La Filmoteca, que se construir¨¢ en el Raval, tendr¨¢ dos salas subterr¨¢neas
El edificio de la nueva Filmoteca de Catalu?a, en la plaza de Salvador Segu¨ª, tendr¨¢ dos salas de proyecci¨®n subterr¨¢neas
En un paisaje tan cinematogr¨¢fico como el Raval barcelon¨¦s, antes conocido como Barrio Chino -Jos¨¦ Luis Guer¨ªn ha sido de los ¨²ltimos en captar sus esencias en el maravilloso documental En construcci¨®n-, se levantar¨¢ a finales del a?o 2007 la nueva Filmoteca de Catalu?a. Un luminoso edificio, de 6.000 metros cuadrados construidos, obra del estudio MAP Arquitectos, que se asomar¨¢ a la bulliciosa plaza de Salvador Segu¨ª, muy cerca de la vital y mestiza Rambla del Raval. Una de las singularidades de la obra -cuyo concurso se convocar¨¢ previsiblemente a finales del pr¨®ximo mes de abril- es el car¨¢cter subterr¨¢neo de las dos salas de proyecci¨®n de las que dispondr¨¢, con una capacidad para 400 y 200 espectadores, que estar¨¢n situadas justo debajo del ¨¢gora. El presupuesto inicial del inmueble asciende a 6,2 millones de euros.
Xavier Marc¨¦ defiende el car¨¢cter "integral" del centro, pese a la segregaci¨®n del archivo
La Filmoteca de Catalu?a carece de sede ¨²nica desde su creaci¨®n, en 1982
Aunque la decisi¨®n de situar la Filmoteca en la zona conocida como Illa Robadors -donde compartir¨¢ espacio con nuevas viviendas y un hotel de dise?o- fue tomada por el anterior Gobierno de la Generalitat, de CiU, el actual se declara del todo conforme con la iniciativa. "Nos sentimos absolutamente c¨®modos con la idea de ubicar la Filmoteca en un lugar tan fant¨¢stico, en el coraz¨®n de Barcelona, y contribuir a consolidar el car¨¢cter cultural del distrito y a revitalizar el barrio", afirma, entusiasta, Xavier Marc¨¦, director del Instituto Catal¨¢n de Industrias Culturales (ICIC) -organismo del Departamento de Cultura-, al que est¨¢ adscrito el centro.
La Filmoteca de Catalu?a, creada en 1982, a ra¨ªz del traspaso de la delegaci¨®n de la Filmoteca Espa?ola radicada en Barcelona al Gobierno catal¨¢n, carece de sede ¨²nica desde su fundaci¨®n. Actualmente, el cine Aquit¨¤nia, en la avenida de Sarri¨¤, alberga la sala de proyecci¨®n; las oficinas est¨¢n en el Portal de Santa Madrona, y el archivo f¨ªlmico, en el edificio de La Campana, en la Gran Via. El nuevo edificio, pues, permitir¨¢ unificar parte de las dependencias, ya que el almac¨¦n de pel¨ªculas, que precisa de c¨¢maras especiales climatizadas, se trasladar¨¢ al futuro parque audiovisual de Terrassa (cuya primera piedra se coloc¨® recientemente), donde ocupar¨¢ una superficie de unos 3.000 metros cuadrados. "La segregaci¨®n del archivo de pel¨ªculas", justifica Marc¨¦, "era inevitable, por razones de volumen, pero tambi¨¦n porque los filmes necesitan, para su ¨®ptima conservaci¨®n, unas condiciones muy particulares de humedad, que en Barcelona es dif¨ªcil que se den".
Pese a la disgregaci¨®n del dep¨®sito principal y el resto de los servicios, el director del ICIC defiende a ultranza el car¨¢cter "integral" de la nueva Filmoteca. En ella, subraya, estar¨¢ "lo esencial": dos salas de proyecci¨®n, biblioteca (1.900 metros cuadrados), archivo b¨¢sico (1.500 metros cuadrados), oficinas y una cafeter¨ªa. En su opini¨®n, la agrupaci¨®n de la oferta, as¨ª como el dise?o del edificio, transparente y por completo ensamblado en el entorno, ayudar¨¢n a que el ciudadano "se apropie" del espacio y a "afianzar el concepto de filmoteca como centro cultural y de divulgaci¨®n cinematogr¨¢fica".
Marc¨¦ est¨¢ convencido de que el hecho de que el edificio acoja dos salas de proyecci¨®n servir¨¢ para reforzar su funci¨®n p¨²blica. Y aunque avisa de que la definici¨®n de los usos de las mismas no estar¨¢ perfilada hasta al menos un a?o antes de la inauguraci¨®n, ya apunta algunas l¨ªneas. A saber, una de las salas, comenta, podr¨ªa destinarse a la programaci¨®n convencional de la Filmoteca, mientras que la otra se reservar¨ªa para un cine "m¨¢s especializado". De este modo, argumenta, quedar¨ªa zanjada una de las principales cr¨ªticas a la oferta presente, que algunos tachan, dice, de "poco cin¨¦fila". "La Filmoteca", considera el director del ICIC, "tiene que cumplir un servicio social, pero a la vez presentar una programaci¨®n atractiva y de calidad". "Quiero decir", precisa, "que tiene que exhibir Bergman y Antonioni, pero tambi¨¦n el ¨²ltimo cine iran¨ª".
Marc¨¦ maneja, sin embargo, otras posibilidades para llenar de contenido una de las dos salas: ponerla a disposici¨®n de los numerosos festivales de cine que actualmente se celebran en Barcelona, que, por otra parte, est¨¢n a punto de constituirse en asociaci¨®n y negociando con un exhibidor para utilizar una sala de proyecci¨®n estable antes de que la nueva Filmoteca sea una realidad, en 2008; exhibir en ella producciones catalanas "que desaparecen del circuito comercial demasiado pronto, no por su falta de calidad, sino por cuestiones empresariales", o convertirla en un "espacio de prestigio" donde preestrenar "determinadas pel¨ªculas".
Adem¨¢s de incrementar la exhibici¨®n, la nueva Filmoteca, seg¨²n Marc¨¦, potenciar¨¢ una l¨ªnea de "investigaci¨®n intelectual", hoy en d¨ªa pr¨¢cticamente inexistente. "Cuando los investigadores dispongan de espacios y equipamientos adecuados para su trabajo, probablemente las ayudas y las becas caer¨¢n por su propio peso", se?ala, y a?ade: "Estoy seguro de que este proyecto institucionalizar¨¢ la Filmoteca".
La edificaci¨®n del nuevo centro y la del almac¨¦n de Terrassa, anexo al antiguo Hospital del T¨®rax, coincidir¨¢n con el proceso de digitalizaci¨®n de los fondos iniciado ya por los anteriores gestores de la Filmoteca. "En los pr¨®ximos cinco a?os", lanza Marc¨¦, "todo el material tiene que estar digitalizado". Aunque el director del ICIC no oculta que existe un debate sobre qu¨¦ originales deben digitalizarse y cu¨¢les no: "Est¨¢ muy claro que una pel¨ªcula de principios de siglo ha de digitalizarse y se debe conservar el original, pero no tanto que haya que someter a este proceso una producci¨®n de la d¨¦cada de 1990, por ejemplo."
Marc¨¦ es consciente de que el futuro edificio, su funcionamiento y las nuevas perspectivas que abre acabar¨¢n incrementando el presupuesto de la Filmoteca, pero eso a¨²n no le abruma. "Perm¨ªtame que empiece a preocuparme a partir de 2006", concluye.
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