Susanna Tamaro re¨²ne en un texto su visi¨®n del mundo actual

Cada palabra es una semilla es el t¨ªtulo del ¨²ltimo libro de la escritora italiana Susanna Tamaro (Trieste, 1957), que la editorial Seix Barral ha publicado en Espa?a antes de su lanzamiento en Italia. En ¨¦l, la autora reflexiona sobre su visi¨®n del mundo, y ofrece un diagn¨®stico pesimista acerca de la sociedad actual. El libro es tambi¨¦n una afirmaci¨®n de la fe cristiana de Tamaro.

Cada palabra es una semilla re¨²ne cinco textos autobiogr¨¢ficos. Cuatro de ellos fueron escritos a lo largo de los 10 ¨²ltimos a?os, divulgados mediante conferencias ofrecidas por Tamaro. El otro, el que da t¨ªtulo al volumen, ha sido pensado especialmente para el libro. El empobrecimiento del lenguaje, el culto al consumo, la crisis en la educaci¨®n de las nuevas generaciones, la pobreza de las relaciones y el paso del tiempo son algunos de los temas sobre los que escribe. La costura entre los distintos textos viene dada por una constante tensi¨®n entre la ciencia y la fe; la autora, apasionada por la bot¨¢nica y la biolog¨ªa, muestra un conocimiento exhaustivo sobre estos temas, pero pone en cuesti¨®n la capacidad de la ciencia para explicar por completo la vida y el mundo. Y reivindica la necesidad de dejar espacio para "el misterio". "La ciencia es un coche que nos lleva maravillosamente hasta cierto punto del camino. A partir de all¨ª aparece el misterio, que nos lleva a una reflexi¨®n superior. Espero desvelar ese misterio con la muerte y conf¨ªo en que no me decepcione", confiesa. Mujer solitaria e introspectiva, agradece la posibilidad de comunicar pensamientos y sentimientos ¨ªntimos a trav¨¦s de la literatura. Y conf¨ªa en que el libro "ayude a las personas a ser m¨¢s cr¨ªticas y a hacerse preguntas".

La escritora no rehuy¨® opinar sobre la reciente pol¨¦mica entre el Vaticano y El c¨®digo Da Vinci, libro que a su juicio se condena solo, por s¨ª mismo. Bajo su punto de vista, la opini¨®n del Vaticano sobre cuestiones de literatura no tiene importancia, y aunque defiende que "el Vaticano es libre de hacer lo que quiere, todo el mundo opina acerca de todo, y por tanto el Vaticano puede hacerlo sobre libros", admite: "No creo que tenga que intervenir" sobre estos temas".