"Las nuevas tecnolog¨ªas pueden mejorar la ciudad"
"Tenemos muchos problemas por la zona geogr¨¢fica en la que est¨¢ ubicado Madrid. No hay pr¨¢cticamente vientos y las emisiones de las calefacciones y, sobre todo de los coches, ensucian mucho el aire. Pero esta tendencia se puede cambiar en un tiempo razonable; un tiempo razonable para una ciudad son 20 a?os. Si nos ponemos a ello, Madrid puede llegar a ser una ciudad menos inh¨®spita. Lo primero que hay que cambiar es la idea de por qu¨¦ vivimos en una gran ciudad."
Antonio Ruiz de Elvira, en su condici¨®n de f¨ªsico, se maneja bien con los porcentajes. Y, en su reflexi¨®n sobre el medio ambiente en Madrid cuantifica el problema de la contaminaci¨®n. "El 80% de las emisiones contaminantes de Madrid provienen del tr¨¢fico. Madrid es una ciudad antigua con problemas para adaptarse a los tiempos modernos. No podemos tirar la ciudad entera, pero s¨ª podemos corregir trozo a trozo lo que podamos. Primero, tenemos que saber qu¨¦ modelo de ciudad queremos y luego utilizar las nuevas tecnolog¨ªas que ya est¨¢n disponibles. Con las nuevas tecnolog¨ªas, la calidad de vida de la ciudad puede mejorar, pero es necesario que se divulguen, que la gente sepa las posibilidades que hay".
"El combustible del futuro es el hidr¨®geno, hay mucha gente trabajando en ello"
"Madrid 2012 es un buen ejemplo para que los ciudadanos vean que las cosas pueden mejorar"
"Una vivienda sostenible emite el 75% menos de sustancias contaminantes"
Ruiz de Elvira habla de un caso concreto. "Se puede conseguir, por ejemplo, cambiar lo que metemos a los coches para que anden: el combustible. No es una utop¨ªa. En esta ciudad hay ya cinco autobuses de hidr¨®geno; ¨¦sa es la direcci¨®n. La tecnolog¨ªa existe y es el hidr¨®geno. Los coches el¨¦ctricos no tienen sentido porque tienen muy poca autonom¨ªa. El hidr¨®geno, en cambio, se puede almacenar igual que la gasolina y no contamina. Los motores de hidr¨®geno existen. El problema es que este combustible hay que sacarlo del agua del mar y el proceso es muy lento. Pero hay mucha gente ya trabajando en la obtenci¨®n de hidr¨®geno a trav¨¦s del agua mediante catalizadores con sustancias qu¨ªmicas que aceleran el proceso. Estamos cerca de conseguirlo, a no m¨¢s de ocho a?os. Entonces tendremos todo el hidr¨®geno que necesitamos y a una velocidad razonable para poderlo usar en los coches".
Junto con la utilizaci¨®n de combustibles amigables, otra l¨ªnea de actuaci¨®n es reducir las emisiones contaminantes del tr¨¢fico reduci¨¦ndolo. "Eso depende de la voluntad y decisi¨®n de los ciudadanos. Hay que estudiar c¨®mo reducir 100.000 coches al d¨ªa en Madrid. ?se es el objetivo que tiene el Ayuntamiento. Para lograrlo, lo primero que hay que saber es en qu¨¦ ciudad queremos vivir. Saber si lo que queremos es vivir en el norte de la ciudad y si para comprarnos una camisa estamos dispuestos a ir hasta Atocha. Este estilo de vida genera muchos problemas que son incompatibles con llevar una vida agradable. Cuando se habla de reducir el tr¨¢fico hay gente que opina que es una reducci¨®n de su libertad, pero en realidad lo que sufren estas personas es una adicci¨®n a su calidad de vida. Hay que volver al car¨¢cter de ciudad que era Madrid hace a?os, donde uno no ten¨ªa que hacer grandes distancias para conseguir todo lo que quer¨ªa. Por ejemplo, los barrios nuevos est¨¢n hechos de tal manera que no hay servicios, ni tan siquiera cafeter¨ªas. Quienes viven all¨ª tienen que coger el coche para cualquier cosa".
-Pero mucho del tr¨¢fico de la ciudad lo genera la gente que viene a trabajar a la capital.
-Hay cuatro presiones que mueven el tr¨¢fico en Madrid: el trabajo, los colegios, la diversi¨®n y la compra. Utilizar el coche para ir al trabajo me parece un poco loco, porque es utilizarlo para ir de un punto a otro. La idea de que uno utiliza el coche, por ejemplo, para venir a trabajar desde Las Rozas a Madrid es porque a lo mejor no tiene un transporte p¨²blico agradable.
-Aun as¨ª, a los pol¨ªticos les da miedo adoptar medidas disuasorias en el tr¨¢fico o medidas penalizadoras.
-Depende de qu¨¦ pol¨ªticos. En muchas ciudades de Europa se est¨¢ haciendo y en Madrid se empieza a hablar de ello.
Otra de las fuentes de contaminaci¨®n en Madrid proviene del consumo energ¨¦tico de las viviendas. Ruiz de Elvira lo cifra en el 40% del total. "Las viviendas est¨¢n muy mal hechas. Se hicieron en una ¨¦poca en que la energ¨ªa era esencialmente gratis y nadie pensaba en los problemas ambientales. Ahora sabemos que estamos contaminando mucho el ambiente y debemos pensar c¨®mo reducir las emisiones. Las viviendas est¨¢n mal orientadas, los muros son de papel y, por tanto, es necesario contar con calefacciones y aires acondicionados. Adem¨¢s, se ha optado en muchos casos por las calefacciones individuales en lugar de las comunales, que son siempre m¨¢s costosas. La gente deber¨ªa saber que enfriar un piso cuesta el doble que calentarlo.
-?Es m¨¢s cara una vivienda dise?ada pensando en el respeto al medio ambiente?
-No, no es m¨¢s cara. En Madrid hay una casa construida en el Pinar de Chamart¨ªn as¨ª. Su coste es el mismo que una vivienda normal y en cambio esta emite el 75% menos de sustancias contaminantes y gasta el 50% menos en calefacci¨®n y aire acondicionado. Desgraciadamente es s¨®lo una prueba. Pero demuestra que una promotora, si quiere, puede hacer estas casas.
-?Las casas que ya est¨¢n construidas pueden aplicar nuevas tecnolog¨ªas?
-Las personas que ya tienen un piso lo tienen m¨¢s dif¨ªcil, aunque s¨ª se pueden hacer algunas cosas muy sencillas. En verano, por ejemplo, adem¨¢s de poner aire acondicionado, colocar toldos que son m¨¢s baratos. Y exigir que en las reformas de las viviendas que se est¨¢n haciendo en Madrid se tengan en cuenta los problemas energ¨¦ticos y que se pongan las soluciones que ya est¨¢n en el mercado.
-?Los paneles solares son una utop¨ªa o est¨¢n al alcance de todos?
-De momento son caros, como lo eran los ordenadores hace 20 a?os. Un panel solar para una vivienda unifamiliar costar¨ªa ahora 42.000 euros, pero instalarlo en un bloque de casas es m¨¢s barato. Son m¨¢s asequibles los paneles para agua caliente y calefacci¨®n, que pueden costar unos 400.000 euros, y quienes los instalen los amortizar¨ªan en tres a?os. La gente tiene que saber que es posible utilizar esta tecnolog¨ªa y hacer sus c¨¢lculos. Para ello es fundamental el papel de las promotoras de viviendas.
Estas nuevas tecnolog¨ªas tambi¨¦n abren un panorama muy interesante para las empresas, pueden crear puestos de trabajo. "Estas nuevas tecnolog¨ªas dan puestos de trabajo y formas de vidas m¨¢s razonables. La energ¨ªa solar y el hidr¨®geno ya est¨¢n generando puestos de trabajo y creando empresas".
Pero adem¨¢s de las empresas, parece necesario involucrar a los pol¨ªticos. "Los pol¨ªticos s¨®lo act¨²an si la ciudadan¨ªa se lo demanda. Si un ciudadano dice que prefiere pasarse cuatro horas al d¨ªa en un coche respirando humos en lugar de ir en un tren con aire acondicionado... Los ciudadanos tienen que presionar, hacer ver qu¨¦ vida quieren llevar. Las tecnolog¨ªas tienen soluciones para muchas cosas, pero tambi¨¦n es necesario que se implique a los ayuntamientos. En Barcelona ya es obligatorio instalar paneles solares para el agua caliente en las viviendas nuevas. En Madrid se trabaja en ello. Estas nuevas legislaciones tambi¨¦n podr¨ªan ir acompa?adas de alg¨²n beneficio fiscal porque quien instala estas tecnolog¨ªas ya est¨¢ contribuyendo a mejorar la vida de la ciudad".
De paneles solares, hidr¨®geno, viviendas sostenibles, reducci¨®n de emisiones habla ahora el alcalde de Madrid cuando se refiere al Madrid ol¨ªmpico.
"Madrid 2012 es una buena oportunidad de demostrar a los ciudadanos que las nuevas tecnolog¨ªas mejoran la calidad de vida de la ciudad. Los madrile?os tendr¨¢n ah¨ª un claro ejemplo de que la vida en esta ciudad puede ser mejor".
ANTONIO RUIZ DE ELVIRA
Naci¨® en Madrid hace 55 a?os. Es f¨ªsico, profesor de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares y experto en cambio clim¨¢tico. Todo este trabajo lo compagina con la presidencia de la ONG ecologista Amigos de la Tierra, que abandonar¨¢ en breve porque, seg¨²n ¨¦l, este tipo de movimientos ha perdido fuerza entre la sociedad.
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