El agua, un cauce para la paz
El autor defiende la nueva pol¨ªtica del agua y considera que la actitud de rechazo del PP obstaculiza la resoluci¨®n del problema
Hoy, 22 de marzo, celebramos el D¨ªa Mundial del Agua, fecha que el a?o pasado se inscrib¨ªa en el entorno del cambio de gobierno producido tras las elecciones del 14 de marzo y del consecuente impulso de una nueva pol¨ªtica del agua en nuestro pa¨ªs. Por primera vez el discurso de investidura de un presidente del Gobierno espa?ol har¨ªa referencia al agua como uno de los aspectos fundamentales de su programa de gobierno y por primera vez ese aspecto se abordaba desde una concepci¨®n integral que consideraba el agua como un elemento esencial que sostiene la vida sobre la tierra y no solo como un recurso natural m¨¢s a explotar por el hombre. Desde esa concepci¨®n, se anunciaba la aplicaci¨®n de una nueva pol¨ªtica del agua cuyo objetivo es asegurar la disponibilidad de agua en cantidad y calidad suficiente, sin olvidar (y aqu¨ª est¨¢ lo novedoso) la preservaci¨®n de los ecosistemas asociados al agua. Esto ¨²ltimo es consecuente con la constataci¨®n de que ni un solo litro de agua est¨¢ ocioso o carece de finalidad en la naturaleza. Toda el agua trabaja incesantemente en el sostenimiento de los sistemas vitales que nos mantienen y, en consecuencia, asegurar su preservaci¨®n es garantizar nuestra supervivencia. Este discurso medioambientalista era novedoso en Espa?a, pero no en la Uni¨®n Europea, que hab¨ªa aprobado en 2000 la Directiva Marco de Aguas con este mismo enfoque. Tampoco supon¨ªa una visi¨®n voluntarista o ut¨®pica, que resultar¨ªa in¨²til para solucionar los problemas h¨ªdricos de toda ¨ªndole a los que se enfrenta la sociedad valenciana (escasez, inundaciones, contaminaci¨®n, etc). Muy al contrario, se trata de la ¨²nica pol¨ªtica realista con la que se les puede hacer frente, porque lo m¨¢s importante para dar con la soluci¨®n adecuada es plantear correctamente el problema.
El objetivo es asegurar la disponibilidad de agua en cantidad y calidad suficiente
El PP ha convertido el trasvase del Ebro en la trinchera donde librar sus batallas pol¨ªticas
El siglo XX marc¨® el apogeo y el declive de un modelo de desarrollo en el que el mercado era el ¨²nico l¨ªmite para la explotaci¨®n masiva de los recursos. La atenci¨®n de la demanda, y no la disponibilidad real de los mismos, era lo ¨²nico que importaba, tachando de agoreros a aqu¨¦llos que advert¨ªan de que los recursos naturales no eran ilimitados y que consumirlos por encima de su capacidad de renovaci¨®n constitu¨ªa una temeridad que pon¨ªa en riesgo la continuidad de la civilizaci¨®n tal como la conocemos. A finales del siglo XX, la constataci¨®n del agotamiento de los recursos y de los efectos de la contaminaci¨®n condujo a actitudes internacionales mucho m¨¢s responsables y respetuosas con la naturaleza. La firma del Protocolo de Kyoto para limitar la contaminaci¨®n de nuestra atm¨®sfera y evitar sus desastrosos efectos sobre el planeta, o la promoci¨®n de fuentes de energ¨ªa alternativas para hacer frente al agotamiento de los materiales f¨®siles, son buena prueba de ello.
De la misma forma, la tecnolog¨ªa ha evolucionado para hacer del mar una fuente alternativa, y pr¨¢cticamente inagotable, de agua dulce. La desalaci¨®n se revela, as¨ª, como un instrumento importante para obtener nuevos recursos h¨ªdricos sin agotar los caudales de los r¨ªos ni afectar al buen estado de sus aguas. Con la desalaci¨®n se avanza en la pol¨ªtica del agua que promueve la Directiva Marco, uno de cuyos objetivos prioritarios es garantizar el buen estado ecol¨®gico de los ecosistemas. La directiva tambi¨¦n establece la necesidad de enfocar la gesti¨®n de los recursos desde una escala de cuenca hidrogr¨¢fica, buscando la m¨¢xima eficiencia, y promueve la b¨²squeda de un equilibrio entre la oferta y la demanda, desacoplando el crecimiento econ¨®mico del incremento en el gasto de agua (caracter¨ªstica de los pa¨ªses m¨¢s desarrollados). Ello implica enfocar la gesti¨®n hacia f¨®rmulas de aprovechamiento integral de los recursos, incidiendo por ejemplo en la reutilizaci¨®n de las aguas residuales depuradas. Pero la Directiva hace hincapi¨¦ tambi¨¦n en la forma de aplicar esta nueva pol¨ªtica del agua y determina que hay que hacerlo desde la transparencia y con la participaci¨®n de todos los sectores afectados. Esto ¨²ltimo resulta imprescindible para lograr el necesario cambio en las pautas seculares de producci¨®n y consumo que han conducido a la situaci¨®n insostenible que padecemos. Un cambio que exige un esfuerzo colectivo que s¨®lo tendr¨¢ ¨¦xito si asumimos conjuntamente que el objetivo vale la pena y que la recompensa es garantizarnos un futuro de bienestar. En este sentido, d¨ªas como el de hoy proporcionan una oportunidad para la reflexi¨®n.
Dec¨ªa al principio que hace un a?o se anunciaba la aplicaci¨®n de una nueva pol¨ªtica del agua en nuestro pa¨ªs y habr¨ªa que a?adir que ha sido un a?o muy intenso para los valencianos. En nuestra Comunidad se han encontrado la antigua y la nueva concepci¨®n de la pol¨ªtica del agua y lo han hecho en un clima de crispaci¨®n que ha ido m¨¢s all¨¢ de lo razonable. Es cierto que todo cambio provoca fricciones, porque los m¨¢s concienciados exigen una aplicaci¨®n inmediata y radical del nuevo modelo, no sin coherencia con la gravedad del problema. Mientras que otros, sin embargo, se resisten a modificar un status que les ha sido provechoso y mantienen su apoyo a planteamientos que, aunque han demostrado su inviabilidad, encajan mejor en la tradici¨®n ya conocida. S¨®lo el di¨¢logo y el debate sereno pueden llevar a encontrar puntos de encuentro con los que ir avanzando. No obstante, en la Comunidad Valenciana no ha sido posible ese di¨¢logo porque el PP ha convertido el trasvase del Ebro en la trinchera donde librar sus batallas pol¨ªticas contra el gobierno socialista del Estado y se niega a admitir siquiera la viabilidad de otras actuaciones para resolver la problem¨¢tica h¨ªdrica de esta Comunidad. Lo peor es que esa actitud ha impedido que la sociedad valenciana se implique en la cuesti¨®n y protagonice el proceso, tal como debiera haberlo hecho desde el principio. En estos momentos, la sociedad reclama agua venga de donde venga y se muestra harta de enfrentamientos est¨¦riles que en nada ayudan a resolver sus problemas.
El PSPV, al igual que lo viene haciendo el Ministerio de Medio Ambiente, se ha volcado en actuar con el ¨¢nimo de convencer por las obras y que sean los resultados los que acaben concienciando a los ciudadanos de que, para obtener agua, lo m¨¢s eficaz y seguro no es mirar fuera de nuestras fronteras, sino aprovechar al m¨¢ximo nuestras posibilidades. Veamos algunos ejemplos de ello. El 80% del agua que utiliza la Comunidad Valenciana es consumida por la agricultura que, sin embargo, representa un 20% del PIB valenciano (incluidas las industrias agroalimentarias), lo que indica que la modernizaci¨®n de los regad¨ªos ofrece grandes posibilidades de ahorro. De los 437 hect¨®metros c¨²bicos que anualmente fluyen de nuestras depuradoras, ¨²nicamente se reutilizan 125, lo que tambi¨¦n indica que disponemos de un importante efluente infrautilizado cuyo destino agr¨ªcola, ambiental o deportivo supera ampliamente las previsiones del trasvase del Ebro para estos fines (estimado en 205 hect¨®metros c¨²bicos/a?o). Por su parte, el Mediterr¨¢neo es un formidable dep¨®sito de 3.700 millones de hect¨®metros c¨²bicos a nuestro alcance, del que extraer agua de excelente calidad para el consumo humano. Murcia y Almer¨ªa ya obtienen de ¨¦l 400 hect¨®metros c¨²bicos anuales, mientras que la Comunidad Valenciana ¨²nicamente extrae alrededor de 40 hect¨®metros c¨²bicos al a?o. Y para qu¨¦ hablar de la necesidad de acabar con pr¨¢cticas tan irracionales como limpiar las calles con agua potable en municipios, como el de Benidorm, afectados por d¨¦ficit de abastecimiento.
En conclusi¨®n, la Comunidad Valenciana necesita aplicar la nueva pol¨ªtica del agua que impera en Europa. La ¨²nica pol¨ªtica capaz, adem¨¢s, de hacer del agua un cauce para la paz y la prosperidad. Por eso, ¨¦ste ser¨ªa un magn¨ªfico d¨ªa para que la Generalitat Valenciana anunciara que opta por la colaboraci¨®n responsable y se implica realmente en la soluci¨®n de los problemas h¨ªdricos de los valencianos. Tiene muchos campos donde actuar, que son de su competencia: la modernizaci¨®n de los regad¨ªos, la depuraci¨®n y reutilizaci¨®n de las aguas residuales, la mejora de la calidad de agua de abastecimiento (todav¨ªa existen 300.000 valencianos que no disponen de agua potable en sus domicilios) o la modernizaci¨®n de las redes de suministro urbano (anualmente se pierde m¨¢s caudal de agua por las fugas de las tuber¨ªas que lo que se nos promet¨ªa desde el Ebro). De esta forma, el PP dejar¨ªa de ser el principal obst¨¢culo que tiene esta Comunidad para resolver definitivamente sus problemas de agua.
Francesc Signes i N¨²?ez es secretario de Medio Ambiente, Agua y Agricultura del PSPV.
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