Para que sean democr¨¢ticas
El fiscal general y la Abogac¨ªa del Estado impugnar¨¢n hoy la candidatura Aukera Guztiak por considerar que se trata de una tapadera de Batasuna para burlar su prohibici¨®n. Tal prohibici¨®n supone, seg¨²n Arnaldo Otegi, una vulneraci¨®n de los derechos democr¨¢ticos de Batasuna y de sus electores. Los partidos integrantes del Gobierno de Ibarretxe aprobaron el 18 de febrero en el Parlamento vasco una moci¨®n instando al Gobierno espa?ol a suspender la aplicaci¨®n de la Ley de Partidos "para que las elecciones del 17 de abril sean democr¨¢ticas".
Hay mucha demagogia en todo esto. La Ley de Partidos no impide ejercer el derecho de participaci¨®n pol¨ªtica (sufragio activo y pasivo), sino hacerlo a trav¨¦s de una candidatura ilegal. Aralar, escisi¨®n de Batasuna, es tan independentista como el tronco del que procede, y cuenta en sus filas con ex etarras muy conocidos. Pero a nadie se le ha ocurrido cuestionar su presencia en los comicios. Porque no hay duda de que no forma parte del entramado dirigido por ETA. Mientras que consta judicialmente -por decenas de actas de la Coordinadora KAS, entre otras pruebas- que Batasuna (antes HB) forma parte de una estructura en la que se deciden cuestiones como la participaci¨®n o no en las elecciones o la composici¨®n de las candidaturas, y en las que la ¨²ltima palabra la tiene ETA: una banda que se financia mediante la extorsi¨®n y que ha asesinado a 838 personas y herido a 1.410, seg¨²n el auto del juez Garz¨®n de 25 de enero pasado por el que se procesa a 36 miembros de Batasuna y organismos afines.
De ¨¦sa y otras resoluciones de Garz¨®n no s¨®lo se deduce la imposibilidad de que Batasuna permanezca en la legalidad, financiada con fondos p¨²blicos, sino tambi¨¦n el acierto de haber complementado la v¨ªa penal seguida por ese juez con la de una ley votada en el Parlamento, la de Partidos Pol¨ªticos de 2002, que establece mecanismos para impedir cualquier intento de dar continuidad fraudulentamente al partido ilegalizado.
Hasta mediados de los 90 ETA asesinaba preferentemente a polic¨ªas, guardias civiles y militares: a estos grupos pertenece el 63% de sus v¨ªctimas entre 1978 y 1994, mientras que los pol¨ªticos asesinados suponen menos del 2%, seg¨²n un estudio que acaba de publicarse (L. de la Calle e I. S. Cuenca: La selecci¨®n de v¨ªctimas de ETA. Revista Espa?ola de Ciencia Pol¨ªtica, n? 10, pp. 53-79). Pero desde 1995 los candidatos, representantes electos y dirigentes de los partidos no nacionalistas se convirtieron en blanco preferente de sus atentados, pasando a suponer el 30% de las 86 v¨ªctimas de este periodo. Por supuesto que la valoraci¨®n moral de unos y otros cr¨ªmenes es la misma, pero su efecto pol¨ªtico es diferente. El asesinato de los rivales pol¨ªticos, unido al acoso contra ellos por parte de los pandilleros de la kale borroka, hace imposible la democracia. No puede existir igualdad de condiciones cuando unos partidos tienen que moverse bajo amenaza terrorista, y otros no.
La ilegalizaci¨®n del partido que formaba parte de un tinglado que se consideraba con derecho a asesinar y perseguir a los dem¨¢s partidos se convirti¨® en una condici¨®n necesaria, aunque no suficiente, para la existencia misma de la democracia en Euskadi. De ah¨ª que entre los motivos de ilegalizaci¨®n la ley recoja expresamente el de "fomentar, propiciar o legitimar la violencia (...) para hacer desaparecer las condiciones precisas para el ejercicio de la democracia, del pluralismo y de las libertades pol¨ªticas" (art. 9-2-b).
La ilegalizaci¨®n de Batasuna y la firmeza frente a los intentos de burlar su prohibici¨®n ha resultado un factor decisivo en el debilitamiento de la trama terrorista. A su vez, ese debilitamiento ha creado las condiciones, antes inexistentes, para que los intereses de los dirigentes de Batasuna (seguir en pol¨ªtica) y los de los jefes de ETA (seguir mandando) diverjan. Y ha dado ocasi¨®n para que se expresen dentro de ese mundo, aunque todav¨ªa con sordina, opiniones contrarias a la continuidad de la "lucha armada". Ser¨ªa muy lamentable que todo lo avanzado en este terreno se echara por la borda por hacer caso a los que confunden al brazo pol¨ªtico de una organizaci¨®n terrorista con una ONG.
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