Un candidato convencido
Zapatero estaba seguro de que iba a ganar las elecciones antes de la campa?a

Hoy hace un a?o, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, de 44 a?os, gan¨® las elecciones generales y bati¨® varios r¨¦cords en la historia de la democracia espa?ola. Logr¨® para su candidatura el mayor n¨²mero de votos en unas elecciones, m¨¢s de 11 millones; que un partido, el PP, pasase, sin transici¨®n, de la mayor¨ªa absoluta a la derrota, y que un candidato ganase unos comicios generales la primera vez que se presentaba. Y todo ello en medio de una conmoci¨®n nacional, la del atentado del 11-M, que por l¨®gica deb¨ªa haber consolidado al Gobierno existente, como sucede cuando se producen grandes conmociones.
Zapatero conoci¨® su victoria antes de las nueve de la noche del 14-M, en su despacho en la sede socialista de la calle de Ferraz, donde segu¨ªa en su ordenador los resultados electorales que ofrec¨ªa el Ministerio del Interior. En ese momento, se volvi¨® lentamente a quienes le acompa?aban y les dijo: "Ya est¨¢. Lo hemos logrado". Esas personas eran Trinidad Jim¨¦nez, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba y su amigo y vecino, el ex secretario general de las Juventudes Socialistas Javier de Paz. Un instante despu¨¦s, entr¨® en el despacho el secretario de Organizaci¨®n del PSOE, Jos¨¦ Blanco, acompa?ado de Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, y le dijo: "?Hola presidente! Hemos ganado las elecciones".
"Lo de Bono s¨ª que fue dif¨ªcil. ?Por qu¨¦ no voy a ganar ahora a Rajoy?"
El candidato pidi¨® a sus asesores que le prepararan un solo borrador, el del triunfo
"La derecha pens¨® que en este pa¨ªs no hab¨ªa ciudadanos, sino telespectadores"
Todos se empezaron a abrazar, menos ¨¦l. Se levant¨® despacio del asiento e impert¨¦rrito y con cara de cierto aturdimiento pidi¨® que le dejaran solo con su familia, que segu¨ªa el escrutinio en otra dependencia de la sede socialista. Pasaron a su despacho su esposa, su padre y su hermano. Sonsoles Espinosa se emocion¨® mucho y se puso a llorar junto con su amiga y asesora de prensa de Zapatero, la leonesa Ang¨¦lica Rubio. A su primera reacci¨®n de alegr¨ªa sigui¨® la preocupaci¨®n por el cambio de vida y por la p¨¦rdida de la privacidad.
Pero Zapatero tard¨® a¨²n dos horas en comparecer ante los medios de comunicaci¨®n para proclamar su victoria. Esper¨® a que le llamara Mariano Rajoy para felicitarle y reconocer su triunfo. En esas dos horas, repas¨® el discurso que iba a leer. Festej¨® la victoria con todos sus colaboradores y amigos que inundaron su despacho, y contest¨® a numerosas llamadas telef¨®nicas. Una de ellas le enterneci¨® especialmente: la del presidente mexicano, Vicente Fox, porque tras felicitarle le puso al tel¨¦fono a su madre, que quiso expresarle su alegr¨ªa personalmente.
Tuvo tambi¨¦n tiempo de bromear. Zapatero se hab¨ªa pasado toda la campa?a electoral diciendo que el 14-M se dar¨ªa el gustazo de que Alfredo Urdaci, director de informativos de TVE, s¨ªmbolo de la televisi¨®n del PP, reconocer¨ªa que el PSOE hab¨ªa ganado las elecciones. En su despacho hab¨ªa varias televisiones y dijo a todos: "Quiero ver a Urdaci". Estuvo pendiente hasta que, cerca de las once de la noche, sali¨® el jefe de informativos de TVE y dijo: "El PSOE ha ganado las elecciones". Estallaron las risas en la cuarta planta de Ferraz, donde est¨¢ instalado el despacho del secretario general del PSOE.
Zapatero fue una de las escas¨ªsimas personas a las que no les sorprendi¨® el triunfo electoral. Tuvo la corazonada de que iba a ganar las elecciones mucho antes del inicio de la campa?a. Basaba su confianza en algo que le dijo el hoy presidente del Senado y dirigente socialista alav¨¦s, Javier Rojo, el d¨ªa de la Fiesta de la Rosa en Bilbao, poco antes de la campa?a electoral: "Creo que voy a ganar porque est¨¢ pasando lo mismo que cuando gan¨¦ el congreso del partido. La gente quiere el cambio, quiere que ganes, pero a la vez cree que va a ganar otro. A esta gente le tengo que arrancar el complejo y convencerla de que el cambio es posible. Por eso s¨¦ que voy a ganar". "Lo de Bono s¨ª que fue dif¨ªcil. ?Por qu¨¦ no le voy a ganar ahora a Rajoy?", a?adi¨®, en recuerdo a su apretado triunfo sobre el entonces poderoso presidente de Castilla-La Mancha en el 35? Congreso del PSOE, en julio de 2000.
Pero el propio Zapatero confiesa que el p¨¢lpito personal de su victoria lo sinti¨®, al inicio de la campa?a electoral, en un contacto directo que mantuvo en la Universidad Carlos III de Getafe con un numeroso grupo de universitarios, seguido de otro, con medio millar de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC). "All¨ª hab¨ªa muchos investigadores de primer nivel y palp¨¦ unas ganas de cambio notables. Ese d¨ªa me acuerdo que llegu¨¦ a casa y le dije a mi mujer: 'Sonsoles, vete prepar¨¢ndote porque vamos a ganar las elecciones".
Su convicci¨®n en el triunfo era tal que el 7 de marzo, una semana antes de la jornada electoral, le pidi¨® a su asesor, Juli¨¢n Lacalle, responsable de la caravana de medios de comunicaci¨®n que segu¨ªa sus actos p¨²blicos, que informara a los periodistas de que los datos de que dispon¨ªa predec¨ªan la victoria. Lacalle lo hizo en medio del escepticismo de los informadores. Los sondeos internos que manejaba el PSOE le daban un recorte progresivo de la ventaja con la que part¨ªa el PP.
El escepticismo en los periodistas ten¨ªa su explicaci¨®n. En las elecciones municipales de mayo de 2003, el PSOE hab¨ªa vaticinado un triunfo por medio mill¨®n de votos, que luego qued¨® en 100.000. Tambi¨¦n la realidad hab¨ªa estado por debajo de las expectativas en las elecciones catalanas de noviembre. Y, adem¨¢s, Zapatero hab¨ªa soportado unos meses muy duros que, seg¨²n los sondeos, hab¨ªan restado credibilidad a su equipo, por la crisis de la Asamblea de Madrid y la entrevista de Carod Rovira, entonces n¨²mero dos del Gobierno de Pasqual Maragall, con ETA.
Por ¨²ltimo, todos los sondeos publicados en los medios de comunicaci¨®n insist¨ªan en que el PP ganar¨ªa al PSOE por al menos cinco puntos. La excepci¨®n fue el sondeo de La Vanguardia, elaborado por Rosa Conde y Juli¨¢n Santamar¨ªa, que apuntaba la posibilidad de un triunfo electoral del PSOE.
Nada de esto alter¨® la fe de Zapatero en su propio triunfo. De tal modo que el mismo d¨ªa de la jornada electoral, cuando llam¨®, a las 11 de la ma?ana, a su asesor de comunicaci¨®n, Miguel Barroso, para que le preparara un borrador para la declaraci¨®n que har¨ªa por la noche, le sorprendi¨®. ?ste le pregunt¨®: "?Ser¨¢n dos declaraciones, la del triunfo y la derrota?". Zapatero contesto: "S¨®lo hay una declaraci¨®n posible, la del triunfo".
Barroso volvi¨® a preguntar: "?Por qu¨¦ est¨¢s tan seguro de que vas a ganar?". Zapatero respondi¨®: "Anoche, antes de acostarme, pas¨¦ por la habitaci¨®n de mis hijas. Las mir¨¦ y pens¨¦: Despu¨¦s de lo que ha hecho este Gobierno tiene que haber un cambio. Es un desastre". Barroso le coment¨® con sorna: "En mi vida profesional, nunca he escuchado una opini¨®n tan cient¨ªfica". Barroso sigui¨® las indicaciones de Zapatero y trabaj¨® el borrador con Jos¨¦ Andr¨¦s Torres Mora, jefe de gabinete de Zapatero; el soci¨®logo Jos¨¦ Luis Z¨¢rraga, y Jos¨¦ Miguel Vidal, profesor de Derecho Constitucional y primo del candidato socialista.
Pero el optimismo de Zapatero no estaba basado s¨®lo en corazonadas y en su probada suerte con su triunfo en la competici¨®n por la secretar¨ªa general del PSOE . Ten¨ªa una base cient¨ªfica. Hacia finales de a?o hab¨ªa encargado un macroestudio a su soci¨®logo de confianza, el asturiano Jos¨¦ Luis Z¨¢rraga, sobre las actitudes pol¨ªticas de los espa?oles. El macroestudio coincid¨ªa con su intuici¨®n personal. As¨ª, se?alaba que los espa?oles percib¨ªan que el Gobierno del PP hab¨ªa abandonado la pol¨ªtica social y esperaban una respuesta del PSOE. La temporalidad en el empleo, la educaci¨®n y la vivienda eran las preocupaciones prioritarias de los espa?oles, seg¨²n el estudio, y eran campos abonados para que el PSOE atacara al Gobierno del PP, que en esos aspectos era muy vulnerable.
La pol¨ªtica exterior se convert¨ªa en otro amplio campo de actuaci¨®n para el PSOE en el que el Gobierno del PP era muy vulnerable. El estudio confirmaba el masivo rechazo de los espa?oles a la guerra de Irak y al apoyo del Gobierno del PP a Bush.
Tambi¨¦n reflejaba el macroestudio el masivo rechazo de los espa?oles al estilo pol¨ªtico del Gobierno de Aznar, su f¨¢cil recurso a la confrontaci¨®n pol¨ªtica y su escaso apego al di¨¢logo para dirimir los conflictos. El mismo estudio se?alaba que Zapatero encarnaba lo opuesto a Aznar. Fue decisivo para que el PSOE dise?ara una campa?a muy personalista que encarn¨® en el propio Zapatero el llamado proyecto de "regeneraci¨®n democr¨¢tica".
El macroestudio tranquiliz¨® mucho a Zapatero sobre un problema que estaba en todos los medios de comunicaci¨®n y que fue el eje de la campa?a electoral del PP, porque pensaba que pod¨ªa deshacer al PSOE: la cuesti¨®n territorial. Seg¨²n el macroestudio de Z¨¢rraga, el PSOE no recib¨ªa ninguna penalizaci¨®n por su oferta plural en pol¨ªtica territorial y se deshac¨ªa el mito de que el PSOE iba a pagar muy caro el Gobierno tripartito de Catalu?a o las veleidades de Carod Rovira en Perpi?¨¢n por su encuentro secreto con la direcci¨®n de ETA.
Las ra¨ªces leonesas de Zapatero le dan cierta ventaja sobre los l¨ªderes surgidos en Madrid. Zapatero sabe que Espa?a no es s¨®lo Madrid, que en la capital hay un ruido medi¨¢tico -muy influido entonces por el Gobierno del PP- que no coincide necesariamente con la opini¨®n de la periferia e incluso de amplios sectores de la propia capital.
El arma secreta en que basaba Zapatero su confianza en la victoria se completaba con la creaci¨®n del comit¨¦ de notables, con el que logr¨® importantes adhesiones a su proyecto, como las de Pedro Solbes y Miguel ?ngel Moratinos; el programa electoral renovado y basado en el macroestudio de Z¨¢rraga, con una amplia participaci¨®n de personalidades, desde el ex presidente del Banco de Espa?a Luis ?ngel Rojo, a personalidades del arte, y que fue debatido por el comit¨¦ de notables; un proceso pac¨ªfico en la elaboraci¨®n de listas ampliamente renovadas; una campa?a electoral muy directa, "en clave republicana", y el compromiso de gobernar s¨®lo en el caso de lograr m¨¢s votos que el PP para no ver hipotecada su victoria por los nacionalistas.
Asimismo, los sondeos internos de que dispon¨ªa el PSOE ya le daban una victoria por la m¨ªnima el jueves 10 de marzo. Un resultado que se aproximaba al que le daban los sondeos durante las movilizaciones contra la guerra de Irak y que confirmaba el sondeo del CIS de enero, en el que Aznar ten¨ªa un rechazo del 62% de los espa?oles.
Por todo ello, Zapatero se resiste a aceptar, como apunta el PP, que su triunfo electoral fue una consecuencia del atentado terrorista del 11-M. En la sesi¨®n de la Ejecutiva Federal del PSOE del d¨ªa siguiente al triunfo, Zapatero admiti¨® que el atentado pod¨ªa haber contribuido a una mayor participaci¨®n electoral por la dimensi¨®n de la tragedia. Pero tambi¨¦n se?al¨® que, antes del atentado, la izquierda se movilizaba en toda Espa?a.
Insisti¨® en que un resultado electoral es fruto de cuatro a?os de actividad de quien gobierna -record¨® los errores del PP con la guerra de Irak, la cat¨¢strofe del Prestige y el decretazo, con las movilizaciones masivas de protesta que generaron- y de quien hace oposici¨®n, y que las encuestas no hab¨ªan reflejado adecuadamente las posibilidades del PSOE.
El 4 de julio de 2004, en la clausura del 36? Congreso del PSOE, Zapatero volvi¨® sobre el tema: "La derecha cometi¨® muchos errores en su etapa de Gobierno, pero cometi¨®, sobre todo, uno. Cre¨ªa que ya no hab¨ªa ciudadanos en este pa¨ªs. Cre¨ªa que s¨®lo hab¨ªa telespectadores. La derecha no ha entendido que esta sociedad es adulta democr¨¢ticamente, que no se le enga?a".
Las pruebas de la movilizaci¨®n de la izquierda las tuvo en los numerosos actos que protagoniz¨® y en la informaci¨®n que le llegaba de todos sus colaboradores. As¨ª, Manuel Chaves le hab¨ªa transmitido que, adem¨¢s de la masiva acogida de los actos, todos los sondeos le daban mayor¨ªa absoluta en Andaluc¨ªa -las generales coincid¨ªan con las auton¨®micas en esa comunidad-, lo que supon¨ªa su victoria en las generales.
Felipe Gonz¨¢lez, que particip¨® en la campa?a, dijo a Rubalcaba el 10 de marzo, tras un mitin conjunto en Cantabria, que estaba convencido de que Zapatero ganar¨ªa las elecciones. Jordi Sevilla fue otro de los que telefone¨® a Zapatero, d¨ªas antes de las elecciones, para anunciarle que ganar¨ªa las elecciones por lo que palpaba en la campa?a, la movilizaci¨®n en la izquierda y el des¨¢nimo en la derecha. Tambi¨¦n Carme Chac¨®n le anunci¨® a Zapatero con antelaci¨®n que el PSC le hab¨ªa pedido que pasara la noche electoral en Ferraz porque "el socialismo catal¨¢n tambi¨¦n ten¨ªa que participar de la victoria" en la sede federal.
Zapatero y el PSOE sostienen que el 11-M ampli¨® la victoria del PSOE, con la que ya contaban. "El 11-M agrand¨® los errores de Aznar, su desprecio a la gente y su pol¨ªtica exterior, que hab¨ªa hecho a Espa?a m¨¢s insegura. La gesti¨®n de la crisis fue sectaria. Aznar convoc¨® la manifestaci¨®n del rechazo del atentado unilateralmente. Era la consecuencia de su soberbia pol¨ªtica. Le pudo su tendencia a monopolizar la idea de Espa?a. Para colmo, la poblaci¨®n percibi¨® que el Gobierno del PP ten¨ªa inter¨¦s en ocultar informaci¨®n. El contraste con Zapatero era m¨¢s evidente por su actitud colaboradora y de normalidad", explica Diego L¨®pez Garrido, secretario general del Grupo Parlamentario Socialista.
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