El tiempo da la raz¨®n, y la seguir¨¢ dando

Me ha causado una enorme e ¨ªntima satisfacci¨®n conocer la sentencia del Tribunal Constitucional por la que se confirma en todos sus extremos la constitucionalidad de la Ley de creaci¨®n de la Universidad Miguel Hern¨¢ndez. Y no por una vana sensaci¨®n de ¨¦xito ni por el orgullo de tener la raz¨®n, sino porque se confirma, una vez m¨¢s, que los esfuerzos que se hacen merecen la pena y que el tiempo coloca a cada uno en su sitio.

Cuando, hace ahora casi diez a?os, tomamos la decisi¨®n de impulsar la creaci¨®n de la Universidad de Elche, lo hicimos porque est¨¢bamos convencidos de que pod¨ªa constituir un poderoso factor de impulso y dinamizaci¨®n cultural y econ¨®mica del sur de la Comunidad Valenciana, adem¨¢s de atender la demanda de estudios universitarios de toda una zona de poblaci¨®n creciente y en clara expansi¨®n empresarial. Y optamos por un modelo de universidad multicampus consolidado en tantas instituciones acad¨¦micas de todo el mundo, que podr¨ªa servir adem¨¢s como un nuevo instrumento de vertebraci¨®n de la provincia de Alicante.

Como sucedi¨® con tantas decisiones de mi Gobierno que el tiempo ha revelado plenamente acertadas -no quisiera dejar de recordar, por poner otro ejemplo, el hospital de Alzira, al que hoy ya nadie se atreve a criticar-, tuvimos que soportar todo tipo de ataques y hostilidades. El Partido Socialista se opuso radicalmente, situando una vez m¨¢s sus intereses partidistas por delante de los intereses generales de la provincia de Alicante y de toda la Comunidad Valenciana, y poniendo todo tipo de trabas a la nueva universidad, hasta llegar a interponer el recurso de inconstitucionalidad que hoy ha sido desestimado. Recurso firmado por 119 diputados, entre los que se encuentran el presidente, los dos vicepresidentes y varios ministros del actual Gobierno.

Se nos acus¨® de vulnerar la autonom¨ªa universitaria. Se nos dijo que pretend¨ªamos hacer una universidad controlada pol¨ªticamente. El equipo rectoral de la Universidad de Alicante, con Andr¨¦s Pedre?o a la cabeza, en un ejercicio de acoso pol¨ªtico, hizo todo lo posible por boicotear la implantaci¨®n del nuevo centro universitario y por demostrar su animadversi¨®n hacia el Gobierno que lo hab¨ªa impulsado. Para ello no tuvo reparo ni siquiera en negarme como presidente de la Generalitat el tratamiento y la dignidad que siempre se hab¨ªa dado al presidente en los actos de apertura del curso acad¨¦mico. Y algunos medios de comunicaci¨®n se prestaron a esa campa?a de ataque y desprestigio, dando a entender que todo era l¨ªcito con tal de combatir al Gobierno del Partido Popular y a m¨ª mismo.

Tuve que convivir con ese tipo de situaciones muchas veces durante mi mandato como presidente de la Generalitat, y tambi¨¦n m¨¢s tarde como ministro del Gobierno de la naci¨®n. Pero estuve convencido desde el principio de que no hay que tener miedo a las cr¨ªticas, si se act¨²a pensando en los intereses generales; y de que el tiempo siempre da la raz¨®n a quien la tiene.

En pol¨ªtica no merece la pena estar s¨®lo para mantenerse en el cargo. La pol¨ªtica consiste en defender y aplicar las ideas en las que uno cree, y en poner en marcha constantemente nuevos proyectos e iniciativas que puedan contribuir a mejorar el bienestar de la gente. Eso es lo que yo procur¨¦ hacer, y, por eso, me siento muy orgulloso de todos los proyectos que mi Gobierno pudo poner en marcha en la Comunidad Valenciana: la Ciudad de las Artes y las Ciencias, Terra M¨ªtica, la Ciudad de la Luz, el Palacio de las Artes de Altea, el Circuito Ricardo Tormo de Cheste, el Proyecto Cultural de Castell¨®n, la autov¨ªa central, la autopista Alicante-Cartagena, la autov¨ªa de la Plana, el hospital de Alzira, las Ciudades de la Justicia, y tantos y tantos otros que es imposible reflejar aqu¨ª.

Gracias a esa forma que tuvimos de entender la pol¨ªtica hoy Elche tiene universidad. Una universidad de calidad, din¨¢mica y activa. Los prop¨®sitos que inspiraron la creaci¨®n de la Universidad Miguel Hern¨¢ndez se est¨¢n haciendo realidad. Y el Tribunal Constitucional ha acabado por reconocer con autoridad que las decisiones que adoptamos nunca vulneraron la autonom¨ªa universitaria.

El Partido Socialista y quienes le apoyaron deber¨ªan dar ahora alguna explicaci¨®n. El presidente del Gobierno y sus dos vicepresidentes deber¨¢n explicar por qu¨¦ quisieron frenar un proyecto estrat¨¦gico al servicio de la Comunidad Valenciana, como lo han seguido haciendo despu¨¦s, desde la oposici¨®n y desde el Gobierno. Es significativo que esta sentencia se haya dado a conocer el mismo d¨ªa en que el Parlamento aprobaba la ley por la que se deroga definitivamente el trasvase del Ebro. Trasvase que hab¨ªa salido adelante gracias a la valent¨ªa de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Y de Jaume Matas, y con nuestra colaboraci¨®n e impulso fundamental.

Eduardo Zaplana es ex presidente de la Generalitat Valenciana y portavoz del Grupo Parlamentario Popular del Congreso de los Diputados.