Querido Madrid

Siempre que ocurre algo desgraciado en ti, me viene a la mente aquel verso de Quevedo que dice as¨ª: "Mir¨¦ los muros de la Patria m¨ªa", creo que refleja muy bien c¨®mo nos sentimos todos los madrile?os (al igual que Quevedo) cuando vemos partes de ti derruidas, mutiladas o explotadas. El 13 de febrero ha habido un incendio en el edificio Windsor, ¨¦se que ten¨ªa los cristales como sucios. El d¨ªa 9, una bomba en el parque ferial de Juan Carlos I; hace casi un a?o, unas bombas en Atocha el 11 de marzo... Me duele recordarlo todo: ese d¨ªa, las v¨ªctimas, la tristeza en la que se sumi¨® la ciudad, el silencio en los transportes p¨²blicos... y sobre todo, el luto. Hoy, como ayer, accidental o premeditado, t¨², ciudad hecha sobre el fuego, sufres demasiado desde hace siglos por nuestros errores y no cesan sobre ti las desgracias. Pero no s¨¦ por qu¨¦ te recuperas, al igual que todos nosotros, madrile?os o personas que son de otras ciudades, comunidades o pa¨ªses, que est¨¢n englobados como lo que t¨² les haces sentir, simplemente "de Madrid", no quieres que se sienten extranjeros, porque tu historia se cimenta en la hospitalidad, la generosidad y gracias a ellos, cada d¨ªa aprendemos la dif¨ªcil tarea de la convivencia.

La vida, a veces, es dura y mucha gente viene hacia ti para encontrar consuelo o que buscan mejorar, como mis abuelos, mi madre y mi t¨ªo, que llegando a ti casualmente, no te han podido olvidar. Hace d¨ªas, mi madre me dijo: "Menos mal que la compa?¨ªa en la que trabajaban mis padres decidieron venir a Madrid para largo, porque ser¨ªa muy triste no haber vivido aqu¨ª...".

Creo que este sentimiento ha sido repetido por muchos emigrantes que llegaron a ti. Solamente, para concluir, cabe decir que de las cenizas del edificio Windsor (al igual que las del 11 de marzo) crecer¨¢ ese sentimiento de los madrile?os por mejorar y vivir sin rencor siempre junto a ti. Besos de Alejandra.