ja¨¦n, 1952), es un hombre natural, orgulloso de su origen campesino, "no burgu¨¦s", que asiste perplejo a este tiempo en el que, dice, "los poetas se han convertido en estrategas y s¨®lo dicen lo que la gente quiere o¨ªr". Tirando por el camino contrario, Amezcua acaba de publicar su d¨¦cimo libro de poemas, Contra vosotros (Octaedro), grito contra la miseria moral que recorre el mundo, las dictaduras, las ideolog¨ªas y las palabras secuestradas por las democracias.
Pregunta. Dec¨ªan que la poes¨ªa comprometida hab¨ªa muerto.
Respuesta. Desde luego, compromiso ya no se ve mucho en los poetas. La poes¨ªa a veces duele, pero siempre cura, y uno escribe el libro que no ve por ah¨ª, lo que siente, el que necesita hacer. Este libro dice cosas que piensa mucha gente pero que no se escriben. Usa palabras que son el alma de la sociedad y no se utilizan ya. No creo en la poes¨ªa acartonada, hecha por catecismo o por doctrina. Ya dijo Paz que la ideolog¨ªa es la parte m¨¢s superficial de la conciencia.
P. Algunos dir¨¢n que est¨¢ usted un poco anticuado.
R. Bueno, Picasso encontr¨® la modernidad en lo primitivo. Y T¨¤pies, y Barcel¨®, y el flamenco... Vivir es ver volver, y todo cuanto se nombra se puede nombrar por primera vez. ?Acaso est¨¢ agotada la mirada de Zola, Gide, Orwell, Bartolom¨¦ de las Casas o Lorca? ?l dijo que en los momentos decisivos hay que dejar las margaritas y estar a la altura de las circunstancias.
P. "Esta casta, bendecida / por los curas y los bancos". Su poes¨ªa supura rabia contra la derecha...
R. Ellos han puesto por delante de todo lo dem¨¢s al Dios Dinero. Los bancos son tabern¨¢culos que recuerdan mucho a los otros tabern¨¢culos. Una omnipresencia ha sustituido a otra. Por eso, las palabras de servidumbre, los clich¨¦s ideologizados no sirven para nada. Para m¨ª, lo m¨¢s importante sigue siendo el latido de la vida.
P. Y la memoria de las v¨ªctimas: "Y la historia es una historia de la infamia. Y este mundo un hospicio sin consuelo".
R. S¨ª, algunos poemas son el recitado de las v¨ªctimas... Ignorar el sufrimiento es totalitario, no es posible vivir ni escribir al margen de Auschwitz. Yo trato de contar la experiencia de alguien que no viene de la burgues¨ªa, que tiene obsesi¨®n por las carencias y que no quiere regalarle el o¨ªdo a la gente. Al rev¨¦s, quiero escribir lo que no se quiere o¨ªr.
P. Le llamar¨¢n inadaptado, quiz¨¢ ingenuo...
R. Claro. Eso nos suele pasar a los que estamos fuera del escalaf¨®n. Los que est¨¢n dentro nos ningunean y nos ignoran con premeditaci¨®n y alevos¨ªa. Pero yo prefiero vivir en el margen.
P. Pero hay poetas, como por ejemplo Antonio Gamoneda, que no conspiran lo m¨¢s m¨ªnimo.
R. ?l escribe desde el yo. Ya dijo Arist¨®teles que escribir poes¨ªa es un acto pol¨ªtico. Y el compromiso se puede ejercer desde el yo o desde el nosotros. Cuando el yo se identifica con el colectivo, no hace falta hablar desde el nosotros. Es decir, que muchas veces los poemas del yo son m¨¢s sociales que los del nosotros.
P. Eso pasa con los suyos. Cuanto m¨¢s y personales, mejor llegan.
R. La poes¨ªa no es sequedad o lirismo, esto o aquello, una cosa u otra... S¨®lo importa que sea poes¨ªa, que no sea s¨®lo gram¨¢tica. Y que tenga autenticidad. Pero eso s¨®lo lo decide el lector.
P. "La mentira: mentirnos cada d¨ªa. / La verdad: hemos fracasado". As¨ª que el poeta no finge.
R. Yo la gran poes¨ªa no la encuentro en la ficci¨®n. Sin verdad la poes¨ªa no funciona. En Lorca, Machado y los m¨¢s grandes siempre hubo sinceridad, sorpresa y visi¨®n universal del mundo. Si la vida es movimiento, la poes¨ªa debe serlo tambi¨¦n. Y cambiar con el tiempo, en cada libro, seg¨²n cambia el autor, sorprendi¨¦ndole incluso a ¨¦l mismo.
P. ?Usted ha cambiado mucho en estos 30 a?os de poeta?
R. Sigo lo mismo, dando clase... He vivido siempre exiliado, he vivido muchos exilios distintos, pero no intento tener estatus de poeta. La poes¨ªa es otra cosa. Pero as¨ª y todo te duele que en el circuito literario no funcionen las ideas sino los poetas estrategas, y que las editoriales publiquen s¨®lo la obviedad, lo que mejor vende, y que nos intenten acostumbrar a eso, precisamente porque vende m¨¢s.
P. ?Cultiva el malditismo?
R. ?No, no me gusta nada! Si hubiera debate real, entrar¨ªa en ¨¦l. Mi vocaci¨®n es que me lea mucha gente. No aspiro a quedarme con una minor¨ªa m¨ªnima de lectores. Pero necesitamos sitios donde se escuchen otras voces aparte de las del olimpo y el luciente parnaso.
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