El bucle
En el aeropuerto, hoy, d¨ªa 24 que vivo antes, las figuras humanas se forman como el cristal y en la estaci¨®n de los sue?os las cosas marchan bien, cada una hacia su destino, y ya se han hecho a su nuevo entorno, se han aclimatado a sus lugares de residencia eventual, como si de una evoluci¨®n cat¨¢rtica vacacional se tratase, mientras yo me pongo c¨®modo en mi asiento frente al ordenador, controlando el pito -perd¨®nenme ustedes, era el del factor en el caso de que el viaje sea en tren- para que el vuelo sea maravilloso.
Hoy, que fue hace d¨ªas, no tengo que preocuparme por nada porque las teclas de la realidad futura escriben solas, como viajeros que parten tranquilos hacia alg¨²n lugar del texto a¨²n por escribir.
El agujero negro del ma?ana se ha roto como un sello de lacre rojo, y el aterrizaje -o el alunizaje, qui¨¦n sabe, porque ma?ana es luna llena- se produce en cualquier lugar que tengamos planeado. El paisaje nos recibe como quien acoge a un amigo invit¨¢ndole a un vasito de vino del pa¨ªs, y la lengua no nos parece extra?a, se transforma en un paladar del idioma, ret¨®rica iron¨ªa o agudeza ajena, familiar como si de una madre tierra de vi?edos surgiese el tiempo, regenerado tras una evoluci¨®n lenta, pero precisa sin relojes ni horarios. Las ciudades me reciben enteras, no falta un solo recuerdo, porque no recuerdo nada sobre ellas que merezca una sola preocupaci¨®n.
Los fantasmas atr¨¢s, sentados en sus c¨®modas de aire, recorren las habitaciones, pintan las paredes con el blanco de sus monos de trabajo y apartan las sombras: recogen la casa, friegan los platos, ordenan a mi ordenador que se ponga a currar por redundante que parezca, y escriben este art¨ªculo, columna, tribuna, o lo que sea. Me arriesgo al todo por el todo. Un pleno. Si algo ocurriese o todo lo contrario, con solo quitar una l¨ªnea de estas letras todo est¨¢ arreglado.
Suplico al Sol que hoy, que es ma?ana, no me queme ni me olvide, viajero que soy de las l¨ªneas de la literatura y la actualidad a un tiempo, asumiendo una doble existencia, o mejor, una m¨²ltiple vida que se dirige en todas direcciones hacia todos los estantes vac¨ªos como plat¨®s de mi biblioteca, como si la realidad fuera s¨®lo eso: un viaje o un film de videoc¨¢mara por estrenar, o una obra de teatro cuyos personajes a¨²n est¨¢n por aparecer en escena, esferas de ambiente con sorpresa: llover¨¢n o har¨¢ sol, pero la noticia est¨¢ hecha, la actualidad no me persigue, ?por qu¨¦ temer nada?
Hoy es ma?ana, y hoy es ayer. Todo a un tiempo, con contrapuntos y puntos, y suspensivos, como una orquesta que se va quedando callada, alrededor de la cual incluso los estornudos y las toses de los viajeros van quedando atr¨¢s. No pido nada a las palabras.
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