Qu¨¦ es y qu¨¦ no es eutanasia
En los ¨²ltimos meses los medios de comunicaci¨®n de nuestro pa¨ªs se han hecho eco de diferentes acontecimientos etiquetados con frecuencia como "eutanasia". As¨ª, a la pol¨¦mica en torno a la pel¨ªcula Mar adentro, que se inspira en el caso de Ram¨®n Sampedro, ha seguido en la ¨²ltima semana el debate en torno a la aplicaci¨®n de un protocolo de sedaci¨®n paliativa por los m¨¦dicos de Legan¨¦s (Madrid). Tambi¨¦n hemos tenido ocasi¨®n de contemplar la igualmente oscarizada pel¨ªcula de Clint Eastwood Million dollar baby. Y en estos d¨ªas vivimos de cerca las decisiones de los pol¨ªticos, legisladores y jueces estadounidenses en torno al caso de Terri Schiavo, una enferma que lleva 15 a?os en "estado vegetativo permanente" a la que su representante legal desea retirar la alimentaci¨®n e hidrataci¨®n artificial y permitir morir.
Si se pretende un debate ¨¦tico cr¨ªtico y sereno la palabra "eutanasia" debe ser usada con precisi¨®n
Sin embargo, a pesar de que tanto los medios de comunicaci¨®n, como los pol¨ªticos, la Iglesia cat¨®lica o incluso los profesionales utilicen el t¨¦rmino "eutanasia" para referirse a ellos, lo cierto es que estos casos son muy diferentes. De hecho, salvo en el caso de la pel¨ªcula de Clint Eastwood, en el que habr¨ªa alguna duda, en ninguno de los otros tres citados deber¨ªa utilizarse la palabra "eutanasia", si se quiere ser coherente con lo que la bio¨¦tica moderna lleva a?os discutiendo y analizando. Otra cosa es que los cuatro casos planteen posibles conflictos ¨¦ticos que deben ser valorados con sensatez y prudencia.
La palabra "eutanasia" tiene una fuerte carga emocional, como las palabras "c¨¢ncer" o "muerte". Por eso, si lo que se pretende es generar entre los ciudadanos un debate ¨¦tico cr¨ªtico y sereno debe ser utilizada con precisi¨®n. En cambio, si lo que se quiere es agitar a la opini¨®n p¨²blica de uno u otro signo, jugar al oportunismo pol¨ªtico, mantener el control ideol¨®gico, ganar audiencia o, simplemente, vender m¨¢s, pues entonces no hay problema en que usemos la palabra "eutanasia" para todo. Pero entonces habremos perdido la oportunidad de que la ciudadan¨ªa de este pa¨ªs realice por fin un debate serio, abierto y plural sobre esta cuesti¨®n.
Etimol¨®gicamente la palabra "eutanasia" s¨®lo significa "buena muerte". Hist¨®ricamente este t¨¦rmino se ha utilizado para describir actuaciones muy variadas en contenido, destinadas a facilitar la muerte del enfermo desahuciado. Habitualmente han sido pr¨¢cticas realizadas por los m¨¦dicos, pero no s¨®lo ni siempre. Para tratar de facilitar la valoraci¨®n moral de dichas pr¨¢cticas variadas se le fueron a?adiendo a la palabra eutanasia adjetivos como "activa o pasiva", "directa o indirecta", "positiva o negativa", que al final han generado una gran confusi¨®n.
La tendencia actual es restringir la palabra eutanasia a las acciones realizadas por un profesional sanitario a petici¨®n expresa y reiterada de un paciente que padece un sufrimiento derivado de una enfermedad incurable, que ¨¦l vive como inaceptable, en las que existe un v¨ªnculo causal directo e inmediato entre la acci¨®n realizada y la muerte del paciente. El personaje interpretado por Clint Eastwood, al inyectar por v¨ªa endovenosa cantidades masivas de adrenalina hasta producir una parada cardiorrespiratoria a la protagonista, que se ha quedado tetrapl¨¦jica por un golpe de boxeo y le ha solicitado reiteradamente que la ayude a morir, parece realizar una acci¨®n plenamente eutan¨¢sica. Quiz¨¢s lo ¨²nico que desdibuja levemente lo que sucede es la poco l¨®gica secuencia de los actos, que comienza por la desconexi¨®n del respirador de la protagonista, y que quiz¨¢s pueda achacarse a la condici¨®n de no profesional sanitario del entrenador de boxeo interpretado por Eastwood.
En cualquier caso, cuando falta alguna de las condiciones antes expuestas, por ejemplo cuando no existe petici¨®n expresa del paciente, quiz¨¢s el t¨¦rmino m¨¢s preciso a utilizar es "homicidio", con el atenuante de la "compasi¨®n" o la "piedad". El gran problema de la legalizaci¨®n de la eutanasia en Holanda es precisamente el de no haber conseguido eliminar los entre 800 a 1.000 casos anuales de muertes en las que la presunta "eutanasia" ha sido en realidad un homicidio por compasi¨®n sin petici¨®n expresa de los pacientes. Igualmente, si el que realiza la acci¨®n no es el profesional sanitario sino el propio paciente, pero aquel le proporciona conocimientos y medios para hacerla, entonces de lo que hablamos es de "suicidio m¨¦dicamente asistido". Si en el caso de Ram¨®n Sampedro hubiera participado un profesional de la salud, ¨¦ste ser¨ªa el t¨¦rmino adecuado. En caso contrario hablamos simplemente de "suicidio" y "ayuda al suicidio".
Pero lo que resulta m¨¢s importante es insistir en que en las dem¨¢s situaciones antes mencionadas no es correcto utilizar el t¨¦rmino "eutanasia". El caso de Terri Schiavo es un caso de lo que denominamos "limitaci¨®n del esfuerzo terap¨¦utico", es decir, la suspensi¨®n progresiva de tratamientos en los enfermos irrecuperables o con pron¨®stico infausto a corto plazo. Esto es una pr¨¢ctica m¨¦dica com¨²n en todos los pa¨ªses del mundo, y responde a la necesidad ¨¦tica de evitar que la tecnolog¨ªa m¨¦dica acabe destruyendo la dignidad de las personas. Dejar morir a aquel al que la enfermedad ya ha vencido definitivamente, aunque nuestras m¨¢quinas retengan, o pudieran retener entre nosotros si se las pusi¨¦semos, es hacer un ejercicio de humanidad. Bien es cierto que, de toda la tecnolog¨ªa m¨¦dica, la que suscita m¨¢s angustia a la hora de su retirada es la que tiene que ver con la alimentaci¨®n y la hidrataci¨®n artificial. Lo simb¨®lico-cultural de paliar el hambre y la sed, y la carga moral que lleva adherido tal simbolismo, remueven emocionalmente de tal forma que hacen dif¨ªcil el an¨¢lisis ¨¦tico sosegado. Si adem¨¢s, como en el caso de Terri Schiavo, no tenemos conocimiento preciso de lo que hubiera deseado la paciente en estos casos, como lo tendr¨ªamos de haber cumplimentado la paciente un testamento vital, pues la toma de decisiones es m¨¢s compleja, con m¨¢s incertidumbre, y por tanto m¨¢s expuesta a la deriva emocional. En el caso Schiavo, tal situaci¨®n la ha hecho f¨¢cil presa de la manipulaci¨®n ideol¨®gica, religiosa y pol¨ªtica.
Algo parecido puede decirse del caso de Legan¨¦s. En la sedaci¨®n paliativa tambi¨¦n es una barbaridad hablar alegremente, como se ha hecho, de "eutanasia". La sedaci¨®n paliativa es una pr¨¢ctica m¨¦dica que, si se hace conforme a los protocolos estandarizados, es, simple y llanamente, buena pr¨¢ctica cl¨ªnica. Consiste en facilitar a los pacientes terminales en agon¨ªa que lo autoricen la posibilidad de recibir medicaci¨®n que los duerma profundamente mientras esperan la muerte. Conviene, por tanto, llamar a las cosas por su nombre, porque lo que tenemos entre manos es algo muy valioso: se trata de aclarar las posibles formas en las que todos y cada uno, tambi¨¦n quien lea este art¨ªculo, habremos de "bien-morir".
Pablo Sim¨®n Lorda, m¨¦dico de familia, e In¨¦s M. Barrio, enfermera, son especialistas en bio¨¦tica y autores de ?Qui¨¦n decidir¨¢ por m¨ª? (Triacastela, 2004)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.