El 'tri¨¢ngulo del conocimiento', base firme para el crecimiento y el empleo
En Europa, la libre circulaci¨®n de ideas y conocimientos no tiene la dimensi¨®n europea que tuvo en otra ¨¦poca.
Si volvemos la vista varios siglos atr¨¢s, a la ¨¦poca en que comenzaban a surgir las grandes universidades europeas, nos encontramos con un mundo sin barreras nacionales; un mundo donde la avidez de conocimientos y una lingua franca accesible permitieron que los grandes pensadores recorrieran Europa de un extremo a otro para trabajar y aprender juntos.
Hoy la situaci¨®n es muy distinta. En el sector p¨²blico, la mayor¨ªa de la investigaci¨®n est¨¢ dirigida por programas nacionales, sin apenas coordinaci¨®n a nivel europeo, que conducen al despilfarro de recursos y a la fragmentaci¨®n. La inversi¨®n p¨²blica y privada en investigaci¨®n y ense?anza superior es insuficiente y nos impide competir para atraer y retener a las personas m¨¢s valiosas. Las normas nacionales limitadas y las exigencias de la Seguridad Social penalizan la carrera de los j¨®venes cient¨ªficos que intentan ampliar su horizonte. Y los procedimientos burocr¨¢ticos que se aplican a la investigaci¨®n han resultado desesperantes para muchos cient¨ªficos que estaban dispuestos a explorar los l¨ªmites del conocimiento.
Las cifras demuestran que hay motivos para temer una fuga de 'cerebros' de la UE
Las consecuencias de todo ello no son positivas. El tri¨¢ngulo del conocimiento formado por la educaci¨®n, la investigaci¨®n y la innovaci¨®n es clave para impulsar el incremento de la productividad. Se puede afirmar sin exageraci¨®n que la b¨²squeda continua del saber y los descubrimientos ha definido los valores, el alma y la identidad de Europa. Dicha b¨²squeda ha permitido que Europa compita con ¨¦xito en la escena mundial ofreciendo calidad frente a la mano de obra barata o la abundancia de recursos que otros ofrecen.
Ahora, por primera vez en tres d¨¦cadas, la tasa de crecimiento de la productividad en Europa es inferior a la de los Estados Unidos. El porcentaje de investigaci¨®n y desarrollo en el PIB es del 1,96%, frente al 3,12% de Jap¨®n. Actualmente, 400.000 europeos que han cursado estudios t¨¦cnicos o cient¨ªficos viven en los Estados Unidos, y tres cuartas partes de los estudiantes nacidos en la Uni¨®n Europea y que estudian el doctorado en EE UU prefieren seguir en este pa¨ªs despu¨¦s de terminar los estudios. Estas cifras muestran que hay motivos para temer una fuga de cerebros.
Recientemente, invit¨¦ en Bruselas a un grupo de cient¨ªficos europeos galardonados con el premio Nobel para intercambiar opiniones sobre este asunto.
El debate se centr¨® en temas clave como la forma de realizar un aut¨¦ntico espacio europeo de investigaci¨®n. ?Cu¨¢les son los problemas derivados de la existencia de fronteras nacionales que m¨¢s entorpecen la ciencia en la UE? ?Qu¨¦ instrumentos comunitarios ser¨ªa mejor utilizar en este ¨¢mbito?
El mensaje fue claro: menos burocracia, menos restricciones nacionales y m¨¢s dinero para gastar all¨ª donde se necesita: en las aulas y los laboratorios.
La Comisi¨®n ha propuesto convocar un Consejo europeo de investigaci¨®n aut¨®nomo que reciba las propuestas de los cient¨ªficos "desde la base", sin ninguna limitaci¨®n tem¨¢tica. Las propuestas se seleccionar¨¢n y financiar¨¢n ¨²nicamente en funci¨®n de su excelencia cient¨ªfica, y ser¨¢n objeto de una evaluaci¨®n por los especialistas del sector. As¨ª, se fomentar¨¢ la excelencia de la investigaci¨®n a trav¨¦s de la competencia a escala europea, y se abrir¨¢ un nuevo horizonte para los cient¨ªficos con nuevas ideas que no encajan necesariamente en el cors¨¦ del programa nacional de investigaci¨®n del lugar donde viven.
En cuanto a la mejora de la financiaci¨®n, hemos fijado el objetivo de aumentar el nivel global de inversi¨®n en investigaci¨®n en Europa hasta el 3% del PIB en 2010, dos terceras partes del cual deber¨¢n financiarse con fuentes privadas.
El conocimiento y la innovaci¨®n para el crecimiento constituyen el n¨²cleo central de las propuestas de la Comisi¨®n Europea para impulsar la agenda de Lisboa, el plan de crecimiento y empleo que la UE adopt¨® hace cinco a?os.
Junto a la acci¨®n encaminada a hacer de Europa un lugar m¨¢s atractivo para invertir y trabajar, y a crear m¨¢s y mejores puestos de trabajo, la Comisi¨®n ha presentado un programa que abrir¨¢ el pleno potencial del conocimiento para impulsar el crecimiento. Consideradas en su conjunto, estas medidas podr¨¢n incrementar en un 3% el PIB en 2010 y crear m¨¢s de seis millones de puestos de trabajo.
Dentro de unas semanas se propondr¨¢ una nueva iniciativa que fomentar¨¢ la adopci¨®n de las tecnolog¨ªas de informaci¨®n y comunicaci¨®n, que son la piedra angular de la econom¨ªa del conocimiento y un sector en el que Europa ha obtenido malos resultados. La inversi¨®n p¨²blica y privada en la investigaci¨®n de estas tecnolog¨ªas en Europa es aproximadamente un tercio de la que existe en los EE UU. Esto es preocupante porque las innovaciones en este sector tienden a favorecer el crecimiento de otros sectores, a mejorar la eficacia del sector p¨²blico y a traer nuevas ventajas para los ciudadanos en general.
En 1255, al aprobar el curr¨ªculo de la Universidad de Salamanca, una de las m¨¢s antiguas e importantes de Europa, el papa Alejandro IV declar¨®: "La seguridad de los reinos reside en la multitud de los sabios". Decret¨® que cualquier profesor admitido en Salamanca era libre de ense?ar su materia en cualquier otra universidad de Europa. Comenzaba as¨ª el lanzamiento de la econom¨ªa europea del conocimiento que a nosotros corresponde completar.
Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso es presidente de la Comisi¨®n Europea.
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