?Fiesta?
Dicen que es fiesta, pero despu¨¦s de las ocho no se ha podido dormir. Anoche tambi¨¦n hubo despert¨¤. Daba igual el cansancio que arrastraras tras una jornada, se supone que laborable, que servidora resumir¨ªa as¨ª: Precisando, por desgracia, de veh¨ªculo propio para ir al trabajo, hace d¨ªas que intento controlar qu¨¦ calles de mi barrio permanecen, casi desde el siglo pasado, obturadas por diferentes obst¨¢culos. Recuerdo todas, menos la del banco donde deber¨ªa depositar urgentemente cierta documentaci¨®n. Chasco. Giro por direcci¨®n prohibida. Tampoco hay soluci¨®n. Desisto. Saludo a un vecino que ha llamado a la gr¨²a porque un coche bloquea el suyo: deben estar a¨²n en la discoteca. La grata sorpresa del d¨ªa es una circulaci¨®n escasa y fluida. Llamo al banco: a¨²n no hay nadie. Me cuentan en el trabajo (alguien trabaja) la desesperaci¨®n de una amiga con beb¨¦ reci¨¦n nacido viviendo en un primer piso y los petardos atronando en el garaje. Y la berlanguiana escena de una carpa fallera tapando la calle por donde un difunto ten¨ªa que ser transportado a hombros, ya que el coche f¨²nebre estaba bloqueado en la esquina. F¨¦retro, pasacalles, y ol¨¦.
Ni en la periferia nos libramos. A la hora del bocadillo, cincuentones juguetones hacen estallar p¨®lvora en los contenedores de una obra. Averiguo que el banco cierra a las doce, as¨ª que no hay nada que hacer.
Finaliza la jornada. A media tarde el atasco es descomunal. Una ambulancia tarda siglos en abrirse paso (hace ya cuatro d¨ªas, el taxista que me tra¨ªa del aeropuerto aleg¨® que evitar¨ªamos problemas dando un rodeo por el cauce nuevo, y la excursi¨®n sali¨® por 28 euros de vell¨®n). Llevo una hora quemando gasoil. Seg¨²n la radio la fiesta est¨¢ en la calle, pero yo aqu¨ª nada m¨¢s veo recintos privados y fallas donde hay que pagar para verlas bien. Llego. La bu?olera adosada al caf¨¦ atufa los geranios del primero, la colada del segundo y todo el garaje.
La fiesta, como el universo, se expande indefinidamente en territorio y calendario, y no ha nacido a¨²n quien le ponga coto al desm¨¢n.
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