Al Zaragoza le falta el gol

Si Leo Franco se erigi¨® en el mejor del partido fue porque el Atl¨¦tico de Madrid se limit¨® a defender y el Zaragoza no supo encontrar el camino del gol. Los colchoneros no jugaron a nada, m¨¢s que a marear constantemente la pelota en la defensa para, al pasar la medular, regalarla. A los blanquillos, que s¨ª mostraron ambici¨®n por llevarse los tres puntos, les falt¨®, adem¨¢s de oficio, un pelo de mordacidad para engullirse al rival.

Cavilaba V¨ªctor Mu?oz, antes del partido, por el c¨¦sped con los brazos en jarras, paso lento y cabeza gacha. Esperaba que retornar al sistema habitual, el 4-2-3-1, tras el nefasto resultado que le dio el 4-5-1 en la UEFA ante el Austria de Viena, les espoleara y diera un triunfo para, al menos, no quedarse descolgados del todo en su empe?o por jugar la pr¨®xima temporada en Europa. Al ser el partido m¨¢s tard¨ªo de la jornada, sab¨ªa V¨ªctor de antemano los resultados de sus rivales directos; s¨®lo la derrota del Depor ante el Bar?a favorec¨ªa sus intereses. Y esa preocupaci¨®n por no perder de vista los puestos privilegiados, esa tensi¨®n por no caer derrotado ante un contrincante en la misma situaci¨®n, se la contagi¨® a sus futbolistas, que saltaron al terreno de juego con una energ¨ªa desconocida hasta la fecha. Le result¨® f¨¢cil al Zaragoza hacerle da?o al Atl¨¦tico; con ?scar, el mediapunta blanquillo, llev¨¢ndose a un central y los extremos, bien abiertos a los costados, obligando a ensanchar la defensa, se creaban unos espacios por el centro que Villa pod¨ªa aprovechar. Pero el delantero asturiano, que volvi¨® a pecar de individualista en pro de encontrar la senda del gol, tuvo una noche aciaga. Err¨® en los lanzamientos desde fuera del ¨¢rea, desgast¨® a sus compa?eros, que corr¨ªan para desmarcarse, y, por consiguiente, no encontr¨® la f¨®rmula de batir al guardameta Leo Franco.

El Atl¨¦tico plante¨® la misma t¨¢ctica que el Zaragoza. La diferencia entre ambas escuadras, a parte de que los rojiblancos replegaban infinitamente m¨¢s sus l¨ªneas, radicaba en el centro del campo. Los dos experimentados mediocentros del Atl¨¦tico, Luccin y Colsa, aportan mucho m¨¢s que Movilla y Generelo, los blanquillos. Se puede discutir qu¨¦ pareja es mejor en el trabajo de contenci¨®n, pero no as¨ª el dinamismo y profundidad de juego que otorgan los colchoneros. Pero la zaga del Zaragoza se mostr¨® inconmensurable y constat¨® que el Atl¨¦tico, sin Ibagaza, futbolista que con sus pases y visi¨®n puede liarla en un santiam¨¦n y que s¨®lo jug¨® 25 minutos, pierde mucho. Anoche, su sustituto, Jorge Larena, el encargado de enlazar la media con la delantera, con Torres, se mostr¨® un tanto perezoso y apenas apareci¨®. El Ni?o, por muy potente, r¨¢pido y habilidoso que sea a la hora de ganar la espalda al defensa de turno, de crearse ¨¦l s¨®lo las oportunidades, no pudo sino bajar los brazos al observar que rebasar a los dos centrales del Zaragoza, ?lvaro y Milito, que recuperaron la fiabilidad mostrada la temporada pasada, es ardua tarea.

Un palo de Savio, una ocasi¨®n clara de Milito, que envi¨® el bal¨®n a las nubes a puerta vac¨ªa, varios disparos desde fuera del ¨¢rea que despej¨® con seguridad Leo Franco y las reiteradas muecas de desesperaci¨®n y desaprobaci¨®n del t¨¦cnico C¨¦sar Ferrando desde la banda, resumieron el encuentro. El sorteo previo al partido fue una premonici¨®n para el Zaragoza. La moneda sonri¨® a Torres y no a Galletti, que casi siempre sale favorecido en la repartici¨®n del campo. Los ma?os merecieron m¨¢s, pero el infortunio no entiende de justicia. Firmaron unas tablas que, sin duda, beneficiaron m¨¢s a los colchoneros, situados ahora a tres puntos de los puestos que permiten disputar la UEFA, que a los blanquillos, que ven c¨®mo se desvanece la oportunidad de representar la pr¨®xima campa?a a los conjuntos espa?oles en Europa.