"Mar¨ªa es la gran traici¨®n de la Iglesia marcada por el machismo"
?Qui¨¦n fue Mar¨ªa, la madre del revolucionario creador de la secta jud¨ªa convertida en la mayor religi¨®n de la historia? Mar¨ªa es el nombre de mujer m¨¢s utilizado en el mundo -muchos padres lo a?aden tambi¨¦n al primer nombre de sus hijos varones-, pero ?c¨®mo fue Mar¨ªa mujer, madre y esposa? Juan Arias (Arbolea, Almer¨ªa, 1932) responde a esa pregunta en el libro Mar¨ªa, esa gran desconocida, editado por Maeva. Estudiante de Teolog¨ªa en Roma y ex corresponsal de EL PA?S en el Vaticano, Arias ha escrito un libro pol¨¦mico, pero bien amarrado b¨ªblica e hist¨®ricamente. Hace cuatro a?os hizo lo mismo, con enorme ¨¦xito, con la revolucionaria figura de Jes¨²s.
Pregunta. ?No tiene la impresi¨®n de que la Iglesia romana habla m¨¢s de la Virgen que de Mar¨ªa, y, sobre todo, que habla de la Virgen Mar¨ªa para tapar la figura inc¨®moda de su hijo Jes¨²s?
"La Iglesia afianza con la Virgen la idea de que la virginidad es superior al matrimonio"
" Mar¨ªa fue una mujer fuerte, preocupada por los m¨¢s pobres y que se enfrent¨® a su hijo"
Respuesta. Si la Iglesia oficial tuvo siempre miedo de aquel profeta galileo rebelde, del Jes¨²s antes de ser dulcificado y amaestrado por el poder, de Mar¨ªa lo tuvo doblemente. Por eso convirti¨® a la mujer jud¨ªa, madre de un condenado a muerte, en figura dulzona, inofensiva, resignada, light, s¨®lo virgen, anunciadora de castigos y muy preocupada del pecado.
P. Este ¨²ltimo siglo se conoce como el siglo de las mujeres. Han conquistado el derecho al voto, la igualdad laboral, la liberaci¨®n sexual. Sin embargo, la Iglesia de Roma no ha cambiado su visi¨®n de la mujer, ni siquiera en el Concilio Vaticano II. ?Por qu¨¦?
R. Mar¨ªa es la gran traici¨®n de la Iglesia cat¨®lica, que tuvo miedo hasta de aprobar un documento sobre ella en el Vaticano II. Para evitar que fuera aquella mujer fuerte, implacable contra la injusticia del canto del Magnificat, o la mujer capaz de fiesta y alegr¨ªa de las bodas de Can¨¢, la Iglesia hizo hasta un milagro gramatical: convirti¨® un adjetivo, el de virgen, en un sustantivo. Mar¨ªa ser¨ªa la Virgen, en vez del elemento femenino revolucionario del cristianismo.
P. ?C¨®mo es la verdadera figura de Mar¨ªa, seg¨²n sus datos?
R. Seg¨²n los pocos datos hist¨®ricos que tenemos y de lo que de ella se deduce de los evangelios, Mar¨ªa fue una mujer fuerte, capaz de enfrentarse a su mismo hijo, preocupada siempre por los m¨¢s desheredados y dura con el poder.
P. ?Por qu¨¦ se difumin¨® la mujer en el catolicismo, siendo tan relevante en la vida de Jes¨²s?
R. Un cierto catolicismo fue desde el inicio marcado por el machismo que impuso Pablo de Tarso. Tras haber eliminado de la nueva secta cristiana todo lo que ol¨ªa a femenino, y tras haber traicionado la idea original de Jes¨²s, que hab¨ªa colocado a la mujer en el centro de su misi¨®n, se sirvi¨® de la figura de Mar¨ªa, de la Virgen, para afianzar la idea de que, en la pr¨¢ctica, la virginidad es superior al matrimonio y para colocar el pecado del sexo en el centro de los males.
P. ?Qu¨¦ queda, entonces, de mujer en la figura de Mar¨ªa?
R. Muchas veces me he preguntado c¨®mo pod¨ªa la Virgen, tal como ha sido presentada por la oficialidad cat¨®lica, servir de modelo, y ni siquiera de inspiraci¨®n, para las mujeres. Una mujer que no conoci¨® el sexo, que no tuvo relaciones con su marido, que tuvo un hijo que no se sab¨ªa c¨®mo hab¨ªa venido al mundo, y que hab¨ªa sido pasiva e indiferente, resignada, ante la aventura de un hijo crucificado por rebelde pol¨ªtico, y que al final ni conoce la muerte. ?Qu¨¦ puede decir a la mujer de la calle, enfrentada con todos los problemas de la existencia?
P. Resp¨®ndase usted. Por ejemplo, ?por qu¨¦ insistir tanto en la virginidad de la madre de Jes¨²s y de la esposa de Jos¨¦? Es como si la Iglesia quisiera probar cada d¨ªa la credulidad de sus fieles y poner imposible la fe a todos los dem¨¢s.
R. La virginidad de Mar¨ªa, antes, durante y despu¨¦s del parto, tal como la defiende la Iglesia cat¨®lica, ha sido el parapeto para detener algo que a la Iglesia le preocupa m¨¢s: el probable matrimonio de Jes¨²s y hasta la posibilidad de que tuviera alg¨²n hijo, ya que lo contrario era casi inconcebible en la cultura jud¨ªa de su tiempo. Si Mar¨ªa fue el prototipo de la virginidad, cuyo himen qued¨® intacto incluso despu¨¦s del parto, que no tuvo relaciones con su marido Jos¨¦ ni despu¨¦s de haber nacido Jes¨²s, ?c¨®mo podr¨ªa ser ni siquiera imaginable, que aquel hijo nacido de la esencia misma de la virginidad pudiera haber tenido relaciones sexuales?
P. Diga c¨®mo.
R. Un d¨ªa la Iglesia tendr¨¢ que aceptar que lo m¨¢s seguro es que Mar¨ªa concibi¨® a su hijo extraordinario como todas las mujeres, y que el dogma de la Inmaculada Concepci¨®n no es otra cosa, como dice Enrique Miret Magdalena, que el haber sido librada "del pecado del mundo", es decir, que fue una mujer contra los verdaderos pecados de la humanidad: injusticia, violencia y atropello de los humildes. S¨®lo entonces se podr¨¢ comenzar a revisar el ¨²ltimo tab¨² del cristianismo: el de un Jes¨²s que no se priv¨® de una relaci¨®n amorosa con una compa?era.
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