La oposici¨®n de Kirguizist¨¢n se hace con el control de dos ciudades del sur del pa¨ªs
Miles de manifestantes acusan al Gobierno de ama?ar las recientes elecciones
Los disturbios se intensificaron ayer en el sur de Kirguizist¨¢n, donde la oposici¨®n controla los centros provinciales de Osh y Jalalabad. Miles de manifestantes protestan por los resultados de las elecciones celebradas el 27 de febrero y el 13 de marzo pasados, en las que oficialmente la mayor¨ªa de los esca?os fueron obtenidos por los partidarios del presidente Askar Ak¨¢yev. La oposici¨®n ha denunciado esos comicios como fraudulentos, mientras la Organizaci¨®n para la Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa (OSCE) y EE UU han dicho que hubo numerosas irregularidades.
Tanto la OSCE como Washington y Mosc¨² han manifestado su preocupaci¨®n por los acontecimientos en Kirguizist¨¢n y han llamado al Gobierno a negociar con la oposici¨®n. El presidente Ak¨¢yev orden¨® ayer a la Comisi¨®n Electoral Central y al Tribubunal Supremo que investiguen las denuncias en las circunscripciones donde los resultados han provocado una reacci¨®n negativa de la poblaci¨®n y, una vez que saquen las conclusiones pertinentes, "digan abiertamente a la gente qui¨¦n tiene la raz¨®n y qui¨¦n no".
Mientras tanto, en Osh, casi en la frontera con Uzbekist¨¢n, los manifestantes tomaron el aeropuerto, el m¨¢s importante del sur de Kirguizist¨¢n. Con ello, los enemigos de Ak¨¢yev pueden impedir que el Gobierno env¨ªe por aire tropas desde Bishkek, la capital del pa¨ªs centro-asi¨¢tico de unos cinco millones de habitantes. Los manifestantes tambi¨¦n se apoderaron finalmente de la sede de la Administraci¨®n provincial, despu¨¦s de que el primer intento fuera repelido por la polic¨ªa el s¨¢bado.
Los edificios p¨²blicos de Osh han sido saqueados por la multitud, que se ha llevado ordenadores y tel¨¦fonos. Los polic¨ªas pr¨¢cticamente han desaparecido de la ciudad, seg¨²n testimonios de periodistas locales. A juzgar por las declaraciones de Abdil Seguizb¨¢yev, secretario de prensa del presidente Ak¨¢yev, el Gobierno ha decidido no intervenir en Osh y Jalalabad y esperar a ver c¨®mo se desarrollan los acontecimientos.
"La situaci¨®n all¨ª se ha vuelto incontrolable. Nadie puede influir en los ¨¢nimos de los manifestantes en Osh y Jalalabad. Ni siquiera los organizadores de los des¨®rdenes controlan lo que pasa. Por eso, ahora s¨®lo resta esperar a que la gente se calme y piense en sus acciones. Lo m¨¢s importante es evitar que haya v¨ªctimas y sentarse a la mesa de negociaciones para aliviar la tensi¨®n", se?al¨® Saguizb¨¢yev.
Los observadores consideran que las protestas en el sur de Kirguizist¨¢n son, de hecho, una "rebeli¨®n de los pobres". En esas provincias siempre han vivido las personas m¨¢s desfavorecidas, que ni antes ni ahora tienen perspectivas de lograr beneficios sociales y econ¨®micos. De esas regiones sale la mayor¨ªa de los que emigran a Rusia en busca de trabajo. De esta zona tambi¨¦n provienen los opositores m¨¢s radicales.
Arkadi Dubnov, prestigioso especialista del espacio postsovi¨¦tico, opina que los actuales dirigentes de Kirguizist¨¢n correr¨¢n la misma suerte que sus colegas de Georgia y Ucrania, es decir, que la antigua ¨¦lite que viene de la ¨¦poca de la URSS ser¨¢ reemplazada pr¨®ximamente.
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