?Ten¨ªa raz¨®n Bush?
En las ¨²ltimas semanas, importantes medios de la prensa norteamericana han publicado una bater¨ªa de art¨ªculos con un solo leit motiv: el presidente Bush pudo tener raz¨®n. La f¨®rmula sol¨ªa adoptar el modo interrogativo, pero siempre para decirles a los europeos contrarios a la aventura iraqu¨ª que se hab¨ªan pasado de listos, y que acontecimientos como las elecciones en Irak, la probable tregua formal entre palestinos e israel¨ªes, el anuncio sirio de retirada de L¨ªbano y varios auspicios m¨¢s constitu¨ªan un esbozo de primavera democr¨¢tica en el mundo ¨¢rabe. Por ello, a los dos a?os, que se cumplen el domingo, de la intervenci¨®n anglosajona en Irak, es conveniente hacerse esa pregunta.
La primera impresi¨®n, tan extendida, de que todo era una fuga hacia adelante para castigar a Sadam Hussein, invent¨¢ndose terribles armas en Irak, ignorando a la ONU y hablando a la ligera de democracia en Oriente Medio, acertaba en que inventaba, ignoraba y hablaba, pero erraba al creer que no hab¨ªa un plan de acci¨®n para el futuro. La idea era liquidar o reducir a la impotencia, una por una, a las fuerzas adversarias -Irak, Siria, Ir¨¢n- para despejar el camino a una paz favorable a Israel y consolidar, as¨ª, la dominaci¨®n norteamericana en la zona.
?Hay un despunte de democracia en Oriente Medio?, o ?qu¨¦ se quiere decir cuando se habla de democracia?, o ?a qu¨¦ fin servir¨ªan reg¨ªmenes m¨¢s o menos representativos en esa parte del mundo? Hoy parece imposible responder a esas cuestiones. Pero no es menos cierto que algo se mueve en el mundo ¨¢rabe, aunque viene a hacerlo de la forma en que se agitan las aguas de un estanque al que se ha arrojado un pedrusco de regular tama?o. El sentido de esa agitaci¨®n es lo que est¨¢ por dilucidar.
Lo de si Bush ten¨ªa o no raz¨®n, por tanto, no se tiene que evaluar en funci¨®n esot¨¦rica de lo que no se sabe, de lo que queda ad calendas, sino a la manera de quien lee una cuenta de resultados. Lo que se ha hecho y sus consecuencias. Hasta ahora.
El mundo es hoy m¨¢s peligroso que antes de la guerra de Irak, porque se ha abierto el pa¨ªs a la acci¨®n del terrorismo de Al Qaeda y porque el mundo ¨¢rabe-isl¨¢mico, por mucho que vote, odia a Occidente un poco m¨¢s que ayer, pero menos que ma?ana. Y si, adem¨¢s, ese mundo se democratiza, ?qui¨¦n ha dicho que ello aquietar¨ªa las reivindicaciones de gran parte de sus masas? Aun al contrario,hay excelentes probabilidades de que el resultado fuera peor para Israel, Estados Unidos y adl¨¢teres, puesto que la relativa libertad de elegir dar¨ªa un papel mucho m¨¢s relevante al integrismo, chi¨ª o sun¨ª, s¨ªrvase usted mismo, en gran parte de ese vasto universo del islam. Peor a¨²n, la reivindicaci¨®n generalizada de que los ¨¢rabes sufren extremo mal trato a manos de Occidente obtendr¨ªa la redoblada fuerza de las urnas, y podr¨ªa quedar en el peor lugar imaginable esa p¨ªa jaculatoria de que las democracias no se hacen la guerra, porque hay que partir de la base de que, si son democracias, tampoco se anexionan territorios. Contrariamente a esa versi¨®n geopol¨ªtica ultra-light, son hoy las dictaduras ¨¢rabes las que sofocan la ira de las masas contra Israel y Estados Unidos.
Si, entonces, tener raz¨®n se mide por la adecuaci¨®n entre objetivos y resultados, parece algo prematura la conclusi¨®n de que Bush s¨ª la ten¨ªa.
?Quer¨ªa el presidente norteamericano un Gobierno chi¨ª en Bagdad, que un d¨ªa pueda tener las mejores relaciones con Teher¨¢n? ?Quer¨ªa provocar en Irak una insurrecci¨®n de caracter¨ªsticas, en gran medida terroristas, que puede llevar al pa¨ªs a una aut¨¦ntica guerra civil? ?Quer¨ªa o cre¨ªa que su fuerza expedicionaria fuera a sufrir un goteo permanente de bajas, que ya pasa de los 1.500 muertos, sin el m¨¢s m¨ªnimo signo de mitigaci¨®n inminente? ?Quer¨ªa tener que reducir a Siria, no ya sin prisas y cuando conviniera, sino con una cierta urgencia, para cegar una frontera por la que fluye -como se cree en Washington- la ayuda a la insurrecci¨®n? ?Quer¨ªa arruinar definitivamente la imagen de Estados Unidos en el mundo ¨¢rabe y gran parte del isl¨¢mico?
Hay, con todo, una posibilidad de darle la vuelta a esta espesa tortilla. Una paz en Palestina que devuelva tierra y derechos a sus pobladores de los ¨²ltimos 2.000 a?os. Si as¨ª fuera, entonces s¨ª que Bush habr¨ªa tenido toda la raz¨®n.
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