El dilema de Hezbol¨¢
L¨ªbano corre el riesgo de sucumbir a la agitaci¨®n callejera, hasta ahora pac¨ªfica pero inquietante en un pa¨ªs tan fragmentado en torno a lealtades pol¨ªticas, ¨¦tnicas y religiosas. Beirut vivi¨® ayer otra gigantesca manifestaci¨®n antisiria, al cumplirse un mes del asesinato del ex primer ministro Rafic Hariri. La cita pretend¨ªa eclipsar a la masiva contramanifestaci¨®n convocada hace una semana por Hezbol¨¢, donde qued¨® claro que la poderosa milicia chi¨ª prosiria no permitir¨¢ el alumbramiento de un L¨ªbano independiente sin su participaci¨®n. Hezbol¨¢ ha conseguido que el dimitido primer ministro Omar Karami vuelva a ocupar el cargo, llamado por el presidente Emile Lahoud, una marioneta de Damasco.
Las tropas y los agentes sirios est¨¢n abandonando paulatinamente L¨ªbano en respuesta al compromiso adquirido por el presidente Bachir el Assad a comienzos de marzo, renovado el fin de semana en Damasco al enviado de la ONU. Y ese progresivo vac¨ªo tiende a ser ocupado por el fundamentalista Hezbol¨¢ o Partido de Dios. ?ste tiene una estructura doble, una formaci¨®n pol¨ªtica con presencia parlamentaria y una poderosa milicia terrorista, y ha desempe?ado ambos papeles debido a su prestigio popular como herramienta de la retirada israel¨ª del sur de L¨ªbano, donde funciona como exclusiva fuerza de seguridad. Esta vertiente patri¨®tica, aderezada con su eficaz red asistencial, le ha permitido presentarse como movimiento de todos los libaneses, al margen de consideraciones partidistas. Pero el asesinato de Hariri lo ha cambiado todo y Hezbol¨¢ aparece ahora como el ¨²ltimo baluarte de la dominaci¨®n siria.
El Partido de Dios, sostenido militar y econ¨®micamente por Siria e Ir¨¢n, persigue una teocracia en L¨ªbano y la destrucci¨®n de Israel. Pero le llega el momento de elegir entre los fusiles y las reglas del juego democr¨¢tico. En esta encrucijada ser¨ªa un error que Washington y Par¨ªs, patrocinadores de la resoluci¨®n del Consejo de Seguridad que prev¨¦ adem¨¢s de la retirada siria el desmantelamiento de las milicias libanesas, pretendiesen de inmediato esto ¨²ltimo. Parece m¨¢s oportuno, pese a los riesgos evidentes, incentivar la vertiente pol¨ªtica del movimiento integrista cara a las elecciones previstas en mayo. El acorralamiento prematuro de Hezbol¨¢ -20.000 extremistas en armas- podr¨ªa acarrear la voladura del fr¨¢gil experimento que, pese a todas sus limitaciones, representa el pac¨ªfico L¨ªbano de hoy.
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