La Ley de Bono / 2
Por la materia de que trata -la Defensa Nacional- y por el alcance y la ambici¨®n del texto que se hab¨ªa filtrado, la llamada Ley Bono est¨¢ reclamando de modo inexcusable un an¨¢lisis detallado del que hasta ahora hemos estado m¨¢s bien ayunos (v¨¦ase el primer comentario de esta serie en la p¨¢gina 19 de EL PA?S del 22 de marzo). Por fortuna, mientras se publica en el Bolet¨ªn Oficial de las Cortes, la p¨¢gina web www.mde.es permite acceder al proyecto de Ley Org¨¢nica de la Defensa en los t¨¦rminos en que fue adoptado por el Consejo de Ministros del viernes 18 de marzo, en cuyas pol¨¦micas deliberaciones, seg¨²n se ha sabido, se introdujeron reveladoras modificaciones atendiendo a las susceptibilidades diversas que manifestaron los titulares de las carteras de Interior, Asuntos Exteriores, Justicia y Administraciones P¨²blicas.
Tal vez por ello se observa un desajuste entre la ambici¨®n declarada en el pre¨¢mbulo que justifica la necesidad de la nueva norma, y el texto dispositivo que viene despu¨¦s. El prop¨®sito confesado ser¨ªa el de romper las inercias arrastradas, y por eso el pre¨¢mbulo invoca los cambios relevantes acaecidos tanto en el marco internacional de referencia como en la sociedad espa?ola mientras resalta que el modelo organizativo de nuestras Fuerzas Armadas ha seguido sin acompasarse a los mismos. Adem¨¢s, entre los elementos que reclamar¨ªan la adaptaci¨®n legal ahora emprendida, destacan tres: el nuevo reclutamiento de nuestros Ej¨¦rcitos, la supresi¨®n del servicio militar obligatorio y la implantaci¨®n del modelo de Fuerzas Armadas profesionales. Por eso mismo, sorprende que de ninguno de esos tres elementos haya luego menci¨®n alguna a lo largo de los 32 art¨ªculos del proyecto de ley.
El pre¨¢mbulo que comentamos incluye despu¨¦s la enumeraci¨®n de algunas modificaciones del escenario estrat¨¦gico, tales como: la desaparici¨®n de la pol¨ªtica de bloques de la guerra fr¨ªa, la emergencia de la globalizaci¨®n, el surgimiento de los riesgos y amenazas del terrorismo transnacional, con probada disponibilidad y capacidad de causar da?os indiscriminados, y la proliferaci¨®n de conflictos armados que irradian graves implicaciones a distancia. Todo ello probar¨ªa la ambici¨®n expansiva de la primera versi¨®n del proyecto de ley -la preparada por el departamento ministerial de referencia y adelantada a los grupos parlamentarios-, la cual rebasaba con mucho los l¨ªmites de su ajustado t¨ªtulo de Defensa Nacional. En esa misma l¨ªnea debe considerarse la aparici¨®n en el pre¨¢mbulo del concepto de seguridad, entendida como derecho b¨¢sico, necesidad y reto que requerir¨ªa la concurrencia de la Defensa para alcanzarla, as¨ª como el a?adido de que el ¨¢mbito de Seguridad y Defensa queda afectado por la interdependencia entre los Estados.
A lo anterior hay que sumar las menciones a la Alianza Atl¨¢ntica y a la extinguida Uni¨®n Europea Occidental, ahora integrada en la UE, adem¨¢s de la apuesta por la Constituci¨®n europea en la que quieren verse las bases para una pol¨ªtica de Seguridad y Defensa com¨²n a escala de la Uni¨®n. Por esa rampa se deslizan tambi¨¦n referencias a la proyecci¨®n internacional de Espa?a de la que ser¨ªa un buen reflejo la actuaci¨®n militar fuera de nuestras fronteras. Para cerrar el cuadro de las ramificaciones, donde el departamento de Defensa aspiraba a tener responsabilidades, se menciona tambi¨¦n la revoluci¨®n tecnol¨®gica. Es decir, que el Ministerio de Defensa, as¨ª entendido, ampliar¨ªa sus competencias a otras ¨¢reas tanto del Ministerio del Interior, como de los de Asuntos Exteriores e Industria, este ¨²ltimo como actual gestor del cap¨ªtulo de Investigaci¨®n y Desarrollo.
En pr¨®ximas entregas procuraremos analizar con alg¨²n detalle las continuidades e innovaciones reflejadas en el proyecto finalmente acordado por el Consejo de Ministros. Hoy s¨®lo queda espacio para destacar que, tras las pol¨¦micas deliberaciones del Gabinete en su reuni¨®n del viernes 16, el previsto Consejo de Defensa Nacional -reemplazo y actualizaci¨®n de la anterior e inoperante Junta del mismo nombre- que se conceb¨ªa como "el ¨®rgano coordinador y consultivo del Presidente del Gobierno en materia de seguridad y defensa" ha perdido cuanto se refiere a seguridad y se ha quedado s¨®lo con defensa. O sea, que Interior se ha resistido a ser coordinado bajo el ep¨ªgrafe de Defensa. Una resistencia que, como las ofrecidas a la p¨¦rdida de control de la Guardia Civil y de la polic¨ªa, est¨¢ llena de consecuencias. Continuar¨¢.
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