Una Mussolini en huelga
La nieta del 'Duce' inicia un ayuno de protesta para reivindicar la validez de su candidatura a las elecciones regionales italianas
El fascismo italiano (o posfascismo, como prefiere ser llamado) debe de haber cambiado mucho, porque dos de sus corrientes se intercambian insultos como "golpista". Tambi¨¦n se amenazan mutuamente, en un estilo m¨¢s cl¨¢sico, con destrozarse. Alessandra Mussolini, la niet¨ªsima del dictador, dirigente del partido escisionista Alternativa Social, inici¨® ayer una huelga de hambre para reclamar su derecho a participar en las elecciones regionales de abril, despu¨¦s de que el partido mayoritario de la extrema derecha, Alianza Nacional, consiguiera que la Junta Electoral Central ordenara su exclusi¨®n por falsificar firmas de apoyo. El embrollo ultra no parec¨ªa una cuesti¨®n marginal, ya que pod¨ªa pesar en las elecciones generales de 2006.
Todo comenz¨® con la candidatura de la Alternativa Social de Mussolini a las elecciones en la circunscripci¨®n de Lazio, la regi¨®n romana. Los sondeos pronosticaban a Mussolini un 5% de los sufragios, que bastaban para fragmentar el voto de la derecha y para llevar a la derrota al actual gobernador, Francesco Storace, de Alianza Nacional. La izquierda, consciente de ello, prest¨® a Mussolini grupos de militantes encargados de recoger las firmas necesarias para validar la candidatura.
Storace orden¨® a los suyos que analizaran la legalidad de la colusi¨®n entre izquierda y ultraderecha y que rastrillaran la documentaci¨®n presentada por Mussolini ante la Junta Electoral. La cooperaci¨®n de los comunistas con Alternativa Social result¨® leg¨ªtima. Las firmas, en cambio, no.
Entre las firmas que avalaban la candidatura de Mussolini figuraban la de la actriz Ornella Mutti, que neg¨® haber prestado su nombre, y la de varias personas cuya fecha de nacimiento era el 31 de febrero. Curiosamente, las firmas falsas hab¨ªan sido recogidas por la militancia mussoliniana, mientras que las obtenidas por los militantes de izquierda resultaban impecables. Storace denunci¨® a su antigua camarada ante la Junta Electoral y ¨¦sta, el s¨¢bado, anunci¨® la descalificaci¨®n de Alternativa Social en la circunscripci¨®n romana.
Alessandra Mussolini mont¨® en c¨®lera. "Juro por la abuela Rachele (la esposa del dictador) que a Francesco Storace lo destrozo", amenaz¨®, "porque ese tipo es un golpista". "Si la escuchara su abuelo la correr¨ªa a gorrazos, la Mussolini est¨¢ acabada", respondi¨® Storace. Silvio Berlusconi, mientras tanto, ped¨ªa calma: una candidatura mussoliniana en las generales de 2006 tambi¨¦n podr¨ªa hacerle perder a ¨¦l, y quer¨ªa mantener las buenas relaciones con la niet¨ªsima.
Mussolini reconoci¨® la posibilidad de que existieran "peque?as irregularidades" en sus avales, pero agreg¨® que eran las mismas que trufaban los avales de otras listas, como las de Alianza Nacional, su antiguo partido. Present¨® un recurso ante los tribunales y, a la espera de la resoluci¨®n, que deber¨ªa conocerse el viernes, se declar¨® en huelga de hambre. "Mejor, hab¨ªa engordado", se carcaje¨® Antonio Alemanno, ministro de Agricultura y correligionario de Storace.
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