'Entre copas' por la Ribera del Duero

El vino y su cultura est¨¢n ganando puntos como leitmotiv viajero. Una realidad que refleja Entre copas, la pel¨ªcula de Alexander Payne que gan¨® recientemente el Oscar al mejor gui¨®n adaptado (basada en la novela de Rex Pickett Sideways). Su argumento se desarrolla entre las bodegas y los vi?edos del valle de Santa B¨¢rbara, en California (EE UU), donde dos amigos pasan una semana de despedida de soltero de uno de ellos. Una historia trasladable a suelo ib¨¦rico. Las posibles rutas del vino espa?olas son numerosas, dada la diversidad y riqueza de zonas vitivin¨ªcolas. Y tal vez donde mejor se puede, hoy por hoy, experimentar la aventura enol¨®gica de un viaje entre copas sea en Ribera del Duero. Sin embargo, todav¨ªa no est¨¢ muy desarrollada en Espa?a la costumbre del viaje vitivin¨ªcola, ni la mayor¨ªa de las bodegas se encuentran preparadas para ello (muchas cierran sus puertas en fin de semana). Estamos muy lejos de las 300.000 visitas que recibe al a?o la bodega californiana Robert Mondavi, aunque ya existen algunos itinerarios m¨¢s o menos organizados, que van desde los profundos valles gallegos hasta la planicie manchega, pasando por las riberas de los r¨ªos vitivin¨ªcolas por excelencia, el Duero y el Ebro.

Pocas regiones han conocido una revalorizaci¨®n tan grande de sus vinos como la Ribera del Duero. Claro que hab¨ªa un precedente: Vega Sicilia, un mito capaz de convertirse en el motor de toda una regi¨®n. Vino emblem¨¢tico como pocos, Vega Sicilia ?nico es el paradigma del vino elegante, complejo, carnoso, redondo y persistente. En este viaje, la bodega, que no acepta visitas, ser¨¢ un referente. Pero hay otras que s¨ª se pueden visitar, en Pedrosa, Pe?afiel, Aranda de Duero, Roa, Pesquera de Duero... Elaboran sus vinos con la tinto fino, la tempranillo, en los que sorprende su profundidad arom¨¢tica y la excelente crianza en madera, que adquieren en botella un buqu¨¦ personal, inconfundible, paradigma de la mejor enolog¨ªa.

ARANDA DE DUERO.

Comenzamos la ruta en el Mes¨®n de la Villa, toda una instituci¨®n gastron¨®mica de Aranda de Duero, con una impresionante bodega que permite regar los asados de cordero y lech¨®n con casi todos los vinos de la zona. Para ayudar a la digesti¨®n puede visitarse la portada g¨®tico-isabelina de Santa Mar¨ªa, contempor¨¢nea de los Reyes Cat¨®licos. Entre el patrimonio arquitect¨®nico tambi¨¦n destacan la iglesia de San Juan Bautista, sede del Concilio de Aranda (1473); el palacio de los Verdugo (siglo XV); el santuario de la Virgen de las Vi?as (siglo XVII); el puente rom¨¢nico, y el palacio de Colmenares. Y una bodega: la de Pe?alba L¨®pez, m¨¢s conocida como Torremilanos. Es un impresionante edificio rodeado de vi?edos, que integra un hotel y la bodega, un alarde de modernidad. "Vino y paz, el para¨ªso", afirma Pablo Pe?alba, que ofrece sus vinos al hu¨¦sped interesado.

ROA.

En direcci¨®n hacia Pe?afiel, nos desviamos por la carretera BU-122 a Roa, sede del Consejo Regulador de la Denominaci¨®n de Origen Ribera del Duero, que cuenta con un interesante patrimonio arquitect¨®nico. A Roa vino a morir el c¨¦lebre cardenal Cisneros cuando viajaba para recibir a Carlos V y entregarle sus poderes. Y en Roa se asienta, mientras terminan las nuevas instalaciones, Bodegas Aalto, el sue?o hecho realidad de Javier Zaccagnini -en compa?¨ªa de Mariano Garc¨ªa, el antiguo mago de Vega Sicilia y creador de Bodegas Mauro-, con vinos espectaculares como su PS, que podemos tomar con el mejor lechazo de la zona en el Asador Nazareno, un ejemplo de honradez y profesionalidad. Antes de seguir ruta merece la pena una peque?a excursi¨®n al norte, a La Horra, donde se ubican algunos de los mejores vi?edos de Ribera del Duero, y visitar la bodegas de los Hermanos Sastre. Viticultores de toda la vida, poseen un soberbio vi?edo con m¨¢s de 50 a?os de edad media. Poco fruto, pero excelente. Y s¨®lo elaboran su propia cosecha, que cr¨ªa luego en un mod¨¦lico parque de barricas de roble nuevas. Se recomienda catar su Pago de Santa Cruz del 99.

PEDROSA DE DUERO.

Vuelta a Roa para dirigirnos a Pedrosa de Duero, a cinco kil¨®metros, villa burgalesa donde se vendimian algunas de las mejores uvas de la Ribera del Duero. Aqu¨ª se encuentran algunas bodegas ejemplares, como la de los Hermanos P¨¦rez Pascuas, recientemente renovada. O Pago de los Capellanes, la obra personal de Francisco Rodero. Emigrante durante muchos a?os, hizo suficiente fortuna como para volver a Pedrosa de Duero y recuperar viejas vi?as de familia, que luego se han ampliado con nuevas plantaciones. Su vino Parcela El Pic¨®n del 99 es un ejemplo de buen hacer, de respeto a la cepa y el territorio, lo que se refleja en la fuerte personalidad de su aroma, que tarda en mostrarse, por lo que es recomendable su decantaci¨®n previa. Perfecto con chuletas, asados y guisos campestres. M¨¢s modesta, pero entra?able, es la bodega de Carmelo Rodero, que vend¨ªa sus uvas a Vega Sicilia, pero hace 15 a?os decidi¨® ir a su aire.

PE?AFIEL.

Con su soberbio castillo del siglo XI en el filo estrat¨¦gico de un pe?¨®n, tiene en su plaza del Coso un ejemplo extraordinario de arquitectura popular. Cerca se levanta el monasterio de Santa Mar¨ªa de Valbuena, con unos frescos de primitivo g¨®tico franc¨¦s. Aqu¨ª tiene su asiento la bodega Protos, un gigante de tres millones de botellas. Bajo las ra¨ªces del castillo, en su enorme vientre de tierra, hay dos kil¨®metros de galer¨ªas y t¨²neles donde los vinos envejecen a temperatura y humedad constante. En el castillo se puede visitar el Museo del Vino, un magn¨ªfico escaparate did¨¢ctico encajado en los muros sin da?arlos, obra del arquitecto Roberto Valle.

Pero hay m¨¢s. Por ejemplo, Pago de Carraovejas. Tom¨¢s Postigo, en¨®logo y director de la bodega (actualmente cerrada a las visitas por reforma), sabe de sobra c¨®mo sacar partido a su vi?a, domina el juego de barricas nuevas y las usa con m¨¢s prudencia que sus colegas, aportando al vino un toque de cabernet sauvignon que le da cuerpo y extracto sin abusar de las maceraciones. Merece la pena catar su extraordinario Vendimia Seleccionada Cuesta de las Liebres. Cerca se sit¨²a Ali¨®n, la otra bodega de Vega Sicilia, con el vino con mejor relaci¨®n calidad / precio de Espa?a. Pero s¨®lo podremos comprarlo en tienda o degustarlo en alg¨²n restaurante agraciado; por ejemplo, el Asador Mauro.

PESQUERA DE DUERO.

De vuelta en la N-122, camino de Valladolid, el viaje se adentra en el centro neur¨¢lgico de la regi¨®n. Hay que desviarse unos pocos kil¨®metros para llegar a Pesquera de Duero, donde Alejandro Fern¨¢ndez tiene su imperio. Todo empez¨® con su Tinto Pesquera, que impuls¨® internacionalmente la denominaci¨®n de origen; luego, Condado de Haza, un canto a la tradici¨®n y el origen. En los porches de piedra dorada y gris¨¢cea se expone una interesante colecci¨®n de aperos de labranza. Condado de Haza est¨¢ pensada para impresionar al visitante. Los materiales de construcci¨®n son antig¨¹edades recicladas, desde la piedra de los muros o las tejas, o los detalles de decoraci¨®n del gran comedor, dise?ado y vestido para acoger en confortables almuerzos a grupos de visitantes. En la mesa, la atenci¨®n se concentra en los asados y la copa: el rojo potente, limpio, tentador del Condado de Haza.

Dehesa de los Can¨®nigos es otra cosa. La bodega se asienta en medio de una explotaci¨®n agr¨ªcola en la que se alternan el laboreo de los campos de remolacha, cereal, girasol y pino albar con la viticultura. Las instalaciones refuerzan la imagen de la bodega, ya que respeta la arquitectura que data del siglo pasado, edificios que fueron casa de labranza.

Por su parte, Emilio Moro no ha dudado en dar r¨¦plica en calidad, que no en cantidad, al imperio Alejandro Fern¨¢ndez. Tuvo unos inicios fulgurantes, cuando sus vinos asombraban por el impacto frutal que confundi¨® a m¨¢s de una nariz experta. Llovieron los premios, pero luego surgieron en Ribera del Duero nuevos vinos de mayor concentraci¨®n y madera nueva francesa m¨¢s ajustada. No han tardado en reaccionar, y lo han hecho a lo grande. Nueva bodega y cambio de mentalidad que encarnan la nueva generaci¨®n, Javier y Jos¨¦ Moro. Lo dem¨¢s es lo de siempre, un excelente vi?edo de 60 hect¨¢reas. Y su obra maestra, Malleolus de Valderramiro, un tinto de pago que refleja las caracter¨ªsticas del terru?o, y de unas cepas de tinto fino con m¨¢s de 75 a?os. Su aroma, que se muestra t¨ªmido al principio, va desarrollando toda una amplia gama de notas frutales, minerales, bals¨¢micas, especiadas. Un dise?o muy actual para un paladar con futuro.

VALBUENA DE DUERO.

Seguimos por una carretera comarcal abrazada por vi?edos, con lunares umbr¨ªos de pinos. Hay que pasar ante la bodega Matarromera, obra de Carlos Moro. Su vino m¨¢s logrado, con diferencia, es Prestigio, un tinto de nueva generaci¨®n con una expresi¨®n varietal muy potente y n¨ªtida, que le hace francamente atractivo: potente, sabroso, bien estructurado. El viaje sigue rodeado de vi?edos hist¨®ricos como el de Vega Sicilia, parada obligada, aunque la bodega no acepte visitas. Estamos en la zona m¨¢s prestigiosa de Ribera de Duero. La ubicaci¨®n de esta bodega y sus vi?edos marca el lugar donde se conjugan todos los factores para que las uvas de la variedad principal, la tinta del pa¨ªs, alcancen su mayor equilibrio y bondad. En la parte vallisoletana de la orilla derecha del Duero, entre Valbuena de Duero y Pesquera de Duero, los suelos pardo-calizos, de f¨¢cil labranza, resultan inmejorables para el cultivo de la vid. Se trata de tierras arcilloso-calc¨¢reas afectadas por un clima continental, de inviernos largos y fr¨ªos, veranos secos y c¨¢lidos, primaveras fugaces y oto?os frescos y delicados, y que registran una media anual de unos 500 mil¨ªmetros de lluvia.

QUINTANILLA DE ON?SIMO.

Aqu¨ª se alza la imponente y algo desmesurada bodega Arzuaga, hotel incluido. Se puede aprovechar para catar algunos de los vinos de la bodega, como el Reserva Especial de 2001, con mucha fruta y muy expresivo, en l¨ªnea con la demanda actual. O, mejor, su Gran Arzuaga 2002, potente, carnoso. Un buen trago. Claro que si preferimos descansar arrullados por el padre Duero, nos alojaremos en Fuente de la Ace?a, un caser¨®n a orillas del r¨ªo modernizado y con buena comida creativa. Y vuelta a empezar, que as¨ª es el viaje al mejor vino.