Zaplana grita

El PP volvi¨® o solicitar comparecencias diversas antes de cerrar la comisi¨®n parlamentaria del 11-M; el resto se neg¨® y acord¨® un calendario que permita aprobar las conclusiones antes del verano. El portavoz del PP levant¨® su voz escandalizada para proclamar que el Parlamento se niega a conocer la verdad, es decir, que trata de ocultarla: aquello de lo que fue acusado el Gobierno al que pertenec¨ªa Zaplana en calidad de portavoz. La estrategia del PP respecto a la comisi¨®n podr¨ªa resumirse en el siguiente principio: "Grita fuerte contra tus propios defectos, y as¨ª nadie podr¨¢ reproch¨¢rtelos".

Partiendo de un hecho en s¨ª mismo condenable, las concentraciones ante las sedes del PP en la jornada de reflexi¨®n, el portavoz popular mantuvo que el PSOE y sus amigos se niegan a proseguir la investigaci¨®n porque temen que se conozca toda la verdad. No dijo que formasen parte de la trama que se propon¨ªa "derribar al Gobierno" del PP -eso lo dijo Aznar en M¨¦xico-, pero desliz¨® la sospecha de que el actual Gobierno intenta "tapar posibles responsabilidades pol¨ªticas", y que quiere "dar carpetazo" a la comisi¨®n, mientras el PP es partidario de llegar hasta el final, etc¨¦tera.

Sin embargo, era el partido de Zaplana el que gobernaba el 11-M. Las responsabilidades pol¨ªticas exigibles en su caso -por imprevisi¨®n, gesti¨®n de la crisis, descontrol del tr¨¢fico de explosivos- lo ser¨ªan al PP. Es absurdo suponer que el PP tenga que probar ahora la participaci¨®n de ETA, descartada en el sumario, para demostrar que no minti¨® entre el 11 y el 14. Agarrarse al clavo ardiendo de unos confidentes, que s¨ª est¨¢n implicados en la trama, para encontrar esas pruebas es suicida. Esos confidentes ya han sido interrogados por el juez, y lo ¨²nico seguro es que intentan crear confusi¨®n (y ruido medi¨¢tico), extendiendo sospechas en otras direcciones para salvarse ellos. Su comparecencia en la comisi¨®n servir¨ªa para lo mismo. Es l¨®gico que la comisi¨®n se niegue a contribuir a esa confusi¨®n.

La acusaci¨®n de que no se quiere investigar la posible conexi¨®n con ETA no s¨®lo afecta a los pol¨ªticos, sino a los jueces y a los polic¨ªas que comparecieron en la comisi¨®n. Sostener que hay que seguir investigando hasta que aparezcan las pruebas que desmientan a unos y otros es insensato, aunque se diga a gritos.